Por: Tatiana Hernández/ Hoy son las redes sociales y otros amigos los que se han encargado de formar a los más pequeños, ya que los padres de familia se encuentran ocupados en todo tipo de tareas diferentes a asumir la responsabilidad que va más allá de llevar la comida a la casa lo cual obviamente también es importante, pero de qué sirve un plato de comida cuando hay vidas sumidas en la más absoluta amargura, los índices de suicidio y abuso en menores de edad cada día aumentan ante la fría mirada de indiferencia de la población la cual solo se sigue acostumbrando, sin mover un dedo para cambiar la situación.
Analizando esta problemática, me siento culpable por ser uno de los indiferentes que solo se concentran en solucionar sus problemas y en ocasiones aplicamos una frase familiar “salvar mi vida que los demás saberán”, que se refiere a que me ocupo de lo mío y que cada quien haga lo que pueda por lo suyo, hay situaciones en las cuales nadie debería opinar. Me refiero a chismes que ni suman o restan a nuestras vidas en eso obviamente no debemos meternos, pero en casos donde una vida corre peligro y más la de un indefenso no debemos ser cómplices con el silencio.
Es necesario crear rutas de atención que permitan recepcionar denuncias y que sean los entes de control quienes investiguen y actúen a tiempo, la comunidad teme denunciar por represarías y en otras ocasiones porque aparentemente no sirve de nada, los ciudadanos manifiestan que muchas veces no sienten el respaldo para actuar, que la unión no solo se refleje en asistir a una marcha de rechazo o un multitudinario homenaje el día del sepelio cuando ya no podemos hacer absolutamente nada, seamos agentes de cambio visibilizando por todos los medios y con pruebas aquellas problemáticas que afecten a nuestros niños, de nada sirve llorar cuando el mal ya está hecho.
Siempre hemos hablado que los niños y jóvenes son el futuro de la humanidad, hoy me pregunto: ¿Qué nos espera como humanidad? Cuando los tenemos en el más absoluto descuido, es evidente que estamos ignorando que el futuro se construye en el presente y que como toda semilla se siembra hoy, pero los frutos se ven mañana.
Por eso más allá de ser el futuro debemos entender que son el presente del desarrollo de la humanidad y que todos somos responsables de construir una sociedad que sea un espacio seguro para todos, soy consciente que todo lo que soy como mujer al día de hoy se debe al sin número de lecciones que recibí cuando tan solo era una niña, desde la formación en mi hogar y la educación en el centro educativo en el cual estudie, eso me convirtió en lo que soy y la reflexión es para invitar a todos los lectores a que seamos más que espectadores y empecemos a hacer más, el momento es ahora.
Hoy me cuestiono, ¿qué vamos a hacer? ¿Seguimos indiferentes o hacemos la diferencia? Empecemos por actuar sin importar las consecuencias, porque como decía mi abuelita con llorar nada remedias, hagamos lo posible por proteger a nuestros menores. Padres de familia por favor sean responsables y entiendan que no es suficiente con engendrar y alimentar, la responsabilidad de formar no es solo de los colegios.
Construyamos una sociedad en la cual podamos convivir, que las historias de Sofía Delgado en Villagorgona, Liyen Moncada en Landázuri, los hermanos Esteban y Camila en Engativá; entre otros menores asesinados en los últimos días no se repitan, actuemos porque el silencio no puede seguir siendo el cómplice de aquellos que siguen haciendo daño, crean en sus hijos, investiguen, pregunten, asegúrense y sobre todas las cosas protéjanlos, ya que como dice la biblia, “el diablo anda suelto buscando a quien devorar”.
Seamos abanderados de la familia, volvamos a esas buenas costumbres de sobreproteger a los niños, cuidar más de la cuenta, preguntar, invadir la privacidad, suena mal en ocasiones, pero eso marca la diferencia, para todo hay edad y todo tiene su tiempo, hay tiempo de soltar y tiempo de preguntar, el abusador puede estar dentro de la misma casa o en el círculo más cercano de la familia, por eso los invito a estar expectantes de todo lo que tiene que ver con los niños, en la casa y fuera de ella, cualquier cuidado no es suficiente y es mejor prevenir que lamentar.
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*Directora grupo corporativo Influyentes, analista y estratega político-comercial
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