vEl presidente chileno Sebastián Piñera defendió el viernes su gestión frente a la crisis que desató el coronavirus y anunció más inversiones para reactivar la economía, en momentos que su gobierno sigue muy debilitado tras una ola de protestas de fines del año pasado.
El estallido social, con masivas protestas callejeras en demanda por mayor bienestar en un país de fuertes desigualdades sociales, hundió la popularidad del presidente derechista, que incluso esta semana debió ajustar su gabinete para enfrentar los 20 meses que le quedan de gobierno.
“Hoy enfrentamos tres nuevos y urgentes problemas y desafíos: la pandemia del coronavirus, la recesión económica mundial y la recuperación de nuestra economía y puesta en marcha de nuestro país”, dijo el presidente durante la entrega de su mensaje anual ante el Congreso en el puerto de Valparaíso.
Desde la llegada del coronavirus a Chile en marzo, el gobierno lanzó varios planes para contrarrestar los efectos económicos de la pandemia movilizando recursos equivalentes a cerca de un 12% del PIB. En su discurso, Piñera dijo que la inversión pública en 2020-2022 llegará a 34.000 millones de dólares, de los cuales 4.500 millones son inversión adicional.
“Los efectos del coronavirus y la recesión mundial sobre nuestro país, nuestra economía y las familias chilenas han sido devastadores”, afirmó el presidente.
El discurso, que debía realizarse inicialmente en junio pero fue postergado debido a la pandemia, fue entregado ante un grupo reducido de asistentes, todos sentados a distancia y utilizando mascarillas. Mientras, en calles aledañas al Congreso manifestantes levantaban barricadas de protesta.
En las ciudades más grandes de Chile también se escucharon ruidosos “cacerolazos” contra el gobierno convocados por las redes sociales.
Piñera, un empresario multimillonario que ya gobernó Chile entre 2010 y 2014, dijo que “el mundo entero está siendo amenazado por el populismo, que plantea siempre el camino fácil, de los derechos sin deberes, de los logros sin esfuerzo (…), de la reivindicación de los derechos propios sin respetar los derechos de los demás”.
El presidente criticó también “las promesas de soluciones fáciles a problemas difíciles”, en momentos que millones de chilenos han iniciado esta semana el proceso para retirar parte de sus ahorros para pensiones tras la reciente aprobación de una reforma legal a la que el gobierno se oponía con fuerza.
Piñera respaldó la realización en octubre de un plebiscito para decidir si se escribe una nueva Constitución que reemplace a la vigente, que data de la dictadura militar, pero alertó que los tiempos de crisis “tienden a ser un caldo de cultivo para el surgimiento del populismo”.
“Debemos resistir los cantos de sirenas que ofrecen atajos sin destino”, insistió.
