Por: Alexcevith Acosta/ Hace poco mencionaba que el mes de marzo, y en especial el 8 de marzo, se ha convertido en un símbolo de homenaje a la lucha de muchas mujeres, tras la declaración de Naciones Unidas que estableció el Día Internacional de la Mujer. Se recuerda a aquellas que, en condiciones laborales extremas, incluso perdieron la vida. Sin embargo, el mundo se viste de gala solo por un día, con flores, cartas y chocolates, pero, ¿qué sucede el resto del año?
Es una pregunta que debemos hacernos, porque, a medida que pasa el tiempo, vemos cómo incluso dentro del mismo mes en que se conmemora esta fecha, siguen ocurriendo feminicidios, maltratos, humillaciones y violaciones. Mujeres adultas, adolescentes y niñas enfrentan estas realidades diariamente, luchando sus propias guerras internas, sus batallas y sus miedos. Y es nuestra responsabilidad ayudarlas a superar esas adversidades.
Hoy celebro que, en este mes, existan entidades, establecimientos y medios de comunicación como Corrillos, que en 2025 alcanzó su emisión número cuatro, reconociendo a mujeres valientes, arraigadas, tenaces y capaces, que día a día luchan contra las dificultades que les impone el sistema para salir adelante y lo hace con una gala de reconocimiento denominada Las Superpoderosas.
Creo que, al leer y escribir esta columna, muchos nos identificamos con esas mujeres: con nuestras madres, como doña Neyla, la mami y Nona Benita; con nuestras abuelas, tías, primas, sobrinas y hermanas, que aportan tanto al desarrollo de la sociedad; con las cuñadas, las amigas que han estudiado con nosotros y han convertido su profesionalismo en una oportunidad para salir adelante y sostener sus hogares con inteligencia y optimismo.
Agradezco a Dios y a la vida por haber crecido en un núcleo familiar construido por mujeres valientes y luchadoras. Mujeres que, junto a los hombres, lograron forjar hogares sólidos y nos inculcaron valores fundamentales como la educación, el trabajo y la perseverancia.
Hoy quiero rendir un homenaje especial a todas ellas y, en particular, a mi esposa Elizabeth Ruiz Landinez, con quien he compartido más de 20 años de vida. A lo largo de este tiempo, hemos aprendido a entendernos, a superar juntos los altibajos de la vida y a enfrentar los retos con determinación. También quiero reconocer a nuestras hijas, sobrinas y a las nietas de nuestros amigos y familiares, quienes llenan nuestros hogares de alegría y esperanza.
Recientemente, mi hija Samantha me demostró su valentía al sobreponerse a una lesión en su clavícula, causada por un juego en su colegio. Con su fuerza y el apoyo de sus profesores, ha regresado a clases, mostrando la resiliencia que caracteriza a las mujeres Santandereanas que desde niñas demuestran de que están hechas.
En este mes de marzo, quiero decirles a todas las mujeres que sigan adelante, que continúen luchando y fortaleciendo nuestra sociedad con su ejemplo. Se dice que los hombres no soportan ni un dolor de muela, y es cierto que las mujeres tienen una fortaleza única: la capacidad de dar vida y enfrentarse a los desafíos con valentía son prueba de ello.
A todas las santandereanas, colombianas, mujeres fuertes, inteligentes y valientes, quiero desearles un ¡feliz Día de la Mujer! Pero más allá de este día, me comprometo a hacer lo posible para que sean felices todos los días del año.
Y quiero gritar a los cuatro vientos en honor a nuestras heroínas: ¡Manuela Beltrán, Antonia Santos y tantas otras!
¡Feliz día, Superpoderosas!
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*Ingeniero Civil, Especialista en Gerencia, Especialista en Project Management & Gestión de Competencias, del PMM Institute For Learning. Desarrollo de Requerimientos para Software y Programación, Bajo Ambiente Cliente Servidor. Candidato al título de Maestría en Gestión y Auditorías Ambientales con especialización en la Valoración Energética de Residuos y Gestión Ambiental.
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