La vida y Ruven Afanador, un fotógrafo santandereano nacionalizado en Estados Unidos, son los profesores que Javier Valdivieso, gerente de Valdivisión, reconoció como esos primeros baluartes que lo encaminaron a entender que tanto a su derecha como a su izquierda debe tener profesionales que estén a su nivel.
El maestro en artes audiovisuales Javier Valdivieso estuvo en Reporte Especial y desde la distancia se lo observa cómo, poco a poco, los fotógrafos dejan de ser toma fotos para volverse artistas integrales, y parte de esa escuela se hace en Valdivisión a donde llegan “jóvenes con conocimientos básicos en fotografía” a quienes enseña “primero a crecer porque todos quienes lleguen a trabajar conmigo deben estar a mi altura”, dijo.
Y ese proceso de enseñar se lo enseñó “la vida y el maestro Ruven Afanador” y Valdivieso acepta que esas cosas “que uno recibe también debe dar”, además de que se reconoce regionalista y quiere ayudar a crecer a la región y la mejor forma “es ayudar a crecer a los demás, para no quedarse en el mismo lugar”.
Esa filosofía básica de la vida la traía Valdivieso, fotógrafo, empresario, santandereano inquieto, en sus venas porque desde pequeño, reconoció, quiso salirse de la línea que le marcaban como su hoja de ruta. Acepta que siempre tuvo el apoyo de sus padres y desde muy temprano salió del país en donde conoció otras culturas, pero sobre todo otras formas de mirar.
Un profesor lo intimidaba al decirle que trabajaba “en la BBC”, pero no con el ánimo de exaltar a ese joven profesional, sino para hacerle un incipiente bullyng, aunque en esa época tenía un nombre menos científico (montársela).
Valdivieso, pese a ese comentario irónico de trabajar en la BBC: Bautizos, Bodas y Comuniones, reconoce que esa escuela fue parte de su aprendizaje y hoy todavía sigue en la BBC, pero ya no solo con la foto “del digan whisky” sino que la combina con videos, el antes y el después, y todo un trabajo que convierte a los ‘valdiprofesionales’ y a la misma Valdivisión en la escuela en donde todos bailan al mismo ritmo, porque es mejor bailar que quedarse sentado a mirar cómo otros bailan, resume la línea del maestro santandereano en artes visuales.