Por: Reinaldo Pérez Flórez/ La academia siempre nos ha enseñado que todo lo que ha sido inventado en el mundo, de una u otra forma ya lo habían implementado los Griegos, los creadores de la democracia, ellos decían que existían dos principios fundamentales de este ejercicio político, la libertad y la igualdad. En el desarrollo doctrinal de los Estados Liberales John Locke afirmaba que “La libertad del hombre consiste en estar libre de cualquier poder sobre la tierra”, el doctrinante empezó a desarrollar este pensamiento en pleno oscurantismo del siglo XVI, donde predominaba el llamado poder de prerrogativa, y era el que personalmente poseía el monarca, al margen de la ley, en sus decisiones de gobierno y que hoy en día se relaciona directamente con el Poder Ejecutivo.
El poder de prerrogativa cuando es empleado en favor del interés general y el cumplimiento de los fines del Estado, es una prerrogativa de la que no puede dudarse, pero son precísame dudas lo que ha dejado la gestión del señor Juan Eduardo Durán, actual gerente del ISABU, Empresa Social del Estado, cuya función esencial es la Prestación de Servicios de Salud, a la población en condiciones de vulnerabilidad y pobreza. Es precisamente la descentralización de la función administrativa, la pluralidad de oferentes en la contratación, y la buena prestación un servicio de salud las que brillan por su ausencia en la administración Durán.
Y es que revisar los procesos de contratación es solo la punta del iceberg, donde millonarios contratos se han adjudicado de manera directa, pagados con dineros del PIC, (Plan de Intervención Colectiva) con recursos del Sistema General de Participaciones (SGP). En el informe del año 2019 la supervisora PIC, la auditora Helga Johanna Quiroga Landazábal, realizó observaciones de la ejecución del contrato, y trajo como consecuencia, que el gerente Durán, haciendo uso desmedido de su poder de prerrogativa, increpó a la funcionaria, ya que el informe evidenciaba que las estrategias de las dimensiones de impacto, no eran suficientes para una adecuada prestación del servicio de salud.
El informe del PIC 2019 habla de estrategias “educomunicativas” prevención, promoción de los distintos programas, y es precisamente lo que cuestionaron varios supervisores PIC que fueron desvinculados de la Institución, una cosa es lo que dice el informe y otra la forma en la que se está ejecutando. Los dineros del (S.G.P) que son de destinación específica se están convirtiendo en un trasteo, entre Dummies, gorras y material logístico, todo arrumado en una finca en la vía la mesa de los santos, los supervisores PIC al cuestionar la forma, fueron arrinconados por el señor Duran, él no acepta un no como respuesta.
El poder administrativo para el gerente Durán debe ser absoluto, el estar en el ISABU ha sido igual a un acto de coronación, los que no han estado de acuerdo se han tenido que ir, o preguntémosle al ex Secretario de Salud del Municipio Raúl Salazar Manrique, cuáles fueron las verdaderas causas de su salida del cargo con su Subsecretario. Si pudo ejercer ese poder de prerrogativa sobre un secretario de despacho ¿Qué pueden esperar los demás seres terrenales del ISABU?, ha tratado de intimidar a la actual Secretaria de Salud del Municipio, le tiene una denuncia penal en la fiscalía, el nombramiento no es de su agrado.
El gerente Juan Eduardo Durán es el heredero del “va porque va” institucionalizado por el suspendido alcalde Rodolfo Hernández, solo que el señor ha enraizado en el lenguaje neurolingüístico de los funcionarios del ISABU el “sí, se puede” este se escucha en todos los pasillos, buscando la obediencia del rebaño que bien ha sabido subordinar e intimidar. En la función pública el “va porque va” y el “sí se puede” son de una peligrosidad absoluta, en lo público no todo se puede, y si “va porque va” es únicamente para llenar el apetito particular de algún funcionario ambicioso y no del interés general de la ciudadanía.
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