“Alah” estaba escrito en un cartel blanco. En las portadas de los libros, no en todos, algunos bestsellers, más bien juveniles, ahora utilizan poner el nombre de la obra como si estuviera escrito a mano, es como una tendencia desde hace rato, hacer que lo que hace la máquina parezca hecho por la mano de un humano.
Así estaba escrito “Alah”, como si hubiese sido escrito a mano. Arriba escrito en letras muy serias, esas sí como vestidas para coctel, decía Artesanías. Todas en mayúsculas, tanto las escritas por la máquina como las escritas a mano por la máquina. En total “Artesanías Alah”.
Y tienen razón ese estand también estaba en el pabellón de emprendimiento y artesanías de la Feria Ganadera en Cenfer, Bucaramanga y ese emprendimiento también estuvo apoyado por la Alcaldía de Floridablanca.
El siguiente párrafo es casi todo “copie y pegue” de dos notas anteriores, dice: más de 150 emprendedores están en el pabellón de Artesanías y Emprendimientos de la Feria Ganadera en Cenfer, en Bucaramanga, 66 son apoyados por la CCB Cámara de Comercio de Bucaramanga, más de 30 apoyados por la Alcaldía de Floridablanca, 25 apoyados por la Gobernación de Santander y 10 apoyados por el Imebu.
Antes ya les hablé de Roxxi, el emprendimiento de Mayerly Caicedo, y de Orgánicos Giany, el emprendimiento de María Alicia Castro Gómez. Ahora les hablo de Artesanías Alah, el emprendimiento de Ivana Prada, quien estaba allí muy atenta en el estand a atender a los clientes y visitantes, y preciso llegué yo, el periodista.
Portaba el carné azul de Corrillos con una cuerda amarilla en donde estaba mi nombre y el medio, y decía en letras blancas sobre fondo rojo: prensa, todas en mayúsculas.
Con esa identificación visual y hablada, Ivana Prada no tuvo inconveniente en contarme sobre Artesanías Alah, que se encargaba de piedras preciosas y tejidos en macramé. Me contó que era auxiliar contable y que además había estudiado o se había perfeccionado en armada de joyería artesanal para fundir metales como oro y plata, entre otros.
Con este emprendimiento Ivana lleva tres años. Digamos que antes de saber no sabía nada, pero con ese deseo de ser independiente empezó a generarse ideas, a saber, a aprender, se ayudó de su intuición, de lo que veía, pero también empezó a nutrirse por internet con diferentes vídeos y cursos y a practicar. Por ello al llegar al curso en el Sena de armado de joyería artesanal lo hizo como un perfeccionamiento porque ya traía unas bases muy bien fundamentadas. No comenzó de cero.
Es amante del arte desde siempre y aunque estudió auxiliar contable eso no la condujo por un túnel sin salida, al contrario, le dio bases fundamentales para manejar sus recursos. Aunque lo que mayor fuerza le dio a su emprendimiento fue su pasión y su deseo de independencia, de hacer su propia empresa.
Es madre de una niña de nueve años y hoy vive de su emprendimiento.
Tener un estand apoyado por la Alcaldía de Floridablanca le permitió a Ivana mostrar una enorme parte de su potencial creativo. No solo son las joyas que ofrece, que produce. Es también la presentación que hace de las mismas.
Su estand puede tener dos metros cuadrados, lo digo a ojos vista, no lo medí, pero lo que sí observé es que cada centímetro está puesto con gusto. Cada joya tiene su lugar como si fuera única.
Foto: Corrillos /En poco hizo mucho y si uno se pone a ver cada detalle se da cuenta de que allí se trabajó con interés por mostrar lo mejor del trabajo y de la mejor forma. Otros también lo hicieron, sin lugar a dudas, pero este es el momento de Ivana Prada y su emprendimiento Artesanías Alah, hechas “todo a mano, con amor”.