Por: Roberto Aponte/ La minería es un sector productivo que presentan un gran reto. Por el ámbito económico requiere bastantes exigencias debido a las necesidades que presenta el mundo globalizado en cuanto a la obtención de minerales y combustibles; y en el aspecto ambiental existe la problemática de que los medios para obtener estos recursos generan impactos en la naturaleza. Dicho esto, queda el tercer componente del desarrollo sostenible, lo social, que resulta afectado por la contaminación y ruptura del sustento producido por proyectos extractivistas de multinacionales que no generan beneficios para los habitantes del territorio.
El conflicto es notorio, pero es algo que siempre existirá en cualquier proyecto y por eso es necesario que existan profesionales que velen por cada rama del desarrollo sostenible para velar por un acuerdo. La tarea es compleja pero la mejor forma de definir la situación más favorable es aquella en la que los beneficios económicos y sociales sean grandes mientras que los impactos ambientales sean mínimos.
Históricamente la extracción de minerales ha sido un eje en la historia de la humanidad y por lo mismo la obtención de estos elementos ha causado varios impactos en muchas sociedades incluso al punto de ocasionar guerras. Actualmente con la globalización, la producción de minerales se ha convertido en un eje del comercio internacional.
Para el desarrollo de tecnologías se requieren varios metales que se obtienen de países con yacimientos de dichos elementos y a su vez necesitan transportarse a países con avanzadas tecnologías de manufactura donde son convertidos en artefactos de uso cotidiano. Además, para sumar a este sistema, los barcos que movilizan estos elementos requieren combustibles los cuales se obtienen de hidrocarburos provenientes de yacimientos mineros. Los avances tecnológicos toman bastante tiempo en desarrollarse y los lugares donde se realizan estas complejas investigaciones son muy pocos en el mundo, pero dichos avances son los que permiten modificaciones en el ciclo de vida de los productos o en la obtención de energía para alimentar no solo nuestras actividades diarias sino además al sistema previamente mencionado.
La importancia de los minerales varía en el flujo de la historia, lo que demuestra que los paradigmas de requerimiento y obtención pueden cambiarse. No obstante, para llevar aquellos cambios se requiere tiempo y es complicado dejar de depender de la minería. Un ejemplo son las energías alternativas, podríamos dejar de depender de los combustibles fósiles, sin embargo, para fabricar los paneles solares se requiere la obtención de compuestos semiconductores que se obtienen de yacimientos mineros. Una de las tecnologías más avanzadas es la propuesta de combustibles a base de hidrogeno, se han visto resultados interesantes, pero es complicado ingresar esta alternativa al sistema global debido a la necesidad de productos provenientes de combustibles fósiles y materiales para las baterías de litio, y por el hecho de que esa fuente aún necesita crear una producción confiable para satisfacer la exigente demanda energética.
Siempre existirán materiales que encabezarán el sistema de consumo, ya que el petróleo no solo se usa como combustible sino para fabricar plásticos y otros materiales. Los hidrocarburos actualmente son la base del sistema económico mundial y debido a sus dificultades para renovarlo es necesario evaluar otros paradigmas que favorezcan la economía y el comercio, pero también se deben buscar todos los medios posibles para reducir los impactos de su obtención y uso durante el largo periodo de transición que podría llevar muchas décadas.
Las políticas mineras deben enfocarse en cubrir las demandas económicas y energéticas locales produciendo el menor impacto ambiental posible. Para eso debe permitir que los recursos presentes en el país cumplan dichas demandas de forma sostenible. La presencia de recursos genera una presión en la necesidad de obtenerlos. Las multinacionales están interesadas en obtener nuestros minerales y es deber de los entes gubernamentales procurar las normas para que estas condiciones favorezcan más a los residentes del país. Una alternativa mejor es explotar esos recursos con minería tecnificada y de bajo impacto hecha por empresas mineras nacionales y así evitar que aquellos yacimientos sean afectados por la minería ilegal.
La naturaleza puede restaurarse y para eso se requiere que parte del presupuesto del proyecto se utilice para dicha labor. La restauración es un evento progresivo y que ocurre a largo plazo, por eso se requiere de conocimientos técnicos para llevarlo a cabo de la mejor forma posible.
Una alternativa natural para la descontaminación de zonas afectadas por impactos de minería es la fitorremediación; el uso de plantas para el tratamiento de compuestos o elementos químicos. Este procedimiento requiere de mucho estudio ya que las plantas realizan diferentes reacciones químicas a partir de su metabolismo y las diferencias radican en lo siguiente. Existen plantas que permiten el crecimiento de bacterias en sus raíces que pueden descomponer los complejos compuestos de los hidrocarburos, otras especies en específico tienen la propiedad de acumular metales pesados en sus tejidos. Usar plantas de este tipo se convierte en la base para iniciar la restauración ambiental.
Lo importante para tomar decisiones es tener en cuenta los beneficios para el territorio teniendo en cuenta el componente natural y humano. En pocas palabras lograr que las mayores ganancias queden para la región a largo plazo.
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*Ingeniero Ambiental y escritor
Twitter: @robustories
Referencia: La revolución del hidrógeno que matará el coche de baterías se acelera.
(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).
