Por: Juan Camilo Revelo/ Hace aproximadamente 2600 años, en China, un señor llamado Lao-Tse aseguró que la gran verdad de la vida consistía en comprender que lo que le haces a otros, en realidad te lo haces a ti mismo.
Algo que dado su lógica y sentido acude a la sabiduría corroborable de la ley universal de la compensación o correspondencia.
En este orden, preguntarse por el porqué de algunos de los acontecimientos de una vida, puede ser en cierto modo, señal de una mentalidad reflexiva.
Las situaciones, personas o cosas que suceden; las que llegan y se van, así como las que nunca llegaron, forman parte de cúmulos de decisiones, enfoques e intenciones.
Valdría así nunca la pena para determinados casos, el desgastarse en tomar como propio lo que compete al terreno de la siembra individual de cada quien. Inténtese por ejemplo a partir de las siguientes expresiones ponderar una diferencia: en una situación x una persona grita a otra. Para describir esto caben dos posibilidades: la primera sonaría más o menos así: fulano me gritó. La segunda, en cambio, sería algo como: fulano gritó. Todo cambia cuando desde el lenguaje que se usa para describir se despersonaliza en contra propia, la posible ofensa proferida por otro.
De esto hablaba este sabio, de desmarcarse de las acciones u omisiones de los demás como si fuera una afrenta personal, es decir, de no caer, aunque cueste, en los terrenos de la victimización.
Para calcular las consecuencias de los propios actos, se requiere de la capacidad de estar dispuesto a tener una memoria generosa que facilite el contraste.
Puede que alguien alguna vez haya hecho algo en contra de otra persona y que esto mismo le venga a la memoria cuando recibe de otro alguien un trato parecido al dado en otro tiempo. No necesariamente por la misma persona. Ni siquiera en el mismo contexto ni espacio.
Ahora bien, si ha llegado hasta este punto de la lectura y siente que en ocasiones ha estado en el lugar de ayudar y no ha sabido cómo, escuche esto acerca de la gestión emocional:
El autoconocimiento, como el primer paso en la teoría de Inteligencia Emocional de Daniel Goleman, nos lleva a caer en cuenta de cómo es que hemos de reconocer inicialmente aquello que sabemos que no está bien en nosotros y que por tanto debe ser cambiado.
Tener una asertiva disposición al cambio, supone la capacidad de reconocer que no somos obras acabadas y que lejos de ser ejemplos de algo, estamos llamados, si nos nace y queremos, a ser una versión continuamente mejorable de quienes somos y de cómo nos comportamos con los demás en este paso por la vida.
La autocompasión por su parte, entendida como el acto generoso de comprender lo que en algunos momentos uno haya tenido la “coloquialidad” de nombrar como destino, es el primer paso en el camino de aprender a ayudar a los demás, acudiendo a la comprensión de las causas que han dado lugar a determinados efectos.
Conviene, además, insistimos, no caer en esa “frivolizadora” línea de la “felicidad” que habla de respirar y meditar como si se tratara de gestos extraordinarios para la recomposición de las relaciones intra e interpersonales. Esto resulta obsoleto cuando no se hace sino en egoísta función de un interés de paz personal, abandonando la posibilidad de comprometerse con la paz del entorno que habitamos. La meditación por tanto es un ejercicio de ojos abiertos que sopesa mi grado de responsabilidad y participación en el bienestar de los demás.
Saber escuchar, así como poder verbalizar lo que se siente entendiendo los contextos ajenos, es un ejercicio que nos exige mucho más a partir de lo que damos que de lo que esperamos recibir en la medida de nuestras propias expectativas puestas en los demás.
Es claro que si la felicidad tuviera un secreto sería justamente el de procurar la ajena, sin necesidad de sacrificar la propia.
Para terminar, un recordatorio final a propósito de estas frases de cajón que abordan el bienestar como algo generalizable: El universo sólo conspira a tu favor si tú conspiras en favor de la gente que se cruza contigo en su camino. De lo contrario, no pasa nada parecido.
Feliz semana para todos.
*Abogado conciliador en Cámara de Comercio de Bucaramanga. Especialista en Marketing Político & estrategias de campaña (U. Externado). Experiencia +10 años en Resolución de Conflictos. Mentor en Comunicación estratégica Verbal – No Verbal e Inteligencia Emocional Empresarial.
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