Una jueza británica dictaminó el lunes que el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, no debería ser extraditado a Estados Unidos para enfrentar cargos criminales como la violación de una ley de espionaje, afirmando que sus problemas de salud mental implican que podría correr el riesgo de suicidarse.
Es probable que las autoridades estadounidenses apelen la decisión ante el Alto Tribunal de Londres. En última instancia, el caso podría llegar hasta la Corte Suprema británica.
Estados Unidos acusa a Assange, nacido en Australia y de 49 años, de 18 cargos relacionados con la difusión por parte de WikiLeaks de vastos registros militares confidenciales y cables diplomáticos de Estados Unidos, una acción que, según los fiscales, había puesto vidas en peligro.
Sus abogados argumentaron que toda la acusación tiene una motivación política, está impulsada por el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y que la extradición de Assange representaría una grave amenaza para el trabajo de los periodistas.
Aunque la jueza Vanessa Baraitser rechazó los argumentos de que la extradición debería prohibirse porque violaría la libertad de expresión de Assange, afirmó que existe un riesgo real de suicidio si es confinado en una cárcel de máxima seguridad estadounidense.
Según indicó, Assange sufre a veces de una grave depresión y fue diagnosticado con síndrome de Asperger y autismo. En la celda que ocupaba en su prisión de Londres fue hallada media cuchilla en mayo de 2019, y contó al equipo médico sobre sus pensamientos suicidas y que había hecho planes para acabar con su vida.
“Creo que el riesgo de que el señor Assange se suicide es grande si se aplica una orden de extradición”, dijo Baraitser en su fallo, dictaminado en la corte londinense de Old Bailey.
“La impresión general es la de un hombre deprimido y, a veces, desesperado, que teme de forma genuina por su futuro”, señaló, agregando que llama regularmente desde la cárcel a la asociación benéfica Samaritans.