El papa Francisco dio su tradicional bendición y mensaje de Navidad a las cerca de 30.000 personas reunidas el miércoles en la Plaza de San Pedro de la Ciudad del Vaticano.
Desde el balcón de la logia central de la fachada, Francisco habló de los conflictos que han copado su pensamiento por meses y han hecho parte de sus mensajes, incluyendo Líbano, Myanmar, Siria y África.
Sobre la guerra en Ucrania pidió “la audacia necesaria para abrir la puerta a la negociación y a los gestos de diálogo y encuentro, con el fin de lograr una paz justa y duradera”
Con respecto al Medio Oriente solicitó «que callen las armas en Oriente Medio. Con los ojos fijos en la cuna de Belén» y dijo que «su pensamiento estaba en las comunidades cristianas de Israel y Palestina, en particular en Gaza, donde la situación humanitaria es gravísima». Además, instó a entregar ayuda allí, así como a lograr un alto el fuego y la liberación de los rehenes retenidos desde el ataque dirigido por Hamás contra Israel hace más de 14 meses.
Y aseguró que lleva «en el corazón también a la comunidad cristiana del Líbano, sobre todo del sur, y a la de Siria, en este momento tan delicado» y animó a buscar soluciones que permitan la reconciliación nacional en Libia.
«Que se abran las puertas del diálogo y de la paz en toda la región, lacerada por el conflicto». añadió.
También pidió paz para los países del Cuerno de África y «el acceso de la población civil de Sudán a las ayudas humanitarias y poner en marcha nuevas negociaciones con el propósito de un alto el fuego».
En sus plegarias estuvieron también los habitantes de Myanmar, que, «a causa de los continuos enfrentamientos armados, padecen grandes sufrimientos y son obligados a huir de sus casas».
«Que el Niño Jesús inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad del continente americano, con el fin de encontrar lo antes posible soluciones eficaces en la verdad y la justicia, para promover la armonía social, en particular en Haití, Venezuela, Colombia y Nicaragua», pidió también el papa en su mensaje.
Otro tema importante que tocó fue «el cambio climático, que provoca la pérdida de vidas y el desplazamiento de millones de personas” y además pidió que la esperanza llegue a “las familias de miles de niños que están muriendo por un brote de sarampión en la República Democrática del Congo, así como a las poblaciones del oriente de ese país y a las de Burkina Faso, de Malí, de Níger y de Mozambique».
El inicio del jubileo
El martes por la noche, Francisco abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro para que pudieran pasar los primeros peregrinos. Así dio inicio al Jubileo, que se celebra cada 25 años y se espera que a lo largo del año sigan millones más. El tema de este año es la esperanza.
Las Puertas Santas también se abrirán en las principales basílicas de Roma y también en la prisión Rebibbia de la ciudad, a la que el papa asistirá el jueves.
Francisco invitó “a cada individuo, y a todos los pueblos y naciones, a encontrar el valor necesario para atravesar esa puerta, para convertirse en peregrinos de la esperanza, para acallar el ruido de las armas y superar las divisiones”.
Y rezó para que el Jubileo, un momento de fe y reconciliación, “sea una oportunidad para derribar todos los muros de separación, los muros ideológicos que tan a menudo marcan la vida política”.
El papa aprovechó también la ocasión para pedir «que el Jubileo sea la ocasión para perdonar las deudas, especialmente aquellas que gravan sobre los países más pobres».
Y concluyó deseando a todos «una serena y santa Navidad» e impartiendo la bendición ‘Urbi et Orbi’.
