Por: Irving Herney Pinzón/ Colombia, al igual que la gran mayoría de países está atravesando por una crisis económica que se ha visto reflejada en el alto porcentaje del desempleo, el creciente índice de pobreza, el bajo valor adquisitivo del peso, el endeudamiento personal y nacional, el alto gasto fiscal, entre otros, producto en algunos casos de la emergencia que ha causado el coronavirus a nivel mundial, y para el caso particular del país cafetero, por la malas decisiones tomadas por el gobierno actual; situación que ha dejado como consecuencia pérdidas financieras para las empresas y para los colombianos de a pie. Ante esa situación, vale la pena hacer una corta reflexión sobre el papel que ha desempeñado el sector bancario en medio de esta crisis.
Los bancos hacen lo que se les da la gana y nadie hace nada, las supuestas quejas ante la superintendencia no prosperan, se reducen a remitir las PQRS ante la entidad bancaria, ésta responde con temas que no tienen nada que ver con la queja y/o no da soluciones concretas y hasta ahí llegan, y nada pasa. Los bancos ostentan el poder más grande en el país y la Superintendencia Financiera, funciona como una oficina pagada por el mismo banco, a manera de apéndice. El verdadero poder en Colombia está en los bancos, primero, porque son los grupos económicos más poderosos y, segundo, son los dueños de los medios de comunicación más grandes del país que en últimas determinan que deben saber y opinar los colombianos. Esto, naturalmente, les da una capacidad de influencia muy grande, principalmente en el mismo Gobierno; la banca paga campañas y condiciona el actuar del gobierno y el control que debe y está llamado hacer para regular el servicio y la explotación a la cual están expuestos los colombianos por utilizar sus servicios básicos.
La intermediación financiera sin duda es el negocio más rentable. Sin poner en riesgo un sólo peso, porque cualquier servicio automáticamente está amarrado a una póliza o seguro, los bancos acumulan ganancias que para el año 2020 estuvieron por encima de los 6 billones de pesos; y que decir de la crisis de la pandemia, en donde éstos en ningún momento dejaron de facturar, incluso con dinero de los colombianos apoyados por el Gobierno actual que les entregó a cero intereses grandes sumas de dinero para que fueran administradas a modo de préstamos o bajo el disfraz de “ayudas económicas para las poblaciones vulnerables” que terminaron generando deducciones, intereses o cobros por los servicios prestados, cobros que disimulan bajo el seudónimo de “costos de administración”. Pese a la quiebra de las industrias y empresas, la baja productividad, el desempleo, etc., los bancos nunca dejaron de cobrar intereses exagerados y cuotas de manejo abusivas, una vez con el aplauso de un gobierno entreguista y poco valiente en la defensa de los derechos de los consumidores colombianos.
Hay robos de robos, entre estos están aquellos que se hacen con el permiso y/o la autorización del estado, como lo son todos los descuentos o cobros por manejo, o por el derecho de tener una cuenta bancaria, para que allí sea consignado el sueldo y posteriormente retirado; disfrazados de gastos bancarios, no se hace referencia a los otros que son fruto de un préstamo, que según el sector bancario son muy mínimos ante el gran servicio que prestan; estos cobros abusivos han contado con el beneplácito de los llamados entes de control, como lo es la superintendencia bancaria, quien supuestamente vigila y ejerce vigilancia a este tipo de entidades, que en últimas le hacen un gran favor al cliente, permitiéndole ahorrar o administrar el dinero que le han consignado fruto de su trabajo, llamado salario.
Ha sido tan miserable y ruin el modus operando de algunas entidades bancarias que sus descuentos giran en torno a: cuotas de manejo, le dan al cliente una tarjeta de débito para ser utilizada o para disponer de su mismo dinero a través de los cajeros electrónicos y tiene un costo mensual que va desde los 8 mil hasta los 20 mil pesos mensuales; adicional a eso por cada retiro que el cliente realice, de su mismo dinero, le cobran entre 1.600 a 4.200 pesos dependiendo de la entidad y del cajero electrónico, y más perverso aun, es que restringen los retiros a cantidades máximas de 400 o 600 mil pesos, con el objetivo de que el cliente tenga que realizar varios retiros y así, le pueda cobrar varias veces la cuota por retiro, imagínese que tenga que retirar 2 millones o más; sume, multiplique y haga cuentas: ¿No es un atraco?.
O que decir cuando los cajeros no sirven y el cliente debe retirar por ventanilla, y es allí donde se siente más en vil robo, entidades que cobran desde 6.000, pasando por 8.900, y hasta 12.000 pesos por retirar su propio dinero por ventanilla; y que decir del eterno impuesto del 4×1000 y de los supuestos seguros que ofrecen, en donde usted retira 400 mil pesos por ejemplo y si los quiere proteger, por si de pronto se los roban, debe pagar 1.800 a 2.200 pesos marcando el botón del sí que siempre aparece a la derecha del monitor (que por cierto desde la psicología tiene una intención). Y lo más absurdo es que resulta obligatorio para las empresas o instituciones públicas o privadas pagar o consignar sueldos, a través de una entidad bancaria.
A manera de conclusión vale la pena colocar un ejemplo de este hurto legal y solapado que realizan algunas entidades bancarias, por ejemplo: usted necesita retirar 2 millones que fue su sueldo mensual (sin hablar de los gastos que debe pagar con ese dinero, tales como seguridad social, estampillas…) para ello debe pagar 12 mil pesos como cuota de manejo de la tarjeta de débito que usted tienen y que se cancela mensualmente, más los 9 mil por haber realizado el retiro por ventanilla, si antes tuvo que consultar el saldo de su cuenta para saber si le consignaron el sueldo, le descontaron 1.800 pesos, cuando abre la cuenta y le entregan la tarjeta debito le inducen a tomar un seguro que oscila alrededor de los 12 mil pesos mensuales, y por último el famoso y eterno rubro el llamado 4×1000 que serían 8 mil pesos. Gracias a las operaciones básicas aprendidas en el colegio, puede determinar que usted como ahorrador estaría contribuyendo mensualmente a las ganancias del sector bancario con aproximadamente 42.800 pesos; sin contar la utilidad que obtiene los bancos por hacer uso del dinero de usted como cliente mantienen en su misma cuenta; esa cantidad le cuesta a usted como cliente, para que le banco le permita hacer uso del sueldo o de cualquier consignación que usted se ha ganado con esfuerzo. Alto, manos arriba, esto es un atraco bancario.
*Magister en Educación, Docente Investigador Filosofía y Ciencias Sociales y Candidato a Doctor en Educación.
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