Por: Laura María Jaimes Muñoz/ Una de las dimensiones a través de las cuales se manifiesta las crisis económicas y sociales, es la problemática de los sectores invisibles (Max-Neef, 1996), ¿cuáles son los sectores invisibles? Es la pequeña empresa, la que genera empleos formales e informales, los que inician desde lo micro con la esperanza de llegar a ser “grandes” pero las esperanzas duran poco cuando se dan cuenta de las altas tasas de impuestos que se evidencian en nuestro País para ser legales, esa esperanza que nace y muere ante tanta indolencia de nuestro gobierno insensible que pretende seguir desangrando al empresario, al trabajador, al honesto, al que sí trabaja.
¿Dónde están las ayudas que necesitamos? como trabajadores no se espera un subsidio de miseria cada dos meses para alimentar a la familia, que irrespeto para nuestra dignidad, pretender seguir alimentando la pobreza. ¡Ya está bueno! Lo que necesitamos es generar empresa, generar empleo, generar producción, generar proyectos sociales desde una economía visible y una cultura de paz y voluntad política donde se evidencien los recursos de los impuestos que aportamos día a día con alternativas de transformación capaces de impulsar emprendimientos e incrementando la autodependencia “de abajo hacia arriba”.
Las emociones no se dan ha dado por la inmediatez, esto ha sido producto de una serie de maltratos políticos y sociales, donde el pueblo no resiste más, donde el “manoseo” llegó a su límite, pues en medio de situaciones de angustia frente a una crisis generalizada los colombianos han afrontado los cambios en la educación, en la convivencia, en la cotidianidad, han afrontado, el desempleo, la enfermedad, es funcionar a “media marcha” no se resiste más.
Aquí es donde aparece la desesperanza aprendida, la desesperanza de no tener un futuro para nuestros hijos con un País que no piensa en la familias, con unos gobernantes que no piensan en el 90% de la población del país, sino es como llenar sus “bolsillos” de más dinero sucio, dinero de la salud, dinero de la educación, dinero de los proyectos productivos, dinero del sano esparcimiento, dinero de los Colombianos, pues mientras “ellos” piensan en más y más proyectos de cemento la gente se muere por falta de UCI o Consolas para terapia ECMO de las cuales sólo se tiene en disponibilidad 36 en el País y 16 Departamento de Santander ¡corruptos!
Cómo puede “dormir” un gobernante con el “lapicero” y ser capaz de no atender estas situaciones mientras sabe que día a día mueren personas por la falta de atención, como puede un líder político, así como se hacen llamar seguir llenando sus cuentas bancarias hasta el punto de no saber ya que hacer con su dinero, sin pensar en el otro, líderes de nada, líderes que no saben las necesidades del pueblo, líderes que saben hablar, pero no saben ejecutar.
Es el pueblo el que debe decidir no más líderes que siguen haciendo tanto daño al país, lideres con antecedentes de muerte y destrucción, con antecedentes de corrupción y miseria, no más lideres oportunistas que aprovechan las emociones de personas vulnerables y salen a “pescar en río revuelto” realizando “payasadas” de salvadores en las manifestaciones donde el que pone el “pecho” es el doliente, el que ya no siente esperanza ante tanta inclemencia ¡no más oportunistas!
La esperanza es saber elegir, el pueblo debe elegir, debe salir a tomar el poder por medio del reclamo justo en mesas de concertación, en mesas del dialogo real, no con “pañitos de agua tibia” sí con decisiones de apoyo a los trabajadores honestos que queremos un futuro mejor y no estamos pensando en irnos del país con nuestras familias y con el dinero sucio de los colombianos.
¡Es nuestra dignidad!
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*Psicóloga y Especialista en Psicología Clínica y de la Salud.
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