Por: Luis Eduardo Jaimes Bautista/ Somos una comedia humana, de Honorato de Balzac: El cuento de la piel o cuero mágico. El símil se lo dejo a los ciudadanos. Leyendo “El Plan de Desarrollo de los ciudadanos y ciudadanas”, la Ciudad de Bucaramanga, en su aparte “la piel de la democracia”, es la muestra de satisfacción y deseos de quienes se abanderan contra la corrupción. Arman rompecabezas para construir una “Ciudad feíta” con piel de zapa. Quieren encoger el espacio público: las calles, los parques, los andenes y todo aquello que defiende la Constitución Política de Colombia en sus artículos 63 y 82.
Lo que está haciendo la administración del Ing. Rodolfo Hernández, la Defensoría del Espacio Público, sus asesores de cabecera y contratistas, es colocar la ciudad “patas arriba”, desconociendo la normatividad, el Concejo y la ciudadanía en general.
Existe el Acuerdo No. 035 del 20 de diciembre de 2002, donde se creó la Defensoría del Espacio Público, cuya misión es: “La de contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de Bucaramanga por medio de una eficaz defensa del Espacio Público, de una óptima administración del patrimonio inmobiliario de la ciudad y de la construcción de una nueva cultura del Espacio Público que garantice su uso y disfrute común y promueva la participación ciudadana”.
Para el más lego ciudadano, el patrimonio inmobiliario, son los parques, las calles, los andenes, las glorietas. Pertenencia para el disfrute de caminar, pero en esta pequeña metrópoli. Hoy limitada, porque no hay espacios y los que existen son ocupados por vendedores informales, vehículos estacionados, habitantes de calle, inmigrantes venezolanos, letrinas y botaderos de basuras, sin que la administración se inmute ante estos espejos sucios que reflejan otra realidad o ficción de quienes están gobernando.
Nuevamente pregunto: ¿Dónde queda la protección y recuperación del espacio público? Un deber del alcalde, que no necesita la querella de los particulares; porque es una función de la administración municipal. Existen querellas, como la acción popular, tutelas, con fallos que los tribunales y las cortes, emitidas en favor del bien común y colectivo, por encima del individual. En Bucaramanga, con “el Plan Maestro de Espacio Público”, aprobado de un plumazo, por decreto del señor Alcalde, pasando por encima del Concejo Municipal, la ley y los derechos que tienen los ciudadanos. Regular en contravía el espacio público de una municipalidad, tendrá consecuencias.
Todo bien de uso público, que es propiedad de la nación o de las entidades territoriales, el uso les pertenece a todos los habitantes de un territorio y son inalienables, imprescriptibles e inembargables.
No es posible lo que van a realizar: Demarcar cada pedazo de calle o anden para cederlo a un vendedor informal, regalar o vender carritos, cobrar arriendo, tenga sustento jurídico en la capital santandereana. De ahí que las sentencias de la Corte Constitucional o Consejo de Estado que han fallado en otras ciudades en defensa del espacio público tienen repercusión a lo largo y ancho del territorio nacional.
Existe el Manual del Espacio Público en Bucaramanga, elaborado en el gobierno de Honorio Galvis cuando fue alcalde, y nuevamente hacen copia y pegue de documentos de otros municipios, pagando altos costos a los foráneos por un “El Plan Maestro de Espacio Público. Decreto No. 0089 del 15 de junio de 2018”, que jamás pasó por el Concejo, no fue socializado, ni se le dio a conocer a los quienes son los representantes elegidos por el pueblo. Es como si la ciudad perteneciera al magnate Rodolfo Hernández y su séquito.
Esta columna pregunta a los entes de control ¿Qué están haciendo? Cuando constantemente se viola la ley y se desconoce todos los procedimientos administrativos ¿Esto será un monumento a los delitos administrativos no castigados, por acción o por omisión?
Twitter: @LuisEduardoJB1