Una vez en el poder parece que la directriz del Talibán es intentar mostrarse ante el exterior con una versión más moderada que la que mostraron entre 1996 y 2001, su anterior periodo en el poder en Afganistán. En la que fue su primera comparecencia pública, sus portavoces se han comprometido a respetar una serie de derechos básicos, aunque matizando que siempre será bajó la ley islámica.
Los principales temores frente a la conquista de Kabul por parte de los talibanes rondaban en torno a la radical ortodoxia de este grupo de la Sharía islámica en el día a día del estado afgano. Durante los cinco años que estuvieron en el poder, las imágenes de violaciones de derechos humanos básicos, en especial contra las mujeres, fueron constantes.
Durante este periodo ninguna mujer tuvo la oportunidad de trabajar o estudiar y prácticamente tuvieron que soportar un confinamiento forzado, debido a que no se podía salir de casa si no iban acompañadas por un hombre. Ahora, los principales líderes del movimiento islamista se han comprometido a dejarlas trabajar, fundamentalmente en el sector salud y educación, y estudiar.
«A las mujeres se les permitirá trabajar y estudiar y serán muy activas en la sociedad, pero dentro del marco del islam», aseguró el principal portavoz del movimiento, Zabihullah Mujahid. Esta última puntualización es la que más preocupa, ya que aunque se intente mostrar una cara más progresista y tolerante, la regresión de derechos puede seguir siendo muy fuerte en comparación con el Gobierno democrático anterior.
Dudas en torno al respeto de los derechos de las mujeres
Las dudas siguen muy presentes en organismos como Naciones Unidas. Su portavoz, Stephane Dujarric, dijo a los periodistas en Nueva York: «Necesitaremos ver qué sucede realmente y creo que tendremos que ver actos sobre el terreno en términos de las promesas cumplidas».
Existen numerosas denuncias de los territorios que ya llevan semanas bajo el poder talibán respecto a la regresión de los derechos en mujeres. Una cuestión que será analizada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas la semana que viene.
Por ahora, la gran diferencia que se ha podido ver respecto a 2001 es que en el principal medio de comunicación afgano los informativos han abierto con una mujer presentando las noticias, algo totalmente impensable hace 20 años.
Libertad de opinión sería respetada bajo la «ley islámica»
La libertad de prensa también fue tratada en la conferencia del Talibán. El grupo aseguró que se «respetará» toda opinión crítica al Gobierno y que se aceptarán los comentarios negativos contra su política «siempre que estén dentro del marco de la ley islámica».
Las palabras del portavoz talibán van en dirección a lanzar una especie de «amnistía» a toda clase de opositor político en nombre de la «estabilidad» de Afganistán. Durante su discurso se subrayó la necesidad y el interés del Gobierno en «no tener enemigos internos ni externos».
En este sentido también se comprometieron a respetar lo firmado en los acuerdos de paz con Estados Unidos, en los que aseguraron no convertir a Afganistán en un centro de refugio de grupos terroristas como Al-Qaeda.
A pesar de lo hablado en su primera rueda de prensa siguen existiendo numerosas dudas en cuanto a su política interna y externa y si la supuesta moderación vendida durante los primeros días tras la toma de Kabul será efectiva o no.
Por el momento, la plana mayor del Talibán parece estar comprometida a permanecer en el poder de Afganistán por un periodo largo de tiempo y para ello quiere ganarse menos enemigos en el exterior.
