Por: Luis Carlos Heredia Ordóñez/ La falta de políticas claras en la gestión del riesgo en el departamento de Santander y específicamente en ausencia de un carácter técnico en las oficinas de gestión del riesgo en las alcaldías metropolitanas, se ha convertido en una nefasta y lamentable situación que ha puesto en riesgo a los ciudadanos, que incluso, ha tenido consecuencias lamentables como paso el día lunes en horas de la noche.
Es que la falta de planeación no puede ser una excusa en los municipios que tienen rubros específicos para la gestión del riesgo, equipo, maquinaria, además de todo un sistema en la administración ambiental, teniendo incluso una Corporación Autónoma Regional (CAR) que, con recursos nacionales y extranjeros, se desarrollan y ejecutan proyectos para la estabilización de la protección de la meseta de Bucaramanga.
Por lo tanto, no puede ser posible que se presenten situaciones lamentables como la que se presentarán en el sector de la Turena en Floridablanca.
Y es que las medidas de contención de taludes, de reforestación, específicamente de la protección y la construcción de obras de ingeniería que desarrollan incluso empresas locales y profesionales ambientales, deben y tienen que ser tenidas en cuenta para establecer una política de protección que en verdad y con hechos y obras de ingeniería, lleguen a proteger los intereses de los ciudadanos especialmente en procesos de movilidad, comercio, y construcción de vivienda.
No se puede seguir apoyando, los rubros ambientales y de gestión del riesgo en las administraciones metropolitanas, sencillamente se gasten en talleres que no cumplen con las funciones de manejo y mitigación del riesgo.
Es necesario que se desarrollen obras de ingeniería concluyentes y eficaces en la reducción de los riesgos, debido a los escenarios de cambio climático y calentamiento global que se vive en todo el mundo.
Debe tenerse en cuenta que, en sectores como Santander, tenemos una alta predisposición a afectaciones serias en la calidad de vida de los ciudadanos.
Ya es hora de seguir pensando en la renovación de una clase tecnócrata y burócrata, que no ha dado los resultados necesarios en la gestión ambiental y en los procesos de manejo ambiental de la ciudad, haciendo evidente que la necesidad de profesionales concluyentes y eficaces en la solución de los problemas de taludes en el área metropolitana de Bucaramanga, es una necesidad de ahora y urgente.
Por eso estimado lector, se debe exigir sin ningún tipo de excusa, los resultados en la gestión y los nombramientos de funcionarios públicos en el sector ambiental, que en muchos casos y específicamente en Bucaramanga, no han tenido los mejores rendimientos en su gestión, incluso algunos de estos involucrados en casos de corrupción y haciendo negocios con el dinero de los contribuyentes.
Además, es necesario hacer una regulación y control eficaz por parte de las contralorías en las actividades que realizan estos funcionarios, debido a que los salarios, prebendas, beneficios, y hasta las vacaciones, son pagadas por nosotros los contribuyentes, recordado a nuestros lectores que estos dineros salen de los altos impuestos que se han definido para la ciudad de Bucaramanga y que han sido altos.
Por eso es necesario que la gestión del riesgo y específicamente el manejo de riesgo en el área metropolitana de Bucaramanga, tenga una alta exigencia de las entidades de control, pero también de los ciudadanos porque en Santander y en el área metropolitana de Bucaramanga, la gestión del riesgo no puede ser únicamente quitar piedras de las vías con palas, hacer mensajes en redes sociales que no funcionan para solucionar los verdaderos problemas ambientales que se generan por los cambios climáticos bimodales y que generan riesgos a los ciudadanos en su integridad.
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*Tecnólogo ambiental, ingeniero ambiental.
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