Por: Holger Díaz Hernández/ Las cifras de quemados, especialmente en los niños, aumentaron con respecto a los años anteriores, algo que debería producir el rechazo de la sociedad entera, ya que en un buen porcentaje estos se acompañan de ingesta de licor por parte de los adultos; cárcel y prohibición vía ley de la república, como ya lo hemos recomendado en el pasado.
La violencia no paró, los asesinatos sistemáticos a los líderes sociales, las matanzas a la población civil y los ataques a las fuerzas militares y de policía, fueron el día a día, de manera desafortunada.
“El ayer es un sueño y el mañana una ilusión. Vive el hoy, pero vívelo feliz”.
Aquí la tal paz total no pegó (como decían algunos funcionarios públicos de la ley 80 hace unas décadas), es un fracaso absoluto.
La relación gobierno-congreso fue caótica, como hace mucho no ocurría, la única ley importante que se aprobó fue la reforma constitucional al sistema general de participaciones de iniciativa congresional, que beneficia la economía de gobernaciones y alcaldías, pero que traerá un impacto fiscal negativo para el gobierno central, el cual se empezará a notar a partir del 2026, cuando ya no estén los actuales responsables.
También avanzan la reforma laboral con cambios de fondo de acuerdo al proyecto original y la reforma a la justicia que tiene aval del gobierno y de las Cortes, lo mismo que la ley de jurisdicción agraria, todas para tercer debate.
La ley de presupuesto para el 2025, por primera vez en 20 años no fue aprobada por el congreso, la ley de financiamiento también se hundió, así como la reforma política que tenía todo el interés del ministro Cristo, otro gran perdedor de la jornada, en cambio sí avanzó en dos debates el acto legislativo de transfuguismo, en contravía de los intereses del gobierno.
La reforma a la salud agoniza, difícilmente resucitara en la próxima vigencia y sigue en capilla ardiente la reforma pensional que fue aprobada a pupitrazo limpio hace unos meses en plenaria de cámara, pero que tiene 23 demandas en estudio en la Corte Constitucional, la cual, de acuerdo a expertos en derecho, se caería por vicios de forma y de fondo.
En la parte final de la tercera legislatura el rifirrafe con el presidente del Senado, Efraín Cepeda, estará de alquilar balcon, se advierte la renuncia de varios ministros que saldrían para hacer política: como el canciller Luis Murillo, de Relaciones Exteriores, Susana Muhamad de Medio Ambiente, Guillermo A. Jaramillo de Salud, Juan F. Cristo del Ministerio del Interior y Gustavo Bolívar del DPS, entre otros y la llegada de personas del círculo más cercano del Presidente, con lo cual la pugnacidad continuariá, sin contar que los resultados en Cámara no fueron tan buenos como se esperaba con la llegada de Jaime R. Salamanca, a quien le ha falto experiencia en el manejo de los debates y se le salieron de las manos, varios de los proyectos de ley de iniciativa gubernamental.
La ejecución presupuestal en la mayoría de los ministerios, especialmente en el de la Igualdad no alcanzó el 50%, los escándalos de corrupción no paran, más de 95 billones de pesos están guardados en fiducias sin tener definido en que van a ser invertidos pero donde si hay claridad y anuncios oficiales, es en el importante recorte de recursos en carteras como la de deportes, salud, vivienda, vías y en los programas sociales para los más pobres, es la triste realidad a la cual nos enfrentaremos el próximo año.
A todo esto se suma que el 2025 será un año marcado por la agenda política, más de 20 candidatos se alistan en el partidor, de la derecha y de la izquierda, pero el derrotero se impondrá en aprovechar el alto porcentaje de rechazo que tiene el gobierno actual ante la opinión pública, quien sea capaz de demostrar que conoce el país, que tiene capacidad para sacar del pantano en el que está sumida la economía, de combatir a las guerrillas y a los delincuentes organizados y devolver la confianza a los inversionistas, seguramente será el próximo presidente.
Tarea para nada, fácil.
Quisiera ser más optimista, pero siendo pragmático es lo que tenemos, a pesar de todo al ser humano siempre lo guía la esperanza y la fe en que el siguiente año será el mejor.
No me queda más que desearles mil bendiciones, salud, prosperidad y que todos nuestros sueños se conviertan en realidad.
Feliz 2025.
“La esperanza es el refugio del alma, en medio de la tormenta”.
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*Médico cirujano y Magister en Administración.