Diciembre es el mes más esperado por los colombianos, Navidad y Año Nuevo son fechas traen alegría, color y unión a los hogares. Pero, ¿qué hay detrás de los famosos villancicos que acompañan las novenas?
Según las creencias religiosas, los villancicos navideños son una forma de conmemorar el nacimiento de Jesucristo, pues en sus letras se hace alusión a la unión, el amor, la paz y la fraternidad.
Su origen se remonta al zéjel, una forma tradicional de poesía de la literatura, que fue inventado por el poeta Muqaddam de Cabra. Sin embargo, estos cánticos comenzaron a ser populares en España, Portugal y Latinoamérica entre los siglos XV y XVIII durante el renacimiento.
Los villancicos en la actualidad mantienen el espíritu navideño, los instrumentos clásicos que se usan en estas canciones y hasta el ritmo habitual de estas producciones musicales. Sin embargo, los temas que tratan suelen ser muy diversos.
Sin embargo, y en un principio, el origen de los villancicos no estuvo ligado a la Navidad como tal, sino que estas canciones populares trataban todo tipo de temas cuando comenzaron a popularizarse durante la Edad Media y el Renacimiento.
Orígenes humildes
La procedencia de la palabra villancico tiene un origen popular, ya que deriva de la palabra «villa» y a su vez del latín villanus. Sin embargo, y en un principio, el origen de los villancicos no estuvo ligado a la Navidad como tal, sino que estas canciones populares trataban todo tipo de temas cuando comenzaron a popularizarse en España y Portugal durante la Edad Media y el Renacimiento.
De hecho, ya el nombre en sí mismo sugiere de qué trataban las canciones que entonaban los «villanos», es decir, las personas de clase humilde que vivían en las villas medievales. Se trataba de composiciones vocales inspiradas en textos de temática rural y que no siempre iban acompañadas de instrumentos.
Estos poemas tuvieron un gran éxito y fueron musicalizados por grandes compositores del momento, como el músico y poeta Juan del Encina, el compositor renacentista Mateo Flecha o el compositor y organista Gaspar Fernandes, entre otros.
Los villancicos constituían uno de los tres principales géneros de la lírica española popular, junto con las cantigas y las jarchas mozárabes. Al final, una parte muy representativa de los villancicos renacentistas pasó a ser recogida en manuscritos y volúmenes antológicos conocidos como Cancioneros, entre los que destacan el Cancionero General, el de Palacio, el de Linares, el de Medinaceli, el de la Colombina o el de Upsala.
Los villancicos eran composiciones vocales inspiradas en textos de temática rural y que no siempre iban acompañadas de instrumentos.
Tal y como explica la filóloga Silvia Iriso en El gran libro de los villancicos, la variedad y asimilación temática favoreció la popularidad de estas canciones, pues «prácticamente cualquier cosa podía ocupar un estribillo: la noticia de la toma de Granada, la nostalgia de la patria…», aunque el tópico amoroso siguió siendo el más prolífico durante todo el siglo XVI.
Iriso cuenta en su libro que la iglesia vio en el villancico una fórmula perfecta para difundir y propagar su mensaje. Además de componer algunos villancicos inspirados en la figura de Jesucristo o de la Virgen, se extendió también el recurso de sustituir la letra profana por una sagrada con la indicación de «cántese al son de» o «al tono de», seguido del título de algún famoso villancico de la época.
El éxito de esta nueva modalidad llevó a la jerarquía eclesiástica a oficializarla y a permitir que los villancicos de temática religiosa se fueran interpretando poco a poco en las iglesias como parte de la liturgia.
Los villancicos y la Navidad
Los villancicos fueron formando parte cada vez más de las festividades religiosas, siendo la Navidad la celebración en la que esas composiciones se hicieron más populares. A lo largo de los siglos XVII y XVIII, los villancicos alcanzaron una gran sofisticación musical.
En ellos se llegaron a incluir coros, solistas e incluso representaciones escénicas, con lo que algunos llegaron a convertirse en pequeñas piezas teatrales. Con el tiempo, los religiosos más puristas comenzaron a repudiar la teatralidad y el carácter de los villancicos porque, como decía el sacerdote y teórico Pietro Cerone, «distraían a los oyentes de la devoción».
A finales del siglo XVIII, los antiguos villancicos fueron poco a poco fundiéndose con otros géneros, como la tonadilla, y mucho más tarde con la zarzuela.
A lo largo de los siglos XVII y XVIII, los villancicos alcanzaron una gran sofisticación. En ellos se llegaron a incluir coros, solistas e incluso representaciones escénicas, con lo que algunos llegaron a convertirse en pequeñas piezas teatrales.
