En estudio realizado por el alcalde de Barrancabermeja, Jonathan Vásquez Gómez y el equipo de Hacienda distrital, el alcalde compartió que las finanzas del distrito atraviesan un momento complicado y su impacto en las próximas vigencias fiscales es preocupante.
Se hace necesario establecer metas de ahorro e inversión a partir de un Plan de Austeridad para el Progreso, cuyo objetivo será optimizar el uso de los recursos, mejorar la eficiencia financiera y sentar las bases para un crecimiento sostenible, constante y equilibrado.
Así lo presentó el mandatario de los barranqueños, no solo ante la Corporación Edilicia, sino también a servidores públicos, líderes comunitarios y gremios de la ciudad, con quienes se reunió para convocarlos a respaldar las acciones que se emprenderán.
El presupuesto del distrito proyectado para el año 2025 es de $950.975 millones, $933.000 millones ingresos corrientes, tanto tributarios como no tributarios; y $17.000 millones recursos de capital.

Por su parte, el distrito tiene este presupuesto comprometido en 6 gastos concretos: el 61% del presupuesto, $586.099 millones, para gastos de funcionamiento; 9%, $90.000 millones, a inversiones obligatorias; 8.5%, $80.661 millones, a transferencias para servicios públicos; 7.4%, $69.920 al servicio de la deuda; el 7.1%, $67.345 millones, a destinaciones específicas; y, el 4.9%, $46.597 millones a transferencias a entidades. Así, solo quedan $10.353 millones, el 1.1% del presupuesto total, para libre inversión.

Es este contexto, es posible evidenciar que no hay fondos disponibles para financiar los proyectos estratégicos del Plan de Desarrollo 2024-2027 ni para continuar las obras inconclusas heredadas, que suman $55.000 millones, entre ellas la clausura del relleno La Esmeralda, la terminación del puesto de salud La Floresta, las obras de estabilización del muelle, la interventoría de la Ptar, el tanque de cloro, la planta de lodos, el colector de El Paraíso, el teatro Unión en el corregimiento El Centro y el Mirador del Río.

Por otra parte, el presupuesto tampoco contempla los pagos pendientes por sentencias y conciliaciones, cuyo monto asciende a $40.000 millones, ni la deuda con Ecopetrol, que suma $60.000 millones.
A pesar del panorama financiero expuesto, el alcalde distrital y su equipo financiero establecieron el Plan de Austeridad para el Progreso, el cual incluye 10 acciones puntuales que permitirán robustecer el presupuesto y ejecutar proyectos de desarrollo para la ciudad.
Entre las propuestas se encuentran: la renegociación financiera de los rendimientos y la deuda, el pago responsable de esta última, la optimización y redistribución de subsidios de servicios públicos, el uso eficiente de activos de la administración y un programa de austeridad institucional en el que se incluye una política de “cero papel”, entre otras que tienen como meta reducir un 20% en los gastos administrativos al final del cuatrenio.




Con la puesta en curso de estas propuestas de manera progresiva, el alcalde pretende liberar recursos, ahorrar y generar reactivación económica, por lo que desde la administración se seguirán detallando cada una de estas estrategias que componen el Plan de austeridad para el progreso que permitirá resurgir las finanzas del distrito, se informó.