“La violencia provocada, calculada y utilizada como estrategia para generar caos o eliminar al contradictor es malévola y perversa”. Con estas palabras, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) condenó el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, perpetrado el sábado 7 de junio en la localidad de Fontibón, Bogotá.
En un comunicado firmado por el presidente de la CEC, monseñor Francisco Javier Múnera Correa, y los demás miembros de la dirección del episcopado, los obispos señalaron que este hecho atenta contra el don sagrado de la vida y debilita las bases de la democracia. La declaración fue publicada el domingo de Pentecostés, día en que la Iglesia celebra la venida del Espíritu Santo.
Los pastores pidieron que los autores materiales e intelectuales del ataque respondan ante la justicia. En el documento, se hace un llamado a toda la sociedad colombiana a unirse para rechazar cualquier forma de violencia que busque arrebatar la vida de los ciudadanos.
En el contexto electoral que vive el país, los obispos recordaron la importancia de proteger la vida y fortalecer las instituciones democráticas. “Llamamos a todos los colombianos a unirnos para no permitir que la violencia nos destruya como personas y como país”, señalaron.
Los obispos manifestaron su solidaridad con la familia del senador Uribe Turbay y convocaron a una jornada de oración por su pronta recuperación. También invitaron a mantener la esperanza frente a estos hechos y a confiar en la fe cristiana. “Nos aferramos a Cristo Vivo, ancla de la Esperanza para la entera familia humana”, concluyeron.
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