Aunado a los enfrentamientos de los protestantes contra la Policía, que ya han provocado cientos de arrestos en todo el país, los universitarios estadounidenses también experimentan presiones punitivas desde las direcciones internas de instituciones como Yale, Harvard, Columbia y Vanderbilt.
El Colegio Barnard para mujeres, parte de la Universidad de Columbia, habría suspendido a más de 50 alumnas que fueron arrestadas el pasado 18 de abril, durante una de las protestas estudiantiles en el campus, según información de AP. Más de 100 estudiantes organizaron una concentración en las inmediaciones de la facultad para pedir que se levantaran las suspensiones a sus compañeras.
«Esto parece muy distópico», expresó Maryam Alwa, una de las estudiantes suspendidas por Barnard, que narró como recibió un correo desde rectoría en donde le informaban de la suspensión, inhabilitándola de tomar clases o entrar al campus, así como su expulsión temporal de la vivienda universitaria donde residía. Además, aseguró que solo le dieron 15 minutos para que juntara «lo que pueda necesitar».
La tensión es aún mayor para los estudiantes internacionales, que al enfrentar sanciones institucionales por su participación en las manifestaciones podrían poner en peligro sus visas y ayudas financieras, vitales para una gran parte de estudiantes extranjeros, según comentó Radhika Sainath, abogada que lleva un caso judicial iniciado por los jóvenes afectados en contra de Columbia.
«El nivel de castigo no solo es draconiano, sino que parece una insensibilidad exagerada», mencionó Sainath.
Las olas de protestas estudiantiles exigen a sus respectivas universidades, en términos generales, que rompan lazos comerciales e institucionales con cualquier empresa que tenga nexos con Israel, especialmente con sus Fuerzas Armadas.
Expulsiones, suspensiones y dudas sobre fechas de graduación
Según el Instituto para el Entendimiento de Oriente Próximo, la Universidad de Vanderbilt, en Tennessee, es la única institución de educación superior estadounidense que ha expulsado estudiantes por las protestas del 26 de marzo en contra de la guerra en Gaza. Tres estudiantes han sido expulsados, uno suspendido y 22 puestos «a prueba».
Jack Petocz, de 19 años, fue uno de los estudiantes expulsados de la institución. El joven puede seguir atendiendo a sus clases mientras continúa el proceso de apelación, pero ha sido expulsado de la residencia estudiantil donde habitaba, obligándolo a buscar un lugar para quedarse fuera del campus.
El joven expulsado fue acreedor a una beca universitaria en Vanderbilt por su activismo político juvenil, siendo parte de manifestaciones en contra de las medidas anti-derechos promulgadas por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, algo que a la universidad «parecía encantarle», según Petocz.
Desgraciadamente, la responsabilidad se acaba cuando se empieza a abogar por la liberación palestina, sentenció Petocz, que aún espera la resolución de su caso.
En Yale, una de las universidades más prestigiosas del planeta, más de 40 estudiantes fueron arrestados durante las protestas de la semana pasada. Craig Birckhead-Morton, universitario de último año, fue uno de ellos, y aunque las autoridades solo lo retuvieron por unas horas, ahora teme que su graduación, presupuestada para el 20 de mayo, corra peligro.
«La escuela ha hecho todo lo posible por ignorarnos y no decirnos qué pasará después», dijo Morton.
Enfrentamientos estudiantiles en UCLA
Mientras los estudiantes velan por conseguir librarse de las sanciones internas procedentes de la dirigencia institucional, las protestas continúan. En la Universidad de California, las manifestaciones pro-palestinas dinamitaron una respuesta por parte de la comunidad que está a favor de las acciones israelíes en Gaza, creando así dos asentamientos distintos dentro del campus, divididos únicamente por una valla de contención.
Este domingo 28 de abril, algunos manifestantes presentes derribaron la valla, provocando una riña entre ambos bandos que ocasionó confrontaciones verbales y físicas entre los participantes. Los enfrentamientos fueron intervenidos por la seguridad universitaria.
«UCLA tiene una larga historia de ser un lugar de protesta pacífica, y estamos desconsolados por la violencia que estalló», expuso Mary Osako, vicerrectora de Comunicación Estratégica de la UCLA, a través de un comunicado a la opinión pública.
La Policía californiana no tuvo injerencia en la pacificación de las hostilidades, y tampoco hay estudiantes arrestados por la riña.
