En Chile, para redactar una nueva propuesta de Constitución se necesitan 50 consejeros y más de 15,1 millones de ciudadanos los escogieron este domingo. La ultraderecha se llevó una contundente victoria con más del 35% de los votos. Los resultados sellaron los segundos comicios constituyentes en dos años, que buscan ser un paso más para dejar atrás la Carta Magna de 1980, promulgada durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Los chilenos fueron a las urnas este domingo para elegir quienes redactarán la nueva Constitución del país. En su mayoría, la ultraderecha arrasó en los comicios, quedándose con más del 35% de los votos.
Así, el Partido Republicano se llevó la delantera. La bancada liderada por el excandidato presidencial, José Antonio Kast, ha manifestado estar a favor de mantener la criticada Carta Magna que data de la década de los 80, proclamada durante la dictadura de Augusto Pinochet.
El líder ultraderechista se pronunció y dijo que «hoy es el primer día de un futuro mejor, un nuevo comienzo para Chile» y que el país «ha derrotado a un Gobierno fallido».
«Logramos una meta importante, pero no es tiempo de dividir el país, sino de trabajar en unidad por el bien de Chile», añadió Kast tras conocer los resultados.
En segundo lugar, con cerca del 28% de los votos, quedó la lista Unidad Para Chile de la que hacen parte los partidos de Gobierno, Frente Amplio del presidente Gabriel Boric, el Partido Comunista y el Partido Socialista.
La derecha tradicional representada en Chile Seguro quedó en tercer puesto, quedándose con más del 21%. En esta coalición están los partidos UDI, Renovación Nacional (liderada por el exmandatario Sebastián Piñera) y Evópoli.
Por su parte, la lista centroizquierdista Todo por Chile se llevó solo 9% de los votos y fue una de las grandes perdedoras de estas votaciones.
El Partido de la Gente, de la derecha populista, quedó de último con poco más del 5%. Aunque parecía repuntar en las encuestas, un caso de narcotráfico de unas de sus candidatas podría haberlos afectado.
Según las estimaciones, el Partido Republicano podría ocupar 20 de los escaños y tendría así el derecho de veto. Se trata, en ese sentido, de un cambio de fuerzas políticas con respecto al proceso anterior. En la Asamblea Constitucional, encargada del primer texto, las fuerzas de la izquierda podían pasar puntos sin necesidad de contar con la aprobación de la derecha.
Esta vez, el oficialismo tendrá un escenario adverso. A pesar de ello, Boric reconoció los resultados y alentó al diálogo.
«El proceso anterior, debemos decirlo, fracasó porque no supimos escucharnos entre quienes pensábamos distinto. Quiero invitar desde ya al Partido Republicano a no cometer el mismo error que cometimos nosotros», sentenció el mandatario.
El segundo intento
En Chile, los centros de votación cerraron a las 18:00 hora local (22:00 GMT) en el segundo intento del país en dos años por sustituir la actual Constitución.
El texto anterior redactado por la Asamblea Constitucional, dominada por miembros de la izquierda e independientes, fue rechazado por un 62% de los votos en un plebiscito el 4 de septiembre de 2022.
Chile acordó cambiar su Constitución como una forma de aplacar las protestas sociales que emergieron en octubre de 2019 en contra de la desigualdad social.
Luego de las protestas, el país ha celebrado siete elecciones. Pero esta vez, el fracaso del proceso anterior y la inédita crisis de seguridad que atraviesa el país explicaron, según los expertos, la desafección hacia estos nuevos comicios.
Boric, que se involucró menos en la actual contienda, votó en su natal Punta Arenas (extremo sur de Chile).
«Como país, tenemos una oportunidad histórica para reconciliarnos, después de las fracturas que hemos vivido, y avanzar hacia un país desarrollado e inclusivo, donde nadie se quede atrás», había asegurado el mandatario.
«Confío en la sabiduría del pueblo chileno y espero que la gente vote informada, sin miedo», agregó Boric.
Las particularidades del nuevo proceso
La gran novedad de este segundo intento por renovar la Constitución es la participación de 24 expertos designados por el Parlamento, cuya misión es elaborar un borrador que sirva de base a los 50 consejeros (25 hombres y 25 mujeres), elegidos este domingo en las urnas.
Otra de las particularidades es la existencia de 12 principios básicos acordados a priori por los partidos para evitar una propuesta refundacional como la anterior, que incluyen la declaración de Chile como un «Estado social y democrático de derecho», la indivisibilidad de la «nación chilena» o el sistema bicameral.
Además, el proceso ha buscado tener una mayor cabida de las voces ciudadanas. Para ello, se estableció la secretaria de Participación Ciudadana. Un organismo que busca llenar los vacíos del pasado y las críticas de la sociedad civil de haber sido ignoradas en la elaboración del texto.