Por: Paola Guarín/ Las discrepancias entre el Concejo de Bucaramanga y el alcalde de la ciudad de los parques, es tan evidente que sus efectos día a día son más palpable, pues la existencia de asuntos de gran importancia como iniciativas de presupuesto e inversión, las cuales son necesarias, pero se han perjudicado debido a la diferencia entre el burgomaestre y el primer cuerpo colegiado democrático de la capital santandereana.
Si bien es prudente entrar en síntesis del pésimo estado de la malla vial de nuestra ciudad, ya que es un hecho evidente y palpable que su deterioro se ocasiona por la falta de mantenimiento, reflejando la crisis de lo que en la actualidad se pugna entre el poder ejecutivo local, sino también afecta considerablemente la salud de los santandereanos, siendo un hecho colateral de resultado concluir que el estado de las vías desemboca desde un sinnúmero de siniestros, y por ende, demandas de responsabilidad civil extracontractual por los accidentes de tránsito involucrando peatones, conductores, pasajeros y propietarios de vehículos, que en caso de ser imputables al gobierno local en la Litis contenciosa, son los contribuyentes quienes en últimas supliríamos las costas judiciales de los mismos.
La falta de mantenimiento de la malla vial afecta el desarrollo social y económico de la localidad, por el mal estado de las vías, las personas que transitan en automotores prefieren tomar otras rutas para evitar las deterioradas calles y entonces, al no tener este flujo de automóviles, los comerciantes pierden la posibilidad de captación de clientes.
Otra es la situación de las personas que habitan en la zona, pues se incrementan los costos de manutención de sus automotores debido al desgaste que se genera por el mal estado de la malla vial, factor que eleva el costo de vida, entre otros aspectos.
Ahora bien, siendo responsables desde el punto de vista de la veeduría ciudadana, es claro que en cada sector de la ciudad, existen tramos palpables que dificultan la normal movilidad como a su vez dichos riesgos, aunados con la evidentes falencias de alumbrado público, convierte cada día mas en una ciudad insegura y olvidada.
Pese a existir iniciativas del gobierno local por aunar esfuerzos en el mantenimiento de la malla vial, a modo de reflexión y para contrastar las conclusiones podemos aseverar que es ideal (para los ciudadanos) que la vocación de las autoridades locales es destinar esfuerzos para la modernización de nuestra ciudad, pero la realidad es totalmente opuesta a los principios de gestión pública y de Intervención social, ya que el deterioro de la malla vial en este estadio no se compadece de una buena oportunidad para la mejora de las condiciones ocio-culturales de los habitantes y transeúntes.
Incentivar el turismo y la arquitectura urbana de nuestra región es un objetivo que se han trazado los mandatarios locales vecinos del área metropolitana, sin embargo, como capital santandereana se debe propender por lograr un mejoramiento y mantenimiento de la malla vial, sin necesidad de acciones populares o sentencias judiciales que así lo impongan, ya que la gestión pública debe propiciar de manera propositiva por el mejoramiento y calidad de sus ciudadanos, dejando la salvedad, que mirar el retrovisor y tildar de corruptos a diferentes personalidades locales, se convierte en una distracción a la hora de hablar de soluciones.
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