El Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda, aseguró que espera comenzar las conversaciones con las disidencias de la extinta guerrilla de las Farc en «pocas semanas». El anuncio se da cuando en México ya se iniciaron los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El proyecto de ‘Paz total’ de Gustavo Petro planteaba desde su formulación un enorme reto: conseguir dialogar con las disidencias de las FARC. Una idea que defendía durante su campaña y, ahora desde el poder, el primer presidente izquierdista de Colombia tiene como gran pendiente lograr un acuerdo con los grupos que rechazaron el Acuerdo de Paz de 2016.
Este martes 21 de enero, el Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda, dio pistas de un primer paso hacia lograr dicho objetivo. Según el funcionario, se han llevado a cabo acercamientos desde el Gobierno con el denominado «Estado Mayor Central de las Farc» y también con el grupo «Segunda Marquetalia», que tienen como líder a Luciano Marín Arango, alias ‘Iván Márquez’, un antiguo comandante de las Farc.
La perspectiva de negociación con los dos grupos es diferente debido a su posición con respecto al Acuerdo de Paz entre el Gobierno colombiano y las FARC hace siete años.
El Estado Mayor Central se opuso desde el principio a las negociaciones, mientras que la Segunda Marquetalia lo rechazó tres años después de su firma. El grupo veía falta de garantías por parte del Gobierno del entonces presidente Iván Duque, de tendencia derechista.
Según indica la agencia de noticias Reuters, algunos «expertos legales dicen que el abandono del Acuerdo por parte de Segunda Marquetalia hace que el grupo no sea elegible para nada más que un acuerdo de rendición».
Este y otros temas claves, según Rueda, como “la suspensión de órdenes de arresto contra líderes disidentes y el desafío de avanzar en los diálogos disidentes”, siguen pendientes.
Medios locales señalan que seis miembros de las disidencias de las FARC podrían ser excarcelados por pedido de Rueda con el propósito de avanzar en el diálogo.
Las conversaciones paralelas
El pilar del programa de Gobierno de Gustavo Petro, la ‘Paz total’, es un proyecto de muchos frentes. Mientras se forman los acercamientos con las disidencias de las Farc, los negociadores con el Ejército de Liberación Nacional se encontraban en México.
Allí se desarrolla la segunda tanda de conversaciones con la guerrilla más longeva del país. Unos diálogos que llegan después de un momento de tensión entre las partes con el anuncio del presidente, a finales del año pasado, de un supuesto cese bilateral que el grupo negó.
A pesar del optimismo con el que se encaró la nueva ronda de negociaciones desde el Gobierno colombiano, Petro acusó al ELN de “sabotear” las conversaciones de paz. Unas declaraciones que llegaron después del secuestro del sargento Libey Danilo Bravo.
«Estos hechos de violencia contra la fuerza pública y los que día a día padecen las comunidades no pueden tener cabida en nuestra sociedad», sentenció Petro.
Sin embargo, este martes la guerrilla confirmó la liberación de Bravo, quien había sido secuestrado en el departamento de Arauca, en el este del territorio colombiano.
El Gobierno ha señalado que una de sus mayores prioridades será acordar un alto el fuego con el ELN.
«Esto es lo que esperamos: el inicio de la desescalada y el alto el fuego bilateral con el Ejército de Liberación Nacional», reiteró Rueda para Reuters.
Otros grandes pendientes del Gobierno
Gustavo Petro prometió poner fin al conflicto de 60 años en Colombia, que ha causado la muerte de al menos 450.000 personas.
Para lograr la ansiada paz no solo deberá negociar con las disidencias y el ELN, sino también con el Clan del Golfo, uno de los mayores grupos de narcotráfico en Colombia.
Un grupo que a mediados del año pasado decretó un paro armado después de la extradición de su jefe, Darío Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’, por parte del Gobierno de Iván Duque. Una medida que afectó a más de 150 municipios del país.
Además, Petro tiene el reto no solo de lograr la paz en la ruralidad colombiana, sino también en sus principales urbes. Según Rueda, ya está en contacto con 17 bandas urbanas de ciudades como Medellín, Buenaventura y Quibdó.
«La paz es de todos, cualquier grupo que quede excluido de la construcción de la paz hará inviable una paz estable, duradera y definitiva en Colombia», sostiene.