Por: Sergio Julián Santiesteban Herrera/ Considero no al regreso a clases, ahora que se disparó el contagió, los niños, jóvenes son fraternos estoy seguro que en el aula de clases con la presencia y dirección del docente, los alumnos guarden distanciamiento y el uso de tapabocas e insumos de bioseguridad; pero en un cambio de clases, en descanso tengo la certeza de que esa fraternidad, el compañerismo será el motivo para dejar a un lado los protocolos.
He formado niños, jóvenes, adultos y se a ciencia cierta como es el comportamiento, la disciplina; del protocolo de bioseguridad será vulnerada por los sentimientos de los educandos. Hay reportes de niños con Covid y otros que partieron al cielo. QEPD.
Quien no recuerda o aún tienen esos lazos de amistad de nuestra infancia y adolescencia, esos son nuestros amigos de toda la vida que sin necesidad de ver lo, escuchar los por años, décadas, reanudamos un diálogo como si fuese ayer que hablamos. Así como los compañeros de trabajo, de la universidad más cercanos y vecinos de barrios, donde la fraternidad se dice que es a nivel de hermanos.
Diría que se perdió por el índice de contagios, también se perdió el trabajo que se realizó de concientización durante el confinamiento, el trabajo mediante los diferentes medios de comunicación, radiales, televisivos, de todos y cada uno de los ciudadanos replicando información, manifestando que si es cierto el grado de agresividad del este virus Covid-19, se perdió; se perdió por un odió más no por una protesta pacífica y decente sino por esas avalanchas de jóvenes incitados a destruir lo público y lo privado y hoy muchos jóvenes han perdido hasta su propia vida, se veía en redes como promovía la desobediencia de los protocolos de bioseguridad al participar de las marchas.
Hoy vemos como ellos mismos piden cadenas de oración por su propia salud y de familiares, amigos y gracias a la infinita misericordia de nuestro señor algunos se están recuperando otros lamentablemente partieron. Pero es insólito que quienes han logrado ganar la batalla se sientan Superman o Batichica para no reflexionar sobre sus propias vidas y la de sus familiares, pues andan sin tapabocas tomando en las tiendas, a falta de bares, ya desde temprano beben en las tiendas, que hoy en día parecen bares, casi ni caben, unos encima de otros, espalda con espalda quedan sentados y que viva la farra y el que más cante y le grito al despecho, que cuando llegue a la casa me pongo el tapabocas, que falta de conciencia y respeto.
¡Sálvese quien pueda!
Al parecer estamos como en un avión, donde debemos salvarnos para brindar socorro o auxilios a familiares, amigos. Estoy seguro que cuando tuve Covid, no contagié a nadie, de mi habitación no salí hasta después de 25 días, ya habiéndome dado de alta de la UCI, pasaron meses que ni el tapabocas en mi casa dejé de usar, la loza fue desechable y la ropa se lavó, toallas, sábanas se lavaron aparte.
Hoy solo siento gratitud de estar vivo, siento que es una oportunidad nueva el estar vivo después de estar en la UCI, de haber ingresado a una sala de reanimación, de ver que los exámenes revelan la realidad de la evolución de mi salud gracias a Dios.
Soy consciente que de joven sentir la adrenalina es más fuerte que el susto que el miedo y por ello se superan obstáculos, adversidades, se obtiene logros y triunfos a nivel deportivos, pero sentir adrenalina destruyendo, haciendo vandalismo, siendo perseguidos por la ley, a sabiendas que la fuerza pública y militar siempre ha de ser superior a la de estos jóvenes, por obvia razón, para neutralizar, contrarrestar el mal. Se arriesga a su propia muerte, porque quien juega con candela se quema y el Covid no tiene preferencia o distinción.
La gran mayoría de jóvenes veían esto como un juego de policías y ladrones, pero aquí no hay “tacho» o pausa, alto ya no juego, jóvenes quizás les hizo falta jugar a venados y cazadores. A ponchados, a yermis o yervis… Quemar esa adrenalina a nivel de juegos de recreación o deportivos; sin el uso de los protocolos de bioseguridad la falta de responsabilidad y conciencia hoy está pasando la cuenta de cobro a esas acciones, directa e indirectamente a familiares, amigos, compañeros.
