Por: Jesús Heraldo Rueda Suárez/ El abordar este tema trajo a mi mente viejos tiempos de buena tertulia con compañeros de trabajo que se hicieron hermanos de vida a lo largo de muchos años en nuestro paso por esa gran empresa, y es que en una de las tantas y buenas tertulias, en casa, o en uno de esos sitios agradables que han desaparecido en nuestra bella ciudad, como lo era la tortuga, hoy allí un excelente restaurante de un gran amigo (Misael), mi amiga Celia Marina, solía decir acompañada de esa risa contagiosa y alegre “quien tiene la información tiene el poder” (frase de Francis Bacon), hoy en día mi querida Celia Marina esa frase cambio por “quien tiene la desinformación tiene el poder”.
Después de esta breve introducción los invito a que revisemos lo que está pasando en el mundo en cuanto al manejo de la información o desinformación, y es que recibimos a diario, tanta a través de diferentes medios, las llamadas bodeguitas, las redes sociales, lo noticieros, revistas, de quienes solo comparten sin leer, sin saber si es cierto o no, me atrevo a decir que ya no sabemos que es cierto o que es falso, solo se ven opiniones a favor de unos y en contra de otros, sin importar si su contenido es cierto o falso.
Y es que este fenómeno llegó para afectar la política, las relaciones laborales, las relaciones personales, la seguridad y la imagen de las personas, es importante entender que está ahí, que ya todo no es como antes, que una noticia se debe validar, que toda información se debe corroborar, dado que el vector más usado para difundir noticias falsas, información falsa, son las redes sociales, porque se mueve de persona a persona, de forma rápida y además generando gran espectro de confianza.
Toda esta información en la mayoría de los casos viene de nuestros amigos en las redes sociales, es decir, de personas que nos gustan y en las que confiamos, por consiguiente, estamos más inclinados a confiar y creer en cualquier información compartida, en pocas palabras, las noticias falsas utilizan la confianza que tenemos en nuestros amigos y familiares también para animarnos a confiar y creerlas.
Por lo anterior se hace necesario desaprender, volvernos más estrictos con la información recibida, discernirla, valorarla antes de compartir, quienes crecimos escuchando medios como: la radio, leyendo periódicos y revistas serias, viendo noticieros de televisión de los de antes, todos ellos medios creíbles, hoy en día los más jóvenes se alimentan solo de todo lo digital, por ello es importante y responsable no propagar todas las informaciones recibidas, ya sea a través de estos medios o los llamados correos de pasillo, recordemos la frase eres esclavo de lo que dices y dueño de lo que callas, la prudencia es realmente un don preciado y sí hace verdaderos sabios.
Los invito a abordar este tema desde un punto de vista positivo, aprendamos a desaprender, vivimos en un mundo inundado de información desaprendamos dejando de creer en todo, ¿Qué significa aprender a desaprender?: es dejar de hacer lo mismo de la misma manera, eso implica aprender a encontrar o descubrir que sí existen otros caminos que permiten llegar al mismo lugar, recordemos que lo que nos rodea, las situaciones que se nos presentan a diario nos deben motivar a adoptar nuevas ideas, nuevas actitudes, nuevas habilidades, para convertirlas en nuevas formas de pensar y de actuar.
Cuán importante es desaprender y más en estos momentos que estamos viviendo, el concepto de desaprender significa reconocer que todo lo que se ha hecho no ha dado el resultado esperado, sin que esto signifique fracaso o desmotivación, todo lo contrario, significa que llego el momento de dejar todas las creencias establecidas, los conocimientos pasados de moda, para promover diferencias y cambios de mentalidad, de obtener y aplicar otra información y de encontrar otras formas de aprendizaje basado en experiencias positivas.
Nos hemos acostumbrado y preferimos todas las opiniones que nos hagan sentir bien, que no ameriten controversias, que nos den siempre la razón, ese es el común denominador en todas las relaciones ya sean laborales, personales, o en el campo político etc. Dejamos de construir partiendo de las diferencias, se prefiere la zona de confort de nuestra certidumbre que la desazón de la incertidumbre, primero yo, segundo yo y se queda alguito; pa mí.
El ser humano ha querido eliminar la incertidumbre, en vez de acogerla y adaptarse a ella, esto nos obliga a estar atentos, despiertos, se basa en estar entrenado y reaccionar rápidamente para solucionar los problemas que se presenten justo cuando los eventos sucedan; se asemeja a la actitud del bombero, que mantiene un entrenamiento permanente para apagar los incendios, recordemos que en las carreteras rectas es donde ocurren más accidentes, dado que la gente se duerme, en las carreteras con muchas curvas la gente está atenta, ahora no se trata de vivir en un mundo lleno de incertidumbres se trata de estar preparado y alerta.
Es importante perder el miedo al fracaso, dejar de alimentarnos de noticias y predicciones perdedoras, avancemos como personas, como país, y es que en Colombia carecemos de una cultura emprendedora, el temor al fracaso empresarial es muy elevado, la mayoría de los emprendedores se dan por la necesidad, porque no han contado con una oportunidad laboral, otro factor es la falsa creencia que un emprendedor deba darse con una innovación tecnológica, o un nuevo producto, no sr, partamos de lo que en mercadeo llamamos factor diferencial, puede ser el mismo producto y esta diferenciación puede darse de muchas formas, servicio, presentación, distribución, tiempos de entrega, etc.
Con esto quiero llevar un mensaje positivo de la forma como manejamos la información la cual puede llevarnos a vivir en un mundo totalmente nublado, lleno de negativismo, de oscurantismo, de información falsa hacia un país, una empresa o una persona, tengamos criterio, tomemos decisiones basadas en nuestros conocimientos, sumado a una inteligencia colectiva proactiva.
Traigo a colación la historia del sabio:
En un pequeño pueblo vivía un viejo muy sabio, era un narrador, un ser querido y respetado por todos los que vivían en esa región, un día, un grupo de muchachos traviesos y llenos de energía, tuvieron una idea le dijo uno al otro “vamos a desacreditar a ese viejo” y vamos a demostrar que es capaz de cometer errores, hagamos lo siguiente: cogemos un pájaro, muy pequeño, lo ponemos en una de nuestras manos, nos acercamos al viejo y yo le pregunto: viejo mi amigo tiene un pájaro en sus manos, ¿el pájaro está vivo? o el pájaro, está muerto?. Si dice que vivo, Ud. cierra la mano hasta matarlo y así le diremos que se ha equivocado, pero si él dice que está muerto, abres la mano y el pájaro se irá volando. De manera siempre va a salir perdiendo.
Y así lo hicieron. Atraparon al pájaro y se dirigieron, con euforia, a la casa del sabio, se acercaron, todos felices creyendo en su victoria.
Uno de los chicos preguntó al viejo sabio:
“- Con las manos hacia la parte de atrás, ¿en mis manos tengo un pájaro, el pájaro está vivo, o está muerto”?
El anciano miró los ojos de cada uno de los chicos, y con voz serena pero llena de autoridad, dijo:
¡Depende de ti! La vida o la muerte de esta ave está en tus manos “.
Eso mismo pasa con nuestra vida, de cómo la llevemos no depende de los demás, de las noticias, de los medios, de los murmullos, del que dirán, de si mi jefe, de si mi amigo (a) de si salió el sol o si está lloviendo, del trancón, etc… Depende de ti – en tus manos esta… Ánimo, adelante, ríe, canta, baila, se feliz, eres un triunfador.
*Profesional en Mercadeo
Twitter: @heraldoru
