Un nuevo capítulo de tensión política sacude a Colombia. La senadora por el Centro Democrático y precandidata presidencial, María Fernanda Cabal, una de las figuras más contundentes de la oposición al presidente Gustavo Petro, encendió las alarmas este martes tres de junio al denunciar públicamente lo que considera un “intento de golpe de Estado” por parte del Ejecutivo.
La advertencia surge ante crecientes rumores sobre un decreto que estaría en curso para suspender o anular las funciones del Senado de la República, una medida que, de confirmarse, representaría el quiebre más grave del orden constitucional en décadas.
“Benedetti, no se atrevan a consumar un golpe de Estado. Firmar un decreto para atropellar al Senado de la República sería el más grave atentado contra el Estado de derecho en nuestra historia reciente. En Colombia hay separación de poderes, y ustedes no pueden actuar como una dictadura”, escribió Cabal en su cuenta oficial de X, dirigiéndose directamente al exembajador Armando Benedetti, uno de los alfiles políticos del petrismo y figura cercana al círculo de poder presidencial.
Cabal añadió con firmeza: “El juramento de defender la Constitución y la Ley no es un simple trámite: es un mandato sagrado que obliga a cada funcionario. No permitiremos que pisoteen la democracia”.
Benedetti, no se atrevan a consumar un golpe de Estado. Firmar un decreto para atropellar al Senado de la República sería el más grave atentado contra el Estado de derecho en nuestra historia reciente.
En Colombia hay separación de poderes, y ustedes no pueden actuar como una… pic.twitter.com/MMNHpqmfVb
— María Fernanda Cabal (@MariaFdaCabal) June 3, 2025
¿El fin del equilibrio de poderes?
La denuncia ha sacudido el panorama político nacional. Aunque no hay confirmación oficial del supuesto decreto, varias fuentes cercanas al Congreso han manifestado su preocupación por recientes movimientos del Ejecutivo que apuntan a una consolidación del poder sin los debidos contrapesos.
Algunos interpretan las declaraciones del Pacto Histórico, el partido de Gobierno, como un preludio de acciones unilaterales en materia legislativa, amparadas en una supuesta “emergencia social” que habilitaría la expedición de decretos con fuerza de ley.
Esta situación, de ser cierta, equivaldría a una ruptura flagrante del principio de separación de poderes que rige en cualquier democracia funcional. Para la senadora Cabal y un creciente número de legisladores de oposición, se trataría de un paso hacia el autoritarismo, disfrazado de urgencia social y voluntad popular.
La sombra del populismo autoritario
Desde su llegada al poder, Gustavo Petro ha intentado imponer una visión centralista y profundamente intervencionista del Estado. Ha desconocido sentencias de la Corte Constitucional, ignorado los tiempos del Congreso para sus reformas y, en varias ocasiones, ha lanzado ataques verbales contra los jueces y legisladores que se oponen a su agenda. Sin embargo, esta vez el señalamiento de Cabal apunta a un quiebre definitivo: la eliminación fáctica del Congreso como poder legislativo.
“Colombia no será una dictadura ni se convertirá en otra Venezuela. No permitiremos que se concentre el poder en manos de un solo hombre, por más discursos populistas que intente vendernos”, reiteró Cabal en una segunda publicación.
La senadora, firme en su defensa de la institucionalidad, ha llamado a la ciudadanía a estar alerta y preparada para actuar si el Gobierno decide avanzar en esta vía. “Hoy más que nunca se necesita firmeza, coraje y amor por Colombia. No podemos dejar que destruyan las bases de la República”, sentenció.
¿Golpe institucional en curso?
Aunque el Gobierno no se ha pronunciado oficialmente sobre los rumores, el silencio hasta ahora es interpretado por muchos como una señal preocupante. La pregunta que ronda ahora en los círculos políticos, jurídicos y ciudadanos es clara: ¿Estamos al borde de un golpe institucional?
Lo cierto es que la denuncia de Cabal no es una simple advertencia política: es una acusación directa contra el corazón del poder presidencial, y un grito de alarma que pone a prueba la solidez de la democracia colombiana. Si el Gobierno Petro avanza en desconocer al Congreso, la respuesta de la oposición y de la ciudadanía marcará un punto de inflexión en la historia republicana del país.
La democracia, hoy, está en peligro. Y la batalla por su defensa apenas comienza.
APN Noticias