El viejo y muy conocido refrán que reza ‘escoba nueva, barre bien’, les queda como anillo al dedo a los concejales de Barrancabermeja. En 1.291 días de haber ostentado sus respectivas curules, fueron autores de tan solo 30 proyectos de Acuerdo, una cifra muy por debajo de las expectativas. Y lo peor, ninguno de esos proyectos fue aprobado.
En otras palabras, en tres años y seis meses, los 17 corporados elegidos por un número significativo de votantes, poco lograron en la solución de los grandes problemas que afronta la ciudad, por lo menos, no de su entera iniciativa. Lo paradójico es que la ciudad, a esta altura del partido, todavía permanece a la espera de resolver los mismos problemas que padece desde hace un siglo.
¿Calentando silla?
En 2016, cuando recién estrenaban curul, tres de los 17 concejales no hicieron la tarea: Morgan Egea, Kellyn Baeza y Paul Solórzano.
En el 2017 la estadística varió de extremo a extremo. Únicamente cinco trabajaron en sus deberes. El año pasado fueron 11 las iniciativas que radicaron. Y este año la cifra cayó a cero.
Franklin Angarita, Henry Correa, Yamile Vega, Holman Jiménez, Emel Harnache, Kellyn Baeza y Jasser Cruz a duras penas han presentado un sólo proyecto, en 30.984 horas siendo concejales.
El caso más preocupante es el de Morgan Egea quien no ha trabajado en una sola iniciativa hasta hoy.
Entre los que más trabajaron en los susodichos proyectos de acuerdo están Leonardo González Campero, Elayne Jiménez, Hober Torres y Luis Arismendi. En su orden, cada uno con 6, 5, 5 y 4. Los siguen con tres, Luis Fernando Calderón, Paul Solórzano y Alexander Arquez.
Lo lamentable de la precaria situación es que hubo consenso entre todos los corporados para archivar sus propias iniciativas a ‘pupitrazo’ limpio.
Así se justificaron
Resulta curioso que a la pregunta de Corrillos! sobre ¿cuántos proyectos de acuerdo de su puño y letra propuso como concejal?, justamente quienes van en cero y uno, respondieron así:
Yamile Vega dijo que prefería no hablar sobre el particular. Alexander Árquez tuvo una ‘repentina pérdida de memoria’. Al concejal Henry Correa fue necesario repetirle tres veces la pregunta. Jasser Cruz no pudo ocultar el malestar que le produjo el cuestionamiento. Lo delató la expresión de su rostro, contrario a Yecenia Villamizar que ni pena sintió cuando contestó.
Y como si la pregunta no fuera clara, Calderón y Arismendi se extendieron en verso y prosa respecto al número de ponencias que les fueron asignadas.
¿Por qué las hundieron?
Extra micrófonos sólo dos de los corporados reconocieron que a la hora del debate, prima el celo político entre ellos y no las prioridades que demanda el territorio y su gente.
Esa sería la razón de peso por la que ‘no cuajan’ las soluciones que debe, puede y está en mora de tramitar y hacer efectivas la Corporación Edilicia.
En lugar de proyectos que se conviertan en acuerdos, (como lo estipula el artículo 312 de la Constitución Política de Colombia), en el sagrado recinto de la democracia local los temas álgidos que impactan a la ciudad y sufre la gente, no pasan del debate. En síntesis, “no pasan del dicho, al hecho”.
Todos quieren repetir
Además de Emel Harnache, el Liberal que quiere ser diputado; los demás concejales quieren repetir concejo, así sea en cuerpo ajeno.
En cambio, Yamile Vega y Kellyn Baeza buscan continuar a través de familiares. La primera quiere devolverle la credencial a su esposo Wilmar Vergara, quien ya fue concejal y se la cedió a ella para este cuatrenio. Y Kellyn, para la contienda que se avecina tendrá que pasarle el balón a su padre, el abogado y exconcejal, Alfonso Baeza Acuña, quien pronto alcanzará la pensión en esa Corporación.
Concejo Ltda y Unifamiliar
El otro fenómeno que se registra en el Concejo local tiene que ver con los clanes familiares. Ya es tradicional, por así decirlo, que se tengan familias atornilladas en el poder municipal.
Están los Jiménez Becerra. En la actualidad Elayne es la concejala. Antes de ella estuvo su hermano Erwin. Hace unas semanas trascendió que el Movimiento AICO no le daría el aval –y, aunque ella desmintió el hecho- corrió la información que su hermana Diana, participará en las elecciones de octubre.
«Esa es la democracia en Colombia. Todos podemos participar. Incluso mi abuelo y un tío también fueron concejales», dijo la corporada con el aval embolatado.
Lo mismo sucede con el Holman Jiménez, quien nada tiene que ver con la generación y los ancestros de los Jiménez Becerra. En su caso, la familia estaría trabajando para que la credencial de octubre la gane su hermano. El aval de Holman también está en entredicho. A él y a Luis Fernando Calderón, los investiga el Partido Alianza Verde por presunta doble militancia.
El panorama político al rededor del Cabildo municipal está enrarecido, por un lado la precaria labor de un buen número de sus integrantes y por el otro, las componendas para repetir curul derivadas bajo la estrategia del ‘todo vale’.
Ahora corresponde a la opinión pública si se deja meter un ‘golazo’, otra vez.