Por: John Anderson Bello Ayala/ Después del cruel episodio oscuro vivido el pasado jueves 17 de enero, el carro bomba que perpetró el corazón de la Policía Nacional de Colombia en Bogotá, institución insignia y más querida -la Escuela de Cadetes Francisco de Paula Santander- por aquellos jóvenes que buscan vestirse el uniforme, sus momentos de gloria, sus medallas y el orgullo para sus familiares, fue enceguecido por un ensordecedor estallido, en el que fallecieron jóvenes, grandes promesas al servicio de su patria.
La reacción de los colombianos fue inminente, su rechazo contra los actos terroristas, mientras en las redes sociales un joven comediante colombiano, de ascendencia árabe, se aprovechó del dolor nacional, sacando comentarios de doble sentido, con un tono burlesco sobre las víctimas del atentado, expresiones como: “Después del atentado de hoy hay más policías acostados”; “Vieron el atentado que pasó en Bogotá, estoy muy triste pero no por eso, sino porque un comediante subió un video llorando por lo del atentado y no haciendo chistes… en qué mundo estamos donde los comediantes ya no hacen chistes, comediantes piratas… me indigna mucho de verdad”; “Mucha gente indignada porque hice chistes de lo que pasó en Bogotá hoy, pero es que si no hago los chistes hoy, el tema se va en bombas”, puntualizó en sus redes.
Ibrahim Salem Zahrán Khalil, es un joven comediante, de 23 años de edad, Comunicador Social de la Pontificia Universidad Javeriana, que desde hace un par de años, ha intentado ganarse su lugar en el stand up colombiano; suele llamarse además como “Árabe sin camello”, quien publicó en su cuenta oficial, fuertes mensajes que valieron para la indignación de muchos internautas, se burló de quienes salieron a llorar las víctimas del atentado, especialmente uno de sus colegas humoristas Iván Marín, que publicó un video, en que consternado por los hechos, mostraba su dolor con lágrimas y en el que repudiaba la actual polarización que vive nuestro país, por cuenta de la política, entre sus expresiones señaló: “Lo que me tiene más destrozado es cómo los colombianos nos destrozamos entre nosotros mismos”.
Tras la lluvia de crítica contra Zahrán Khalil, que era de esperarse, los usuarios de la red social, no sólo pidieron reportar el contenido para que Twitter le cerrara la cuenta, sino que además algunos invitaron a no seguir asistiendo a sus presentaciones. El colombo palestino, quien actualmente se encuentra en México, ha participado en varias oportunidades en el famoso programa de la televisión colombiana, “Sábados Felices”, y en el Festival Internacional del Humor; hoy ha sido el blanco de críticas de todo un país, que le duele la caída de sus compatriotas, por comentarios frívolos, inadecuados, indignantes, vergonzosos, sin medir los sentimientos de un padre o una madre a la ausencia de su ser querido, incentivando a la violencia, persiguiendo un oportunismo populista, un repudio nacional y tergiversando el humor negro paródico a costa del dolor ajeno.
Por las controvertidas publicaciones, es el descaro del que se dice llamar comediante en exclusiva desde la ciudad de México en el Noticiero RPTV, fue entrevistado por el reportero Rodrigo Rodríguez, quien aclaró su posición frente a los comentarios de sus seguidores y denunció las presuntas amenazas de muerte contra él y su familia, además de expresar lo siguiente: “Es mi deber sacar chistes sobre el tema”; “…Es mi deber refrescar el tema con un chiste”; “La libertad de expresión está siendo anulada por la misma gente…”; “No me arrepiento de haber contado mis chistes y de haber dado mi opinión”.
Es tanto el cinismo de este personaje, que confunde el concepto de “libertad de expresión” como derecho constitucional, que tienen todas las personas para difundir sus pensamientos, opiniones, informaciones e ideas a través de diferentes medios, por ende se determina que estos tienen unos limitantes, pues la misma Corte Constitucional en su Sala Sexta de Revisión, advierte que la libertad de expresión no respalda las expresiones que inciten a la violencia, en contra de un individuo o grupo de personas, es decir que los límites de mis libertades terminan cuando afectan negativamente las libertades del prójimo.
Es claro que los comentarios del joven Ibrahim Salem, no se ajustan al respeto de la libertad de expresión, al supuesto ejercicio de su profesión como humorista, si se hace llamar humor a las expresiones desajustadas a una cruda realidad, que la sufrimos por décadas y que hoy nuevamente es el detonante con la muerte de nuestros líderes sociales y el ataque terrorista a la Escuela de Cadetes. No puede ser utilizado “el humor negro” para hacer daño, no puede ser cruel y jugar con el dolor de las víctimas, en su afán de lograr más like o compartidos en sus cuentas, mientras decenas de familias colombianas hoy lloran por sus seres queridos abatidos por una guerra injusta y sin precedentes.
Es inadmisible el regreso de la guerra a nuestro país, pero es más inadmisible que la intención humorística por las redes sociales se convierta, en el dispositivo para generar confrontación, violencia, discriminación y vulneración a los derechos humanos; este es un llamado a todos los internautas, por el respeto, la reconciliación, la solidaridad, a evitar comentarios crueles y destructores de la dignidad de las personas; es importante reconocer que el buen sentido del humor es hacer reír sin recurrir a la degradación del otro.
Hoy debemos estar más unidos que nunca, en lucha contra el terrorismo.
Correo electrónico: john5_1@hotmail.com
Facebook: John Anderson Bello