Por: Javier García Gélvez/ En la era digital, donde la atención se mide en likes y los discursos se viralizan en segundos por todas las redes sociales, han surgido los Influenciadores o creadores de contenido como los nuevos líderes de opinión que, con su carisma, con sus pintorescas actuaciones y su poder de convocatoria, se han convertido en los oráculos de las masas.
Algunos los ven como guías visionarios que iluminan el camino hacia las últimas tendencias, mientras que otros los critican como simples marionetas del marketing, vendidos al mejor postor y carentes de sustancia real.
Sea como sea, lo cierto es que los Influenciadores han conquistado a un público ávido de referentes y han abierto un nuevo canal de comunicación para los departamentos de publicidad y mercadeo e incluso algunos empresarios los consideran como la panacea publicitaria o como una forma de llegar a miles, o incluso millones, de personas con un solo clic.
Consideran algunos que los influenciadores son una herramienta poderosa para llegar a nuevas audiencias y aumentar su presencia online, masificar el nombre de un producto o de una marca, pero que sin lugar a duda detrás del glamur de las redes sociales, este tipo de marketing esconde un aspecto crucial que las empresas colombianas no pueden ignorar: las implicaciones fiscales.
Las empresas buscan a los influenciadores para que promocionen sus productos o servicios a sus seguidores, literalmente es como tener un ejército de vendedores súper cool que te ayudan a vender más. Por su parte, los influenciadores obtienen ingresos por las colaboraciones con las marcas y aumentan su reconocimiento y popularidad, es un gana – gana.
Este vinculo en donde claramente se identifica el objetivo de las partes y que no es otro distinto al de lucrarse, tienen que cumplir con toda la normativa comercial, laboral y tributaria como cualquier persona natural o jurídica en Colombia.
Esta es la partecita que poco les gusta y se complica la cosa, las empresas que realizan campañas de marketing utilizando influenciadores deben cumplir con una serie de obligaciones fiscales que incluyen:
Practicar la retención en la fuente a título de renta, retener en la fuente el ICA sobre los pagos a los influenciadores, deberá aplicar los porcentajes de retención según el tipo de influenciador y el monto del pago.
Si la empresa vende productos o servicios a través de las campañas de marketing de influenciadores, también deberá pagar el IVA sobre estas ventas.
El incumplimiento de las obligaciones fiscales relacionadas con el marketing de influenciadores puede acarrear graves consecuencias para las empresas colombianas y para el influenciador.
La Dian puede imponer multas significativas a las empresas que no cumplan con sus obligaciones fiscales, también las impondrá a los influenciadores que no cumplan con su deber fiscal; en casos graves, la Dian puede incluso sancionar a las empresas con el cierre de su negocio.
Las empresas deben legalizar el vínculo con los influenciadores mediante un contrato escrito que especifique los servicios que prestará, el monto del contrato y las responsabilidades de ambas partes.
La empresa debe pagar contra factura emitida por el influenciador y que esta a su vez cumpla con todos los requisitos establecidos en la normatividad comercial y tributaria de nuestro país.
En Colombia, al igual que en muchos otros países, los Influenciadores están sujetos a las mismas obligaciones fiscales que cualquier otro contribuyente, es importante que los Influenciadores tomen conciencia de su rol como empresarios y asuman un compromiso serio con el cumplimiento de sus obligaciones fiscales.
Incluso la Dian les ha manifestado en varias oportunidades a los influenciadores que no han querido cumplir con sus obligaciones tributarias o no han dado respuesta a los requerimientos de información que seguirá adelantando las actuaciones administrativas correspondientes.
Ahora bien, los influenciadores perciben unos honorarios que deben incluirse en la declaración como ingresos gravables, bajo esta premisa de que se trata de un servicio, el influenciador sería responsable del IVA, por lo que estaría en la obligación de facturar.
Esto implica declarar y pagar sus impuestos de manera oportuna y completa, así como llevar una contabilidad adecuada de sus ingresos y gastos, cumplir con las obligaciones fiscales no solo es un deber legal, sino también una forma de contribuir al desarrollo del país y de demostrar ética y responsabilidad social.
Los Influenciadores pueden ser un ejemplo para sus seguidores, promoviendo valores como la transparencia y el cumplimiento de la ley, además, el cumplimiento fiscal les permite a los Influenciadores acceder a beneficios y programas gubernamentales, así como mejorar su imagen pública y generar confianza entre sus seguidores.
En definitiva, los Influenciadores deben comprometerse de fondo con sus obligaciones tributarias, no solo por ser un deber legal, sino también por ser una forma de demostrar responsabilidad social, contribuir al desarrollo del país y fortalecer su imagen pública.
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*Contador Público, Especialista en Revisoría Fiscal y Magister en Gestión de la Tecnología Educativa.