Por: Luis Gabriel Taboada Castro/ Un país donde solo seis de cada diez habitantes tienen acceso de Internet, donde 2.2 millones de habitantes comen solo dos veces al día, donde el 42,5% está por debajo del nivel de pobreza económica o sea 21 millones de personas, según el DANE no solo debemos reflexionar, sino a actuar y tomar decisiones viables que cambien estos índices.
La verdad es que no necesitamos cifras para ver la realidad del país, basta con salir a las calles, observar alrededor y ver a simple vista la situación. Vendedores ambulantes, jóvenes sin estudios, profesionales sin empleo, negocios cerrados, un buen número de locales comerciales con un aviso que dicen Se Arrienda o Se Vende, ancianos desprotegidos, niños trabajando en situación de indigencia, largas colas para recibir una atención de salud, viviendas en invasiones, población en condición de drogadicción o consumo de alucinógenos, entre muchas más situaciones que deben hacer entendernos más como sociedad y como país.
Un país donde la violencia la grafican como una hipérbola que la exageran y la colocan en el punto más alto o bajo dependiendo la conveniencia de quien expresa una verdad a medias, desfigurando sus trazos por aquellos intereses particulares usando al pueblo para beneficios de unos pocos.
No dejemos por fuera la violencia extrema que afecta la convivencia del país, resultado de la situación que tenemos alrededor. Las estadísticas después de días de protestas sociales arrojan con preocupación números como:
- 1106 civiles lesionados
- 1146 miembro de la fuerza pública lesionada
- 18 muertos
- 664 buses públicos destruidos
- 435 establecimientos de comercio destruidos
- 456 oficinas bancarias destruido
- 432 cajeros
- 231 estaciones de servicios públicos
Las Estadísticas nos dejan ver que esos civiles y policías son seres humanos nacidos en Colombia que tienen los mismos derechos y necesidades sociales. Perdemos la óptica de una realidad. Los daños causados al bien público independiente quien los haya hecho, les cuesta dinero a todos los colombianos, algunos bienes privados tienen por lo general un seguro y volverán a reabrirse a pesar de las pérdidas otros sucumbirán en la quiebra económica. Son muchas las situaciones negativas generadas alrededor de la historia del país, conflictos armados, corrupción, desequilibrio social, Covid-19 entre otros.
En este país es molesto hablar de la realidad, por eso siempre escuchamos medias verdades y todas son diferentes porque dependen siempre de donde provienen. Es vital decidir e iniciar un proceso para hacer renacer el país.
En los últimos días nuestra amada patria ha estado cundida de malas noticias y los nervios de los colombianos en el interior y en el extranjero, han sido puestos a una dura y terrible prueba, con todos los eventos acontecidos. Nuestra gente ligera de pensamiento, en seguida se da a la tarea de tejer suposiciones sin fundamento.
Todo apunta a que el escenario que viviremos en los próximos meses será de grandes retos para todos. Debemos renacer en la claridad de nuestra mente, tener un cambio de conciencia social, donde existan pensamientos colectivos y unir esas fuerzas que nos exige adoptar una mirada compasiva y empática con el prójimo.
Después de una etapa de dramática interrupción como esta ¿que nos espera? ¿Volveremos a ser como antes? ¿Cambiaremos en algo o en todo?
Esta experiencia nos ubica en la posición ideal de reflexionar en el renacer como el de la crisálida que al terminar su encierro en el capullo resurge transformada y despliega sus alas desde la oscuridad hacia la claridad.
Nuevos actores políticos saldrán a la palestra, nuevos emprendimientos e ideas innovadoras surgirán para generar negocios en pro del desarrollo productivo y sostenible en el tiempo. En este nuevo renacer, exige que se sustituya conductas individualistas, por líderes con propósitos, con un alto grado de conciencia y de sentido de pertenencia colectiva, comprometidos, con valores, visionarios y ejecutores de proyectos sostenibles que generen riqueza en el más amplio sentido.
¿Lo haríamos? ¿Seremos capaces de lograrlo? Es hora de renacer, de unir voluntades y pensamientos colectivos en pro de todo un pueblo que está pidiendo a gritos un cambio, que está pidiendo a gritos una mejor calidad de vida.
Nota: El pueblo necesita y quiere escuchar la verdad, ya está cansado de las verdades a medias y acomodadas a los intereses de unos pocos.
Un abrazo grande
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*Administrador de Empresas, Especialista Gestión de la Calidad. Finanzas públicas y Contratación Estatal.
Correo: lgtaboadac@hotmail.com
