Del baúl de los recuerdos salió que ya en el grado once, Lina Hoyos fue nombrada gerente de una empresa. Era para la práctica escolar, pero sus compañeros percibieron el potencial. Sucedió en el colegio Cristina Ballén. “En el grado 11 participamos en prácticas llamadas ‘empresa’, donde realizábamos todas las actividades laborales de una empresa, como ocupar cargos, realizar transacciones, manejar documentos, llevar la contabilidad, entre otras responsabilidades. Incluso teníamos uniformes, lo que hizo que la experiencia fuera muy enriquecedora y única. Fue en este contexto donde me nombraron gerente de la empresa, un recuerdo que ahora veo como un punto de partida en mi camino profesional”.
Sus estudios primarios fueron en Medellín, en el Externado Santa Magdalena Sofía, y comenzó la educación secundaria en el Liceo Gonzalo Restrepo Jaramillo. En el séptimo grado, pasó a Cúcuta y continuó en el colegio Cristina Ballén. “Considero que esta etapa educativa fue de gran importancia para mí, ya que el colegio tenía un enfoque comercial que me permitió formarme con un pensamiento empresarial”.
Para Lina Hoyos “formar parte de este grupo selecto de las Superpoderosas es un privilegio que se fundamenta en varios aspectos clave de mi trayectoria y personalidad. Creo que mi determinación y perseverancia han sido factores determinantes para alcanzar este reconocimiento. Siempre he abrazado los desafíos con valentía y he trabajado incansablemente para superar obstáculos y alcanzar mis metas. Además, mi enfoque en la innovación y la creatividad ha sido fundamental para destacarme y diferenciarme en mi campo. Siempre busco nuevas formas de abordar los retos y de ofrecer soluciones originales y efectivas».
Reveló: «Mi pasión por contribuir positivamente al mundo que me rodea y por generar un impacto significativo en la vida de las personas también ha sido un motor para mi éxito. Por último, considero que mi compromiso con la excelencia y mi constante búsqueda de superación personal y profesional me han permitido destacarme y ser parte de este grupo exclusivo. Siempre estoy en la búsqueda de oportunidades para crecer, aprender y evolucionar, y creo que esta mentalidad de mejora continua ha sido fundamental en mi camino hacia la excelencia y el reconocimiento como una Superpoderosa”.
Cuenta Lina que “desde que era niña, crecí en una familia emprendedora que me inculcó la mentalidad empresarial. Aprendí a emprender desde temprana edad. A lo largo de mi trayectoria, desempeñarme como docente y crear programas de impacto social ha sido un logro importante para mí, ya que me apasiona contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas. Ser coordinadora de diferentes programas entre estos; programa de adulto mayor, programa de actividad física y terapéutica, programa muévete USTA, han sido una experiencia que ha aportado valiosas lecciones a mi crecimiento profesional y personal”.
“Luego en los inicios de mi empresa vendiendo implementos para Aquafitness y trajes de baño. Recorría también conjuntos cerrados y piscinas privadas, llevando mis maletas llenas con los implementos con los que trabajaba de un lugar a otro. Siempre luché con esfuerzo y dedicación, superando obstáculos con determinación hasta llegar a cumplir el sueño de que mi empresa tuviera sede propia, un lugar donde cada experiencia para los usuarios fuera única. Donde he podido materializar mis ideas y pasiones en proyectos concretos. Este desafío me ha permitido desarrollar habilidades de liderazgo, gestión y creatividad, así como aprender a superar obstáculos con determinación y perseverancia”.
Dijo además que “ese es un logro profesional muy importante que Dios me permitiera ser un referente de salud y bienestar en Santander. Estoy emocionada por el crecimiento de mi empresa y mi sueño es expandir su influencia para llegar próximamente a nivel mundial, llevando salud y bienestar a más personas en todo el mundo. Este logro es un testimonio de mi dedicación, esfuerzo y fe en Dios, quien ha sido mi guía en cada paso de mi emprendimiento. Lo que distingue a estos logros es el hecho de haber tomado riesgos calculados y haber confiado en mi visión para alcanzar el éxito. La capacidad de emprender y llevar proyectos propios ha sido una experiencia enriquecedora que me ha impulsado a destacarme en entornos competitivos y a marcar la diferencia a través de la innovación y la dedicación».
Precisó que, «cada logro, ya sea como emprendedora, o como docente, ha contribuido a mi desarrollo integral y me ha brindado la oportunidad de demostrar mi valía en diferentes contextos. La diversidad de experiencias y la capacidad de adaptación son aspectos que considero fundamentales para sobresalir y alcanzar logros significativos en mi trayectoria profesional. Pero el mayor logro personal es tener a Dios en mi corazón. Gracias a Él, a su amor, a saber, esperar el momento de Él para materializar los sueños es lo que me ha llevado a tener la suficiente confianza y fe que Él está conmigo y que ilumina cada paso para lograr alcanzar las metas. Le doy toda la gloria a Él porque por mis propias fuerzas hubiese sido imposible”.
De su núcleo familiar dijo Lina que “en este momento, me encuentro en la hermosa etapa de ser madre soltera de una hija de 16 años, quien ha sido mi mayor motivadora, manager y asesora en todos los aspectos de mi vida y empresa. Pronto, esta situación cambiará ya que me voy a casar con un hombre lleno de valores que ama y respeta tanto a mi hija como a mí. Nuestra relación, que lleva más de 10 años, dará paso a la creación de una nueva empresa: nuestra familia”.
“Soy la sexta y la menor de mis hermanos, nací en una familia antioqueña de emprendedores. Mis padres me inculcaron el valor de la tenacidad y la ‘berraquera’, ese término en el argot paisa representa una fortaleza inquebrantable para alcanzar metas y nunca rendirse. Mi padre, Juan de Dios, fue un soñador durante toda su vida, incluso en sus últimos días nunca dejó de soñar, crear, transformar y tener ideas de negocio. Él es uno de mis principales inspiradores, ya que siempre lograba lo que se proponía, sin importar los obstáculos, y nunca permitió que nadie lo limitara”.
Lina fue docente por 14 años “la Universidad Santo Tomás ha sido más que una institución educativa para mí; la considero mi hogar, ya que me acogió como su propia hija desde mis inicios como estudiante hasta mi desarrollo como docente. En este entorno, pude crecer en todos los aspectos de mi vida, conocer a personas maravillosas, experimentar diversas áreas del conocimiento y descubrir mi vocación por el servicio. Fue allá donde encontré mi propósito de vida, donde aprendí a conocerme a mí misma y descubrí aquello que amo y me apasiona. Después de recorrer este camino, decidí dar un giro a mi vida. A pesar de estar cómoda en la universidad, tomé la difícil decisión de renunciar para perseguir mi sueño».
Dijo: «Así nació AquaSmart, un proyecto que, con trabajo arduo, dedicación y amor, ha dado frutos significativos. Este paso significó salir de mi zona de confort y enfrentar el desafío de sacar adelante una empresa, un proceso complejo y exigente que me permitió renacer, como un águila desprendiéndose de lo viejo para renovarse. Afrontar los miedos, abrirse paso en un futuro incierto y superar los obstáculos ha sido una travesía desafiante pero enriquecedora. Hoy, me siento renovada y lista para compartir con el mundo todo lo que he aprendido y logrado a través de AquaSmart”.