Cientos de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro invadieron la sede del Congreso Nacional de Brasil en una manifestación que pide una intervención militar para derrocar al recién electo presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El grupo, que defiende la tesis de golpe de Estado, superó una barrera policial y subió la rampa que da acceso al techo de los edificios de la Cámara de los Diputados y del Senado, y algunos entraron dentro de la sede legislativa.
Minutos más tarde, medios internacionales reportaron que los cientos de manifestantes también invadieron el Tribunal Supremo y el Palacio Presidencial de Planalto, sedes de los poderes en Brasilia, causando numerosos destrozos.
Tras los hechos, el presidente colombiano Gustavo Petro salió a manifestarle su apoyo Lula, con quien ha sostenido excelentes relaciones diplomáticas por tratarse de dos gobiernos de izquierda.
Los manifestantes extremistas, en su mayoría con camisetas amarillas y verdes y banderas de Brasil, también atacaron algunos vehículos de la Policía Legislativa, que brinda seguridad al Congreso.
También destruyeron barreras de protección y armados con palos enfrentaron a los agentes que intentaron contener, sin éxito, la entrada de los manifestantes.
Lula, quien asumió la Presidencia de Brasil el pasado 1 de enero, se encuentra este fin de semana de viaje en la ciudad de Araraquara, en Sao Paulo.
Centenares de bolsonaristas radicales están acampados frente al Cuartel General del Ejército, en Brasilia, desde el día posterior a las elecciones del pasado 30 de octubre, en las que Lula derrotó a Bolsonaro.
Los campamentos de los bolsonaristas radicales, que se han multiplicado en ciudades de todo el país, comenzaron a ser desmontados el viernes en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, donde ocurrieron algunos disturbios.
El sábado, el ministro de Justicia, Flávio Dino, autorizó la actuación de la Fuerza Nacional de Seguridad, un grupo de elite de los cuerpos de Policía de todo el país, que se moviliza para misiones especiales.
Desde el triunfo de Lula en la segunda vuelta electoral del 30 de octubre, con el 50,9 % de los votos válidos frente al 49,1 % de Bolsonaro, los simpatizantes del presidente se han concentrado en las afueras de los cuarteles del Ejército.
Antes de la invasión del Congreso, Dino se pronunció en las redes sociales y dijo que los opositores deberán esperar hasta 2026, cuando se realicen las próximas elecciones presidenciales, así como el actual Gobierno esperó entre 2018 y 2022.
En un comunicado, Dino manifestó que el Ministerio de Justicia convocó a una reunión de emergencia con los organismos de seguridad para enfrentar las manifestaciones.