Por: Alfonso Prieto García/ El tiempo ha sido el mejor testigo de la ignominia de género a través de la historia, solo las grandes demostraciones de emancipación inteligente han permitido entender que la mujer, quien en otrora fuera relegada a labores de hogar, frente a su posibilidad de formarse, conocer la ciencia la investigación y el desarrollo, se emancipa de la dependencia de género, demostrando no solo su registro de intelectualidad, laboriosidad competitiva, ingenio creador y complemento ideal de vida familiar en el mundo terrenal; no en vano, hoy la mujer como el hombre, desempeña cargos de igual relevancia e interés.
Los continentes, los estados y las comunidades, cada día afinan más su plan de convivencia, en procura de equiparar la participación de género; precisamente se viene desarrollando toda una campaña dentro de la cual, se ha definido el programa de equipares, enmarcado dentro de las políticas públicas colombianas y certificando las instituciones que por convicción, propósito y ejecución hoy son ejemplo vivo y constante, no solo en el sector productivo sino en el de servicios, como ocurre con la certificación de equipares otorgada a la Universidad Cooperativa de Colombia (UCC).
Hoy nuestro país define una participación equitativa de género en listas de aspirantes a cuerpos legislativos, propósito que se viene trabajando hace varias décadas, pero que no ha generado los suficientes resultados, gracias al sistema de inscripción y votación de listas abiertas en las que solo se cumple el requisito, pero no se cuenta con opción de integrarlas o elegirlas, así como por la ausencia de lideresas, la imposición de los partidos en la definición de los candidatos y un marcado sectarismo que compromete una verdadera participación nada conjugable con las ‘familiocracias’ y ‘delfineocracias’ de poder.
Hoy cuando el legislativo apuesta a encontrar mayor presencia o condición equiparada de género a través de sus leyes, basta con confirmar su verdadera intención cuando se elaboren sus listas, adicionando si es posible féminas con perfil de servicio, si existe voluntad de partidos y movimientos, sugiriendo que estas sean cerradas, que las mujeres encabecen las mismas y que Haya un periodo de transición donde la mujer se prepare para representar su comunidad y tenga opción y aporte al caudal electoral que le permita hacer realidad su curul y credencial.
Que importante que los políticos que no están de acuerdo con lo que aprobaron sobre la equidad de género, no terminen declarándose independientes, ni establezcan la técnica del avispero y nuevamente jueguen con la pretensión valida de las mujeres.
El escenario político reclama renovaciones y cambios que exigen la necesaria condición de repitencia elegible no mayor de tres periodos en cada cámara, de forma que su participación sea dedicada a un ciclo productivo ejemplar y de contexto.
*Economista, Magister en Administración de Empresas, exconcejal de Bucaramanga, exdirector seccional UCC Bucaramanga, Asesor nacional de calidad UCC, Investigador Colciencias y Asesor de proyectos.