Por: Pedro Bernard Sarqués Plata/ La libertad digital y la autonomía amorosa, en un mundo donde el deslizar el dedo puede llevarnos al amor o a una nueva aventura, la libertad y la autonomía se han convertido en los pilares de las relaciones modernas. Gracias a las aplicaciones de citas y las redes sociales, el abanico de opciones se expande, permitiéndonos explorar diferentes tipos de conexiones sin ataduras. ¿Matrimonio? Tal vez más adelante. Por ahora, nos sumergimos en el vasto océano de las posibilidades digitales.
Adiós a las viejas reglas del juego amoroso. En la era de la tecnología, el matrimonio ya no es la única salida aceptable para las relaciones duraderas. Parejas de hecho, relaciones abiertas, poliamor… el mundo está lleno de matices y posibilidades. Las redes sociales nos brindan una ventana al panorama amoroso global, mostrándonos que el matrimonio no es el único destino en el mapa del amor.
En un mundo donde la carrera y el crecimiento personal ocupan un lugar central, el matrimonio puede esperar. Gracias a la tecnología, accedemos a oportunidades educativas y laborales sin precedentes, dedicando tiempo y energía a nuestro desarrollo antes de comprometernos con otro ser humano. ¿Matrimonio? Quizás después de conquistar el mundo.
El temor al compromiso en tiempos digitales. En un universo de opciones infinitas, el miedo al compromiso se convierte en una estrella en ascenso. La facilidad para conectar con nuevas personas crea una sensación de incertidumbre y temor a comprometerse en una relación a largo plazo. ¿Por qué elegir una sola opción cuando el mundo está lleno de posibilidades? ¿Y si hay algo mejor esperando en la próxima pantalla?
La tecnología ha abierto un abanico de oportunidades en el panorama amoroso, desde ampliar nuestras opciones hasta cuestionar las normas establecidas. Ya sea que optemos por sumergirnos en el océano digital de las relaciones o que prefiramos navegar en aguas más tranquilas, una cosa es segura: el amor, en todas sus formas y manifestaciones, sigue siendo el motor que impulsa nuestro viaje en la vida.
Así que, queridos lectores, ¿cómo emplean ustedes la tecnología en sus propias travesías amorosas? El mundo digital está esperando ser explorado, así que adéntrense con valentía y corazón abierto. ¡Hasta la próxima aventura digital, amigos!
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*Ingeniero de Sistemas, director de proyectos de innovación tecnológica.
Pedrito muy querido y recordado. Me encanta saludarte y saber que escribes sobre estas nuevas posibilidades del amor. Quedo con algunas inquietudes al respecto. Tal vez me recuerdes cuando compartimos en Bucaramanga.