El gobernante Partido Nacional Escocés gana su cuarta elección parlamentaria consecutiva y la incapacidad por asegurar una mayoría absoluta no lo hace desistir de su ambición de independizarse del Reino Unido.
Con 68 distritos electorales contabilizados, el SNP había ganado 57 de los 129 escaños que componen el Parlamento escocés con sede en Edimburgo y estaba camino a extender su dominio en la política escocesa.
Sin embargo, debido a que este territorio asigna algunos escaños mediante una forma de representación proporcional, parece que el partido no llegará a los 65 escaños que necesitaría para tener la mayoría del Legislativo. Con base en los últimos resultados, la prensa local pronosticó que el SNP terminaría con 63 asientos.
La líder del partido y ministra principal, Nicola Sturgeon, lo admitió este sábado por la tarde y dijo que no fue una gran sorpresa dado el sistema electoral vigente. «Siempre he dicho que la mayoría es una posibilidad remota», dijo Sturgeon.
Sigue el impulso por el independentismo
En todo caso, los nacionalistas tienen la mayor parte de los escaños y los Verdes escoceses también respaldan un referéndum.
“Parece que no hay duda de que habrá una mayoría a favor de la independencia en ese Parlamento escocés y, según cualquier estándar normal de democracia, esa mayoría debería tener los compromisos que asumió con el pueblo de Escocia”, sostuvo Sturgeon.
Esta no sería la primera vez que el partido intenta promover una independencia del Reino Unido. En septiembre de 2014, se llevó a cabo esta consulta. Sin embargo, el 55% de los votantes escoceses se mostró a favor de seguir formando parte del territorio británico.
El primer ministro británico, Boris Johnson, líder del Partido Conservador, tendría la máxima autoridad para permitir o no otro referéndum sobre la independencia de Escocia. Hasta ahora, Johnson se ha negado a aprobar otra votación de esas características.
Johnson declaró al periódico local ‘Daily Telegraph’ que otro referéndum sería «irresponsable e imprudente» en el «contexto actual» mientras el país sale de la pandemia.
Pero Sturgeon insiste y señaló que sería un error que el primer ministro se interpusiera en el camino de un referendo y que el momento de llevarlo a cabo es asunto del Parlamento de su país, pues según ella se trata de los «deseos democráticos del pueblo escocés».
Ante este panorama, está abierta la posibilidad de que se reanuden las tensiones entre el Gobierno de Boris Johnson y la Administración descentralizada de Sturgeon.
