Por: Deivy Fernando Vega Herrera/ El choque de esta semana entre Trump y Petro volvió a revivir el debate sobre nuestra relación con Estados Unidos (USA)[1]. Más allá de la cuestionada e inoportuna manera con la que Petro llevó la situación, las amenazas de Trump de poner sanciones a Colombia dejaron en evidencia una realidad incómoda: la economía colombiana depende comercialmente de Estados Unidos[2]. ¿Qué tan bueno ha sido para nosotros esta dependencia?
Quienes defienden la relación económica con Estados Unidos alegan los beneficios que ha generado para los consumidores, ya que los acuerdos con USA (como el Tratado de Libre Comercio -TLC-) redujeron los precios y diversificaron productos, como celulares o alimentos[3]. En contraste, varios sectores agrícolas, mayoritariamente compuestos por campesinos, no pudieron competir con los precios bajos de las importaciones y entraron en crisis, como lo han señalado las asociaciones de productores de maíz, arroz y trigo[4][5].
¿Recuerda cuando en Colombia se consumía maíz cultivado en el país? ¿O cuando los colombianos consumíamos pan hecho con trigo colombiano? De esa vocación agrícola que alguna vez nos representó, hoy solo queda el recuerdo. En la actualidad, la mayor parte de estos alimentos los importamos, principalmente de Estados Unidos(1).
Por este motivo, el impacto más importante que ha tenido nuestra relación con USA está en nuestras importaciones y exportaciones (balanza comercial). Para poner en contexto, antes de que se firmara el TLC con USA teníamos una balanza comercial positiva: es decir, exportábamos más de lo que importábamos. Sin embargo, con la firma del TLC y la consolidación de USA como nuestro principal socio comercial, nuestra balanza comercial empezó a ser negativa: es decir, empezamos a importar mucho más de lo que exportamos[6]. Esto se traduce en pérdidas fiscales y comerciales, pero sobre todo, en una relación de dependencia económica de Colombia con Estados Unidos.
Como consecuencia, hoy en día más del 90% del maíz y del trigo que se comercializa en Colombia se importa de Estados Unidos[7][8], aun cuando geográfica y culturalmente no tenemos la necesidad de importar estos productos. El modelo comercial que heredamos de anteriores gobiernos nos ha convertido en un país más consumidor que productor, lo que ha generado una dependencia excesiva de las importaciones que nos deja en vulnerabilidad ante políticas externas(2).
Por ello, el contexto actual en el que Donald Trump amenaza con imponer sanciones a países como Colombia debe motivarnos a repensar nuestra relación comercial con USA. Independientemente del político de turno, es poco estratégico tener una relación de dependencia comercial con una potencia económica como Estados Unidos, ya que eso nos pone en un escenario de sometimiento ante cualquier negociación. Es decir, si USA decide sancionarnos, esto afectaría nuestra economía gravemente, pero si nosotros decidimos sancionar a USA, la economía de ellos poco o nada se vería afectada.
Es verdad que la política diplomática del gobierno de Petro ha sido poco inteligente, pero también es verdad que sea cual sea el gobierno nuestra dependencia con Estados Unidos nos hace extremadamente vulnerables. Para ningún país es conveniente tener una relación de dependencia económica con otra nación mucho más poderosa, pues esto compromete su independencia económica y pone en riesgo la capacidad de tomar decisiones autónomas.
Por esta razón, las amenazas de Donald Trump a Colombia deben ser un aliciente para cambiar nuestra dependencia comercial con Estados Unidos. Es tiempo de replantear nuestros acuerdos comerciales y ajustarlos para que no seamos un país sometido a las amenazas de un político, cualquiera que sea. Colombia debe apuntar a desarrollar una estrategia comercial que reduzca la dependencia de cualquier país en particular.
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*Economista y Magíster en Economía y Desarrollo. Asesor pensional independiente con experiencia certificada con Colpensiones y empresas privados. Investigador interesado en la academia. Docente universitario.
(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).
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[1] Andrea Gómez (Enero de 2025). Así es la balanza comercial entre Colombia y EE.UU.: qué exporta e importa cada país. CNN En Español.
[2] Diego Stacey (Enero de 2025). Colombia busca la ruta para romper con la dependencia comercial de Estados Unidos. El País.
[3] Mario Valencia (Mayo de 2022). Balance de los diez años del TLC con Estados Unidos: negativo y costoso. Razón Pública
[4] Semanario Voz (Julio de 2022). La década perdida: 10 años del TLC con Estados Unidos. Prensa Rural.
[5] Grupo Semillas (Septiembre de 2022). Defender el maíz como bien común. Prensa Rural.
[6] Editor Cedetrabajo (Septiembre de 2023). Balanza comercial negativa: el resultado del TLC con EE. UU., la Unión Europea y Canadá. Cedetrabajo.
[7] Juan Escobar Fernández (Febrero de 2023). El pan colombiano se hace con trigo extranjero: por qué el país importa casi el 100% de la materia prima. Infobae.
[8] Alejandra Rico Muñoz (Mayo de 2022). Maíz, trigo y tortas de soya son 70% de importaciones de alimentos que hace el país. La República.