Villancicos por el mundo
En varias regiones del mundo, a este tipo de composiciones se las conoce con diversos nombres: Koliadki en Ucrania y Rusia, Koleda en Bulgaria y Polonia, Pastorali en Italia, Weihnachtslieder en Alemania, Christmas Carols en los países de habla inglesa, Agüinado en Venezuela o Posadas en México y Centroamérica.
El villancico más conocido y que todo el mundo ha cantado al menos una vez en su vida es Stille nacht, heilige nacht, nombre original del famoso Noche de paz. Esta bella pieza tiene su origen en la casualidad, pues fue creada por un sacerdote austríaco que se encontró en la tesitura de tener que componer una canción que se pudiera interpretar sin el acompañamiento del órgano de la iglesia, pues éste se había estropeado.
Así que, para la misa del gallo de 1818 compuso Noche de paz, un villancico que ya se ha traducido a 330 idiomas. Otra canción navideña de gran éxito y conocida en todo el mundo es el célebre Jingle Bells estadounidense.
Quizá lo más curioso sea la transformación que estas canciones han sufrido con el paso de los siglos y la capacidad del ser humano de mantener las tradiciones, de recoger sus letras, sus melodías y conservarlas para las generaciones venideras. Los villancicos son un tipo de canción muy particular, y no gustan a todo el mundo.
Pero no podemos negar que son parte de nuestra historia y, aunque a veces a algunos les puedan resultar repetitivos y simples, forman parte de una antigua tradición cultural. No dejemos que caigan en el olvido…
Los más populares en Colombia
En Colombia los villancicos son utilizados para acompañar la ‘Novena de aguinaldos’ en los hogares o las iglesias, entre estos cánticos se destacan algunos títulos como: ‘Mi burrito sabanero’, ‘tutaina’, ‘Los peces en el río’, ‘A la nanita nana’ y ‘Antontiruriruriru’.
Dónde están los juguetes
El villancico fue escrito por el maestro venezolano Oswaldo Oropeza, quien tomó la idea de Martín Lutero de utilizar al niño Jesús para entregar los juguetes de Navidad en lugar de la figura popular de San Nicolás, de allí viene la tradición de pedirle regalos al Niño Dios y esperar que los otorgue el día de su nacimiento. Oropeza quiso plasmar en su composición la realidad que viven muchos niños, ya que no todos tienen el privilegio de recibir un juguete o regalo para Navidad.
Mi burrito sabanero
La canción fue compuesta en 1972 por el venezolano Hugo Blanco, el villancico habla sobre la travesía de los pastores para llegar al nacimiento del niño Jesús. La canción original fue cantada por un niño de cuatro años llamado Ricardo Cuenci.
Antón tiruriruriru
Este villancico tiene origen catalán, su nombre original es ‘La pastora Caterina’ y allí se canta al niño Jesús: «La pastora Caterina per present li va donar tres taronges de la Xina», dice la letra original. La canción ‘Antón tiruriruriru’ solo se canta en Colombia y se desconoce su autor.
La nanita nana
Este villancico se utilizaba principalmente para arrullar a los bebés. Sin embargo, Jeremías Quintero, oriundo de Barbacoas, Nariño, hizo una adaptación de la melodía para alabar al niño Jesús.
Tutaina
Este villancico narra el viaje de los tres reyes magos y los regalos que estos le darán a Jesús en su nacimiento. La palabra ‘tutaina’ significa ‘fiesta’ o ‘celebración’. Aunque su origen, autor y composición son desconocidos, la versión más popular fue cantada por Saida Ochoa con el respaldo del Coro del Instituto Venezolano de Ciegos.
Vamos pastores
Es un canto para la temporada de Navidad compuesto en el siglo XVI en España. La tradicional melodía acompaña la letra que invita a los pastores a visitar a Jesús recién nacido y a ser testigos de su gloria.
Zagalillo
Es una pieza musical que se inscribe dentro de la tradición de los cantos navideños, cuyo origen se remonta a la Edad Media y que ha evolucionado a lo largo de los siglos. Invita a creer en la llegada del Mesías.
Vamos vamos pastorcitos
forma parte de la música folclórica de la Navidad en muchos países de habla hispana y suele interpretarse durante las festividades decembrinas. La letra es una convocatoria a los pastorcitos, que simbolizan a los humildes y fieles, para que acudan al portal de Belén y rindan homenaje al niño Dios.
Pastores venid
Este Villancico,habla de la historia des nacimiento más esperado de la historia de la humanidad, narra cantando la imagen del portal de Belén, además, pone a la gemte como protagonistas.