La solicitud formal la presentaron tres países del Pacífico que son particularmente vulnerables con la crisis climática. Aunque la pelea jurídica para que se incluya dentro del Estatuto de Roma lleva años, la presentación oficial coincide con la publicación de una encuesta que muestra que el 72% de los habitantes de los países del G20 respaldan la idea de criminalizar el daño generalizado al medio ambiente.
Que el ecocidio sea procesado por la Corte Penal Internacional. La iniciativa la presentaron los estados insulares de Vanuatu, Fiji y Samoa. Su intención es que se convierta en el quinto crimen que procesa la CPI, además del genocidio, los crímenes de lesa humanidad, los de guerra y el de agresión.
Aunque la petición formal llegó al tribunal de La Haya el pasado 9 de septiembre, no es nueva. De hecho, desde 2019, Vanuatu y Maldivas le pidieron a los estados miembros del Estatuto de Roma que incluyeran al ecocidio como un crimen. Por su parte, Bélgica respaldó la solicitud diciendo que sería útil considerar la posibilidad de incluirlo en el mandato de la Corte.
La presión política continuó a lo largo de los años, al punto que la organización no gubernamental Stop Ecocide Foundation convocó a los 12 abogados penalistas y ambientalistas de todo el mundo para elaborar una definición jurídica de qué es el ecocidio, una base para poderlo incluir como el quinto crimen internacional. De esta manera, le sugirieron a la CPI desde el año 2021 que determinara el ecocidio como aquellos “actos ilícitos o imprudentes cometidos a sabiendas de que existe una probabilidad sustancial de causar daños graves, generalizados o duraderos al medio ambiente”.
Justamente, es esa misma definición la que retomaron los tres países del Pacífico ahora para presentarle formalmente a los Estados miembros de la CPI que consideren la opción de declararlo como un delito.
Este proceso, sin embargo, puede tardar años. Aun así, la batalla jurídica no se ha quedado solo en las cortes internacionales. Diferentes países han modificado sus leyes para tratar el ecocidio como un crimen. Así lo hizo Bélgica a principios de 2024 y la Unión Europea lo incluyó como un “delito calificado”. Normativas similares se discuten en Perú, Brasil, Escocia, Italia y México.
72% de los ciudadanos del G20 respaldan que los daños ambientales sean un crimen
La iniciativa no solo está ganando terreno en la CPI, sino que además está teniendo cada vez más respaldo de miles de ciudadanos en diferentes partes del mundo. Así lo releva la más reciente encuesta Global Commons 2024.
El estudio se hizo en los países del G20 y una de sus preguntas cuestionaba si era necesario criminalizar las acciones que dañaran de manera generalizada, duradera o irreversible el medio ambiente. El 72% de los encuestados respondió que esto sí debería ser un delito.
“En los círculos políticos, ha habido mucha presión para hablar de ecocidio en los últimos 10 años. Pero no se había hecho ninguna encuesta global para preguntarle a los ciudadanos sobre sus posturas. Entonces, esta fue la primera vez que se preguntó. No sabíamos qué íbamos a obtener. Creíamos que el resultado sería más bajo porque la conciencia de la gente sobre este punto suele ser bastante baja. Pero nos sorprendió muchísimo ver que casi tres de cada cuatro personas que viven en países del G20, respaldan criminalizar el daño ambiental a gran escala. Es un resultado muy sorpresivo”, explicó Owen Gaffney, el codirector de Earth4Life, una de las dos ONG que encargaron el estudio junto con Global Commons Alliance.
Gaffney agrega que este respaldo puede ser importante en el estudio que está haciendo la Corte Penal Internacional para incluir el ecocidio como un delito, aunque precisó que unos países del G20 respaldaron más la criminalización que otros en la encuesta.
Japón y Arabia Saudita, por ejemplo, mostraron menos respaldo a criminalizar el daño ambiental a gran escala. Vimos el más alto respaldo en países como Kenia, Indonesia, Brasil e India. Pero diría que es sorprendentemente alto en general en los países del G20, señaló.
Una división similar entre los países encuestados se presentó también al momento de preguntar si el planeta Tierra se está acercando a un punto de no retorno por los daños ambientales. El 69% del total de los encuestados respondieron que consideraban que sí se había llegado a ese punto. Pero, como lo explicó Gaffney, la preocupación fue mucho más alta en lugares como Brasil, México, India e Indonesia; en comparación con los resultados que obtuvieron de países europeos o de Arabia Saudita.
“No sabemos muy bien la razón por qué. Podríamos especular que algunos de estos países, como Brasil o Indonesia, la gente está muy cerca de estos grandes ecosistemas, y saben que son muy vulnerables y están cambiando rápidamente. Lo que explicaría la preocupación. Y ellos, además, se sientan más expuestos a los riesgos ambientales”, indicó el codirector de Earth4Life.
Brasil: el río Pinheiros se volvió verde
Parte de esa preocupación se vivió justamente en Brasil, concretamente en São Paulo. El río Pinheiros, que atraviesa la que es la ciudad más poblada del país y de América Latina, se puso de color verde a inicios de septiembre.
La empresa ambiental del Estado explicó que la fuerte sequía hizo que los afluentes del río se disminuyeran. Y con un caudal tan mínimo, se multiplicaron las algas por la concentración de nutrientes. Incluso, las autoridades tuvieron que bombear agua para aumentar el nivel. Pero en un punto, el olor fue tan fuerte, que afectó a los habitantes.
El aire no solo sufrió por las condiciones del río. La empresa ambiental estatal tiene 85 puntos de monitoreo y en la mayoría se midió una muy mala calidad de aire por la alta concentración de polvo, hollín y humo.
La causa son los incendios forestales, sumados a la falta de lluvia. Incluso las autoridades estatales recomendaron no hacer actividades físicas al aire libre y proteger especialmente a los menores de edad y a las embarazadas.