Por: Carmen Elisa Balaguera Reyes/ Este se constituyó en varias épocas en el portaestandarte de cientos de emprendimientos que se desglosaron de las cooperativas asociadas a ello, donde los valores cooperativos de fraternidad, de ayuda mutua, de solidaridad y de honradez en todos los actos de la vida eran su esencia.
Era la época de oro segregada de otra que se había denominado Mutualidad, en la que varias personas se reunían a ayudarse mutuamente mediante el pago de cada asociado para sacar proyectos adelante.
“El semanario La Mutualidad invitaba a la comunidad a participar de los principios mutualistas, reivindicando las luchas y libertades que se estaban generando en la sociedad bumanguesa de principios del siglo XX, en busca de una sociedad más equitativa, solidaria y en paz. De esta manera fueron difundidos y se acogieron rápidamente los principios mutualistas por una parte de la población bumanguesa: cuatrocientos socios llegaron a integrar el Centro de Industriales y Obreros de Bucaramanga”. (Ver más)
Dejar huella en desarrollos que le han quedado a la ciudad como aquel Barrio de la Mutualidad, pero, ¿dónde quedaba este? Es ni más ni menos el barrio San Francisco, creado por la Compañía Colombiana de la Mutualidad de Bucaramanga.
Tomando apartes del proyecto de grado Utopía y realidad la Mutualidad en Bucaramanga de Diana Carolina Sevilla Torres, Universidad Nacional 2011: “La Urbanización del barrio de la Mutualidad fue un proyecto urbanístico que incrementaba significativamente el área construida de la ciudad, tomaba principios mutualistas y los relacionaba con el diseño urbano, proponiendo una estructura urbana racional basada en una cuadricula cruzada por dos diagonales, que buscaban equidistancias y simetría con respecto a los espacios simbólicos del proyecto como la glorieta, el parque central y las zonas verdes.
Los elementos urbanos de mayor jerarquía en la Urbanización del barrio de la Mutualidad son las dos diagonales: el Bulevar Bolívar y el Bulevar Santander, que tomaron al boulevard francés como modelo de diseño”.
Eran épocas donde el bienestar de todos era una meta común. En estos tiempos ver la desaparición de cientos de negocios, empresas familiares y lo que no creíamos que podíamos llegar a ver, la desaparición de empresas cooperativas que están sucumbiendo ante la crisis.
Que impotencia deja saber noticias como un proyecto tan importante que se creó en épocas pasadas a partir de un proceso cooperativista de un sindicato de la Compañía Colombiana de Tabaco, que venía dando a la ciudadanía beneficios y que se constituyó en un establecimiento donde se conseguían productos de muy buena calidad y precio, el Cootracolta ve cerrar sus puertas ante la inminencia de que está pasando con los apoyos que podría haber tenido de un sector de la economía que se erigió grande y poderoso hasta hace unos años.
El año pasado en la VI Convención Financiera Cooperativa, el profesor e investigador Jairo Orlando Villabona Robayo, presenta el libro “El Cooperativismo en Colombia”. Una alternativa a la desigualdad, la concentración y la distribución inequitativa del ingreso y la riqueza donde él expresa: “Este libro nace de la necesidad de ilustrar la profunda división del tejido social y el hundimiento económico de las clases medias y bajas. El profesor Villabona, ilustra al lector cómo el cooperativismo está emergiendo y representa hoy una alternativa de orden social y económico, frente a la difícil situación económica actual, pues este sector es un eje para la construcción de un nuevo orden social basado en una democracia sustantiva, y una real economía ética”.
Pero la realidad nos presenta hoy en tiempos de pandemia otro desolador panorama, ¿dónde queda la ayuda mutua entre cooperativas, donde están los líderes y las lideresas para que se acojan y se acompañen iniciando procesos de solidaridad de causa?
Cuánto dolor nos produce el abatimiento de estas personas que pierden cada día sus sueños. El símbolo de los dos pinos está en decadencia, pero en mis tiempos de estudiante de una Universidad Cooperativa era lo que se enseñaba: La ayuda mutua. ¿O es el fenómeno mercantilista el que se tomó a la dirigencia cooperativista y no ven más allá de sus propios intereses?
Pregunta sin respuesta, sólo la realidad nos muestra lo que realmente es, como duele perder un bien que con tanto amor se construyó el supermercado Cootracolta por la Cooperativa Multiservicios Cootracolta, un símbolo de nuestra generación que se vino abajo por la falta de apoyo de la dirigencia y de la comunidad, que prefirió la compra en los supermercados de marcas extranjeras.
Y como dice la canción de Mercedes Sosa, Cambia, todo cambia:
Cambia lo superficial
Cambia también lo profundo
Cambia el modo de pensar
Cambia todo en este mundo
Cambia el clima con los años
Cambia el pastor su rebaño
Y así como todo cambia
Que yo cambie no es extraño
Cambia el más fino brillante
De mano en mano su brillo
Cambia el nido el pajarillo
Cambia el sentir un amante
Cambia el rumbo el caminante
Aunque esto le cause daño
Y así como todo cambia
Que yo cambie no es extraño
Cambia, todo cambia
Cambia el sol en su carrera
Cuando la noche subsiste
Cambia la planta y se viste
De verde en la primavera
Cambia el pelaje la fiera
Cambia el cabello el anciano
Y así como todo cambia
Que yo cambie no es extraño
Pero no cambia mi amor
Por más lejos que me encuentre
Ni el recuerdo ni el dolor
De mi pueblo y de mi gente
Lo que cambió ayer
Tendrá que cambiar mañana
Así como cambio yo
En esta tierra lejana
Cambia, todo cambia
Pero no cambia mi amor
Por más lejos que me encuentre
Ni el recuerdo ni el dolor
De mi pueblo y de mi gente
Lo que cambió ayer
Tendrá que cambiar mañana
Así como cambio yo
En esta tierra lejana.
*Socióloga.
Correo: celisabreyes2008@hotmail.com
Twitter: @celisabalaguera