Por: Érika Cáceres/ En mis últimos años como consultora en Comunicación Política he tenido la oportunidad de trabajar y hacer parte de equipos de campaña en varios países y con muchos candidatos. A lo largo de este camino, he aprendido que por muy bueno que sea el candidato, no siempre será el ganador de la elección, porque una cosa es ganar la campaña y otra muy diferente es ganar el día D. ¿Tú quieres ganar la campaña o ganar el día electoral?
Y es que un buen candidato tiene muchas cualidades que hemos escuchado en múltiples escenarios: cercano, honesto, buen orador, con buen plan de trabajo, y muchas otras características que hacen parte de un largo check list. Sin embargo, y aunque gocen de todo esto, no han sido pocas las veces que he visto cómo su proyecto político, pareciera derrumbarse por factores externos que a veces son obviados desde el propio comando.
Sin un orden específico, iré nombrando los que bajo mi experiencia son algunos de esos “factores externos” que pueden moldear una elección, aun sin mucho esfuerzo por parte de la competencia:
El momento coyuntural: Los momentos coyunturales afectan directamente las prioridades de los votantes al resaltar problemas inmediatos que requieren atención urgente y por ejemplo, si eres el candidato sucesor de un proyecto político que no está bien evaluado y que tiene a sus ciudadanos inmersos en una serie de dificultades sociales y económicas – por qué sí, la gente siempre responsabiliza directamente a sus líderes políticos- lo más probable es que el colectivo en las siguientes elecciones vote por un cambio que signifique algo muy diferente a lo que tú representas.
Desinformación y noticias falsas: La proliferación de información falsa en redes sociales puede dañar la imagen de un candidato si no se contrarresta eficazmente. Y para nadie es un secreto que en muchos equipos, la denominada campaña sucia también es parte de las estrategia, incluso corriendo la línea ética, perfilando de la peor manera al contrincante, incluso metiéndose en su vida personal.
Abstencionismo electoral: La falta de participación ciudadana puede disminuir las posibilidades de éxito para candidatos que dependen del voto de sectores tradicionalmente menos activos en elecciones, dándole la opción de ganar a quien tenga mayor capacidad de movilización de electores el día de la elección.
Manipulación en la entrega de resultados: El caso más cercano a esto lo tuvimos en las elecciones del año pasado de Venezuela, donde según las actas entregadas por la oposición, su candidato ganó con un amplio margen del 67% vs un 30%. La falta de transparencia en el conteo de votos o en la publicación de resultados puede darle el triunfo al candidato que no fue elegido por los ciudadanos. De ahí la importancia del control electoral y del cuidado del voto, durante y después de las elecciones.
Debilidad de los partidos políticos: La disminución del control de los partidos sobre sus candidatos también contribuye a resultados inesperados. En lugar de priorizar experiencia y preparación, los partidos a menudo ceden espacio a grupos de interés externos que promueven candidatos menos convencionales pero con apoyo financiero o mediático
Como mencioné anteriormente, estos son algunos de esos factores externos que hace que no siempre gane el mejor candidato. Se rrefleja en una combinación de factores estructurales y sociales que moldean el comportamiento electoral.
Reformar sistemas electorales y fomentar una ciudadanía informada podrían ayudar a garantizar que las elecciones premien a quienes realmente están mejor preparados para liderar.
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*Comunicadora Social y estratega política.