Se disparó el contagió
Es decir, las marchas con educación, respeto, haciendo un llamado a ese sentir colectivo con el uso de protocolos de bioseguridad y respetando lo público y lo ajeno, luchando por un bien colectivo, no debió generar estas cifras tan altas, llegamos a quinientas muertes y vemos que en dos semanas a 700, como afirman los directores, médicos administrativos de la salud que llegaremos a los 1.000 y aun no se toma conciencia.
La sociedad entre jóvenes y adultos siguen viviendo como sí nada, les da Covid y si fue leve los síntomas e incluso agresivos, siguen saliendo y dejando a un lado los protocolos de distanciamiento como si sintieran satisfacción que los demás se contagien, argumentando que eso fue como un dengue, la chicunguña. Que le den gracias a Dios, que hay varías cepas de este virus y por lo menos no fue agresivo.
No solo pacientes y familiares batallan por la vida
El personal de la Salud. Desde la presidencia de la república, ministro de salud, gerentes de clínicas, médicos, enfermeras a diario están haciendo videos, audios, por diferentes medios, haciendo un llamado a el auto cuidado, a que no bajemos la guardia.
Antes de escribir esta columna, hice memoria de aspectos que había visto y sé que muchos lo han realizado mediante la observación, mire el comportamiento de nuestra sociedad en diferentes escenarios.
En casa con familiares, los que están distantes usan protocolo, ante todo no se quitan el tapabocas y hacen el llamado; los familiares más cercanos, se retiran el tapabocas, los niños terminan jugando y sin tapabocas. Ahora los niños con los vecinos, recorren las calles o vías con tapabocas y al rato si comen algo, hasta hay llego el uso de tapabocas y siguen compartiendo. Por ello digo que el regreso a clases con este picó y gran número de contagios es muy probable que se enfermen o lleven el Covid a sus hogares.
Ahora bien, en los parques hay distanciamiento, pero como están al aire libre terminan bajando el tapabocas al cuello y así tenga distanciamiento, el Covid viaja en vectores como las góticas y estas en el aire con movimientos aleatorios a la brisa o viento.
Debemos fortalecer lo aprendido
Es precisamente a el uso del tapabocas, es así de sencillo, entendemos que es la primera barrera ante el Covid, el segundo el distanciamiento y tercero y no menos importante el lavado de manos, por ello es necesario aprender la oración de San Roque: mire, pero no toque, esta nos la enseñaron para no tocar lo ajeno, el respeto a los bienes, que no se tocan sin permiso, menos adueñarse o apropiarnos porque es robar. Esa maña de tocar, coger sin necesidad, es la que nos contamina de gérmenes, bacterias y el virus.
Tenemos que ser conscientes que, si no nos cuidamos, nadie va hacer lo por nosotros, pero si nos cuidamos estamos cuidando a los demás en especial a quienes amamos, es decir familiares, amigos, compañeros y sociedad en general.
La disciplina, la obediencia, el respeto, el amor propio llamado autoestima, el amor a la vida, los valores y sentimientos debemos poner los en práctica.
¿Saben que nos hace falta y pasan los días, los meses y los años y no aprendemos?
Si precisamente todo lo que pensaste y si coinciden con el sentimiento más hermoso, el más grande, el más puro, el más sincero, el más valioso
El que debe permanecer por todos los tiempos para ser cada día más personas razonables, más humanos al poner en práctica los sentimientos.
El que surgen de los valores, del bien llamados éticos y morales.
Ese sentimiento que nada cuesta y que nace con los detalles.
Que surge con gratitud, con abrir nuestros sentidos, con estar dispuestos a vivir lo, a sentir lo.
Que nace y va creciendo como se consigne la vida, este sentimiento crece y se alimenta con detalles día a día, instante a instante.
Es el Amor, el sentimiento que debemos sentir los unos por los otros, qué bello es poner lo en práctica y para ello debemos tener a Dios en nuestro corazón, mente y acciones.
¡Que Dios nos bendiga y nos proteja con su presencia sangre misericordiosa, amén!
…
*Mecánico de mantenimiento de plantas industriales y docente industrial.
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(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).