Por: Reinaldo Pérez Flórez/ La acción comunicativa en un Estado Social de Derecho, es vital para el funcionamiento de la democracia, los ciudadanos no alcanzan a dimensionar, cuántas vidas ha costado tener el derecho a pensar libremente, sin que se tenga encima el absolutismo de un tirano, que solo le guste escucharse así mismo, y no tenga jamás en cuenta la opinión, ni el pensamiento de los demás.
En el año 1922 el gobierno del Duche, creo la oficina de prensa, radio y comunicaciones en Italia, esto era el equivalente a decir, “en Colombia la religión oficial es la católica, apostólica y romana”, la era fascista de la península Itálica se fortaleció tomando el control de las comunicaciones, acabando con los medios escritos y radiales que se oponían a la línea de pensamiento fascista, la acción comunicativa del país tenía un medio oficial, los artículos de opinión, eran catalogados como crónicas negras, ahí comenzó a enraizarse el famoso termino, propaganda controlada, ya todos conocemos el resto de la historia que no enorgullece a nadie en Europa y que le costó la vida a más de 60 millones de personas.
Rafael Núñez con su famosa “era de la regeneración”, cuando llego al poder, lo hizo trayendo la famosa “Ley de los Caballos”, con la que tenía el monopolio de la imprenta en el territorio, solo el gobierno nacional decidía que se imprimía y que no, la imprenta en 1886 era el equivalente a el espectro de los canales de televisión o de las plataformas digitales; consigo también trajo la constitución política que estuvo vigente la gran mayoría del siglo pasado, controlando la acción comunicativa del Estado, gracias a “un articulito”, el articulo 42 decía que “la prensa era libre solo en tiempos de paz”, no podían decir que estar regidos por el artículo 121 de la constitución del 86 era estar en tiempos de paz, este articulo justificaba los Estados de Excepción, es decir, nunca estuvimos en tiempos de paz, todo el mandato del siglo pasado se hizo con los “democráticos y participativos” Estados de Excepción, o recuerden que le ordenaron transmitir a Yamid Amat en la toma de palacio de justicia, un partido de fútbol .
Es preocupante que la ciudadanía aun no perciba lo que está sucediendo en el país, el diario El Espectador, uno de los diarios que le puso el pecho a la guerra en contra del narcotráfico, se convertirá en semanario, en términos del gobierno nacional, se está “reinventando”, en términos reales, se está acabando, diría Noam Chomsky, ¿quién domina el mundo? Lo domina quien logre apropiarse de esas libertades, los factores reales de poder saben que el ser humano cuando pierde la liberad, se levanta y lucha por recuperarla, ahora la pregunta es, ¿qué pasa cuando la ciudadanía entrega sin ningún problema su libertad?, es lo que está pasando en este momento, están entregando su libertad de pensamiento sin ningún problema, hoy en día a los ciudadanos los entretiene más una “alcantarilla digital”, que busca solo consolidar los niveles de popularidad de un exmandatario que le dejo una “trocha” de problemas a la ciudad; ahora en tiempos de confinamiento la voz oficial y que ejerce la acción comunicativa y poco participativa del Estado, es el presidente de la república, el Noticiero de la Rama Ejecutiva, un publirreportaje con difusión en todos los canales de televisión.
Si se acaban los medios de comunicación, cae el ADN de la democracia, pensar es gratis, y esa era uno de los grandes aportes sociales del diario ADN, su gratuidad, dirigido por Félix Quintero presidente de la FLIP en Santander, que hace parte de una generación de periodistas que le pusieron el pecho al conflicto armado en el oriente colombiano y Magdalena medio santandereano, esa generación de Ana Mercedes Ariza, Néstor Jerez, Javier Santoyo, Roció Chica, Édgar Osma y Vidal Abreo entre otros, que vivían el desarrollo de una noticia, no se la contaban, la sufrían, algunos de ellos convertidos en víctimas del conflicto armado en ejercicio de su trabajo, trayectoria muy diferente a la de uno que otro maltratador de opinión, que desde una “alcantarilla digital”, en defensor del populismo se va a quedar; este periódico ADN, también nos dio a conocer una nueva generación de periodistas y formadores de opinión, que dignificaron el oficio periodístico he investigativo, Angélica Blanco, Jaime Moreno, Julián Amorocho, Luis Alfonso Cárdenas, se dieron a conocer en este diario que lastimosamente deja de circular en nuestra ciudad bonita; el poder dar una noticia y ser formador de opinión, no solo es un privilegio, a pesar de que ahora sea catalogado como un oficio, es el oficio con mayor responsabilidad social que existe en el país, es por eso que debemos fortalecerlo, no dejarlo acabar.
*Abogado, Especialista en Derecho Constitucional y Especialista en Derecho Administrativo.
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