Por: José Luis Arias Rey/ La vida moderna ha traído nuevos afanes a la humanidad, la revolución industrial y los movimientos posteriores a la misma, dentro de los que se encuentra la nanotecnología, desbordaron el ansia de los capitalistas del mundo, que encontraron en la industria de la postmodernidad, una fuente inagotable de dinero que vino a acrecentar sus capitales.
China, en su extraño modelo político y económico, que se declara socialista de puertas para adentro, pero que es el más voraz de los capitalistas, de puertas para afuera, implementó el más agresivo modelo industrial de que tiene conocimiento la humanidad desde su existencia, todo esto, sin respeto alguno por las normativas ambientales acogidas por los países industrializados del mundo y que le brindaron una ventaja comparativa inigualable en su modelo productivo, que se benefició de materias primas muy baratas y de fácil acceso, de mano de obra a un costo incomparable y procesos industriales sin límite ambiental alguno, conllevando todo esto a una producción a muy bajo costo, que les permitió romper el espinazo de sus competidores mas cercanos.
Así, China logró convencer de manera forzada a la industria mundial de montar sus factorías en ese país y hacerse socio de esas compañías desde esa perspectiva de presión económica y de costos.
Hoy vemos compañías que otrora eran iconos del capitalismo, produciendo en China sin reato de conciencia alguna, siendo cómplices de la explotación humana que el régimen hace de sus ciudadanos, Apple, Bmw, entre muchas mas, hoy despliegan sus procesos industriales en territorio asiático, pero se presentan al mundo como productos occidentales, con una estela de pobreza y sometimiento que el mundo occidental no conoce o se hace el de la vista gorda, mientras se beneficia de los precios que esa explotación le ofrece en un mercado cada vez mas exigente, pero que no está dispuesto a pagar los verdaderos costos humanos (mano de obra) y ambientales que de ello se derivan.
Esa precaria condición social de las mayorías poblacionales en China, mantiene en el atraso social, económico y cultural, a una de las naciones mas ricas del mundo, en donde el Estado es muy rico, pero esa riqueza no redunda en una mejor calidad de vida de sus habitantes, quienes viven en el medioevo occidental, consumiendo alimentos non santos, que hoy por hoy, pasan una factura por ventanilla a esa nación y ponen en peligro a toda la humanidad.
Occidente no puede obviar la responsabilidad que le asiste en lo relativo a las condiciones de vida de la nación china, es precisamente occidente la que ha alentado esa industria desaforada, esa explotación indiscriminada y sin acatamiento normativo alguno de los recursos naturales y de contera también la explotación laboral y humana que vive la población que sirve a ese modelo productivo avasallante e inescrupuloso que se ha implantado en esa republica.
La demanda occidental, incentiva ese modelo productivo y sin escrúpulo alguno, lo cual facilita las difíciles condiciones de vida de una población que sirve de despensa al mundo, pero que en nada se beneficia de la enorme riqueza que sus recursos naturales y su trabajo generan al régimen, un régimen mas preocupado por tener ciudades bonitas, que ciudadanos felices.
Es evidente que China no ha contado toda la verdad en lo que respecta al coronavirus 2019, una pandemia que amenaza a toda la humanidad pero que como ya se ha dicho es responsabilidad de todos.
El mundo debe exigir a China el estricto acatamiento de la normatividad ambiental acogida por los países productores, so pena de ver disminuidas sus ventas al no hacerlo, la humanidad debe exigir al gobierno de ese país, que cumpla con los estándares mínimos laborales con sus conciudadanos, lo cual redundaría en una mejor calidad de vida de esa población, el mundo no puede seguir siendo cómplice de esa tragedia humanitaria en que China mantiene a sus habitantes, solo para obtener productos que satisfagan sus expectativas, a unos precios accesibles pero que detrás llevan la tragedia de muchos seres humanos que viven en indignidad para saciar las ansias de quienes detentan un nivel adquisitivo, pero que no están dispuestos a pagar lo justo por esos productos.
El coronavirus es solo la punta del iceberg que desde China se vuelca sobre toda la humanidad sino no entramos en conciencia.
Twitter: @asjuram