“Conocí a un señor que es padre y madre con su hija. Él trabaja en reciclaje y su hija se ha intentado suicidar varias veces. Esas cosas realmente conmueven”.
“He estado también con chicos con discapacidad auditiva y me hicieron llorar porque nunca le he dado gracias a Dios por mis oídos, porque puedo escuchar, y ellos disfrutando alegres la vida me emocionaron. Jugué un partido de fútbol con ellos y lo hice para saber qué es jugar fútbol sin poder escuchar”.
“Hay tres señoras, una abuelita como de 72 años que ve por los ojos de su hija que tiene como 50 años, pero que no puede caminar, y también ve por los ojos de su nieta que está en el colegio. Y ella con su caminadorcito. Dios Santo, cómo es que tres mujeres solas salen adelante y no hay nadie que las pueda apoyar”.
Hacer política es también salir a la calle y estrellarse con otras realidades. Conocer otros mundos que solo se veían en televisión.
Las tres historias de las cuales apenas esbozamos los rasgos principales fueron halladas por Ricardo Parra Isaza un hombre de 44 años que empezó a recorrer a Floridablanca, un municipio del cual quiere ser Alcalde.
Con el cartón de bachiller, otorgado por el colegio Fundación UIS, Ricardo entró a estudiar ingeniería industrial en la Universidad Pontificia Bolivariana pero no terminó porque la mamá le pidió que la ayudara en el supermercado La Canasta.
La soñadora y la creadora
La Canasta es obra y gracia de Esperanza Isaza de Parra, la soñadora y creadora de la cadena de supermercados. Inició con quince años y con quinto de primaria una tiendita llamada La Canasta que a hoy ya lleva 26 años en Floridablanca.
A mediados de 2015 el alcalde en ese momento, Carlos Roberto Ávila, “me dijo lánzate a la Alcaldía de Floridablanca. Pero yo salí corriendo de esa invitación”, dijo el hoy candidato a esa magistratura.
Quien cuatro años después “de caminar y de discurrir y de conocer mucho más de Floridablanca me llevó a decir “venga por qué no hacemos un ejercicio y le generamos a Floridablanca una opción o una alternativa diferente a la que siempre ha tenido en estos últimos treinta años”, y aquí estoy”.
Es Ricardo, casado hace 20 años con Ana María Margarita Contreras Valencia, padre de dos hijas una de ellas ya en la universidad con estudios en administración de empresas y la menor de 13 años que cursa octavo grado.
En resumidas cuentas dijo de su vida el candidato que “desde hace 20 años dedicado al servicio de la comunidad, de la gente, de la iglesia, y hace 13 años tenemos la Fundación Salvar que ayuda habitante de calle, hace siete años empecé con unos equipos de fútbol hoy son seis equipos, hace tres años y medio una escuela de fútbol de 4 a 15 años, me gusta ayudar al adulto mayor”.
Un ejercicio político nuevo
El Pastor de la iglesia Comunidad Cristiana de Bucaramanga dijo que este era su “primer ejercicio político de toda la vida, avalado por el Partido Colombia Justa y Libres”.
Dice que trabaja todo los días y ahora con la “candidatura a la Alcaldía de Floridablanca es diferente porque tu todo el tiempo estás pensando qué hacer, cómo creces, cómo avanzas, cómo le llegas a la gente y lidiar con una cantidad de ataques cuando eres un candidato que crece y los otros candidatos no quieren que crezcas y avances. Generan una cantidad de envidias, de enemistades y también te ponen cosas que te desgastan en este proceso de candidatura”.
“El trabajo comienza desde las seis de la mañana hasta las once de la noche. Mi madre y mi padre me acompañan y mi esposa es mi jefa de campaña entonces ella está conmigo, está haciendo labores también y entienden la labor que hago y la verdad es que sin el apoyo de mi familia sería difícil hacer esto”.
Confesó además que “la hija menor, la de 13, es la que menos me ve, esa es la verdad, pero le prometo que apenas pase el 28 de octubre, las elecciones son el 27 de octubre, y ya el 29 le prometo a mi hija que salimos a vacaciones y salimos a recuperar el tiempo perdido porque creo que yo la he extrañado más que ella a mí”.
Pese a esa distancia se siente satisfecho porque esta campaña le ha permitido “conocer gente nueva, conocer emprendedores, conocer gente que quiere luchar y salir adelante, conocer gente que también está cansada de lo mismo y que cree en el cambio, en las oportunidades, que cree que hay opciones nuevas que han llegado a Floridablanca”.
“Y soy una persona de causas y las causas me gustan, cuando una persona me presenta una problemática, una circunstancia, una situación e su vida, eso me motiva para decir qué hago para ayudar. Me gusta ayudar mucho y espero que podamos seguir ayudando a muchas más personas durante toda mi vida”.
Simpatías en la tercera edad
Gane la Alcaldía o no, Ricardo siente que la campaña “me ha traído grandes beneficios, en el caso de mi hermano mayor que hoy me acompaña, muy unido a mí en este proceso, nosotros siempre fuimos buenos hermanos, pero no más. Hoy es un gran amigo, es un gran apoyo, es un gran escudero”.
“El ver a mi esposa trabajando conjuntamente conmigo en esto a mí me ha parecido espectacular. Verla esforzándose y defendiendo a su esposo, eso me ha traído una alegría enorme”.
Así mismo dijo que “ver a mi papá y a mi mamá caminando las calles conmigo, eso me ha traído grandes alegrías. Y he conocido cientos y miles de historias que me han conmovido y que me han llevado a seguir adelante. Así que en este momento estoy contento. Al principio lo dudé mucho, pero hoy estoy feliz de hacer este ejercicio y esperando que al final los resultados sean positivos en todo el proceso”.
En ese caminar por las calles no le faltan las admiradoras, “sobre todo las abuelitas que dicen “usted está muy simpático, voy a votar por usted”. Son de setenta años o de ochenta, yo les creo, a esa edad ellas no son mentirosas, son honestas”.
Y lo que no podía faltar, la combinación religión y política que a él sin duda le plantan de frente los contradictores.
No obstante Ricardo responde a eso que “yo nunca he combinado la parte política con la religiosa, considero que en la parte religiosa se llega a la vida de una persona para generar principios, valores, y un estilo de vida, y cuando tu llegas a la política lo que tienes que hacer es aplicar esos principios y esos valores que conociste de parte de Dios para que puedas hacer mejor las cosas por los ciudadanos”.
Sin más por el momento se despidió y corrió al almuerzo porque en quince minutos ya lo esperaba otro compromiso.