Por: Luis Alfredo Bonza Forero/ Desde el inicio en cada campaña al escuchar al actual gobernador de los santandereanos y auscultar al jefe del ejecutivo municipal de Bucaramanga, la ciudadanía no dudaba un solo instante serían los elegidos para desempeñar el digno cargo hoy representado, no hay duda tenían la obligación de enfrentar a los marañeros de turno, los mismos con las mismas de cada jornada electoral, porque en la política sucia se importuna jugando la balota favoreciendo a los acostumbrados a cobrar sin trabajar en la cosa pública, pero afortunadamente el plan de atarearse por parte de los dos mandatarios colige, no hay duda siendo sus gobiernos ajustados para cumplir, donde su honradez indica el éxito asegurado en sus gobiernos.
El general (r) Díaz Mateus, nuestro gobernador no ordenará compras con incrementos para favorecer lacayos como lo hacían en otrora gobiernos seccionales, los sobreprecios descomunales usureros, quienes fueron presuntos responsables hoy son desocupados particulares, dando grima mirarlos con el rabillo del ojo, la actual Administración examinará una posiblemente sustracción de dinero público en las compras pagadas por el departamento, dicen que en la Gobernación no se compraba ni se aceptaba cotización alguna sin el visto bueno del jeque, luego la mesa está lista para gente honesta que se siente a investigar, creo en el gobernador elegido, lo comentó en su posesión en la Asamblea de Santander, ¿no es metafórico? ¡Ojo!
Nuestro alcalde Jaime Andrés Beltrán Martínez, se posesionó con un slogan categórico “Soy Defensor de Bucaramanga” la Operación Candado en poder del alcalde y el gobernador, al jefe del ejecutivo municipal no le preocupa el exalcalde ido, ¿a Cárdenas lo acoso la conciencia? ¡No! Porque él no la tiene, se está enterado en su estar tiene chanchullos por resolver difíciles, pudiendo terminar en los estrados judiciales si hay equidad, lo cierto Bucaramanga regresaré a ser la ciudad bonita, el alcalde Beltrán la recuperaré aplicadamente, máxime con el apoyo del incondicional del gobernante seccional, en la gobernación-alcaldía hay funcionarios de alto riesgo, donde su espíritu corrupto les impide ser funcionario leal al gobernador y alcalde.
Los equipos de gobierno nombrados por el General Díaz y el insigne alcalde Jaime Beltrán deben ser de alta calidad moral, impolutos, idóneos, inquebrantables frente a la corrupción, pero hay tedio cuando se conocen nombres, se entrevé no hay cama para tanta gente, ¿hay ratas de dos patas?, los cuestionamientos existen sano averiguar en la Fiscalía para depurar cada entorno, no les será fácil gobernar pero mientras tengan al toro por los cachos, el ejemplar lidiado no necesitará picadores ni banderillas, porque los gobernantes del laurel asumieron su faena siendo distinguidos regentes, que para atrás ni para coger impulso, la tranquilidad regresa al palacio amarillo y a una alcaldía blanqueada entregada irresponsable inc.
Al leer el mismo libro no existen incongruencias luego trabajan por Santander, dos gobiernos preparados para corregir lo protervo de sus antecesores, elegidos para no gobernar sino pelechar, los administraciones salientes deben ser revisadas con cognición ante la desconfianza de los nuevos gobiernos en su percepción, que inicien las investigaciones desde la raíz del árbol Maquiavelo, al colofón del escrito por análisis de los empalmes los casi gobernador-alcalde anteriores han sido los más malos en la historia de Santander y su ciudad capital, gracias a Dios se inicia un Santander nuevo para acabar la ruta siniestra, dejaron la olla raspada (presupuesto) para contratar, casi arrancan el fondo de la vasija ese par de fatuos, avaros, e inconsecuentes.
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*Periodista