Por: Eugenia Aguilar Rueda/ El plan de desarrollo más que una herramienta de gestión gubernamental, refleja los sueños colectivos de unos y las frustraciones de otros, dependiendo donde mi existencia carnal y emocional aterrice o se ubique, que para nuestra región Santander, 87 municipios nos brindan hospedaje, excepto que sea de aquellas personas que tiene por filosofía de vida lo enseñado por el coro de Facundo Cabral: “No soy de aquí, no soy de allá. No tengo edad, ni porvenir y ser feliz es mi color de identidad”.
De conformidad con nuestra Constitución Politica tenemos, que nuestro corazoncito y humanidad física, se ubica en uno cualquiera de los 1.101 municipios y a su vez en cualquiera de los 32 Departamentos en que se encuentra dividido geográficamente el territorio y la competencia para gobernar en su jurisdicción, que desde la elección popular de alcaldes, implementó el voto programático que trae consigo el compromiso ineludible de materializar su propuesta en el plan de desarrollo con la posibilidad de dar prioridad a ver hecho realidad la motivación que lo hizo alcalde.
De la lectura del Plan de desarrollo, una vez aprobado, extraemos el perfil del gobernante, podremos decir que tan amargado o feliz se encuentra, si nada dio para la niñez y la adolescencia, juzguen ustedes; que tan animalista o amante de la cultura si poco presupuesto asigno para estos rubros o si se trata de aquellos lideres que se esfuerzan por ser los primeros en tener aprobado el documento, así la esencia del mismo sea débil, o de aquellos que confía en las capacitaciones a fin de llenar salones y auditorios con la foto de la evidencia y luego se muestran molestos con aquellos que creyeron en el carrete participativo y ahora hacen control.
Pero no toda la responsabilidad esta en los hombros del mandatario, su visión de ciudad también es obligación del Concejo Municipal o Asamblea Departamental, que para su aprobación le permite incluir ajustes, dejar observaciones, mejorar los planes, programas y proyectos, este documento que según la Constitución Política precisa de tecnicismo, también permite deducir el grado de preparación de sus gobernantes, tanto el gabinete, concejo o asamblea por sus aportes en la construcción colectiva y que tan resignada se encuentra la ciudadanía.
Suele suceder, que, como ciudadano, vamos emocionados y votamos por el candidato y no por el programa de gobierno, luego al ganador le exigimos que plasme en el plan de desarrollo lo propuesto por el perdedor, miren lo que viene pasando en estos dos años de gobierno nacional, los perdedores no se resignan a la propuesta ganadora, los ilustrados lo hacen a propósito para que el Gobierno resulte un fiasco y la comunidad guiada por intereses ajenos a los suyos se deja llevar como una marea sin entender la maniobra de la oposición.
Sabremos comprender que la metodología, obliga a explayarse en el 70% de la narrativa convertida en hueso de leer y un 30% al verdadero néctar de la propuesta. La atención será dirigida a escudriñar que se propuso en materia de educación, como vamos a resolver el problema del transporte masivo, cuantos parques temáticos serán construidos, que programas para regular el empleo de los millares de vendedores que día a día invaden el espacio público; que proyecto de ciudad tendremos en el Área Metropolitana, que infraestructura vial en provincia, que tanto avanzaremos en materia agraria, salud, empleo, convivencia ciudadana, a la población en situación de discapacidad, víctimas de la violencia, población LGBTIQ+, adulto mayor y población en situación de calle, en fin, según el presupuesto asignado a cada componente sabemos si tiene fibra social y compromiso con las transformaciones socioeconómica de su municipio o solo tiene tiempo para la obra pública, el PAE, grandes eventos que lo visibilicen en las redes, en abrir la tienda y entregar la calle pavimentada, el salón comunal, el polideportivo, dejando a uno que otro contento, pero sin solucionar los problemas que más temprano que tarde estallan, como el sitio de disposición final de residuos sólidos, la Ptar, movilidad y el transporte, hospital o puesto de salud, su apuesta a conservar los recursos naturales, el recurso hídrico y acueductos.
Con el Plan de desarrollo, la ciudadanía renueva la construcción de un nuevo contrato social y por eso aconsejo a que los mandatarios no se dejen llevar por aquellos asesores que recomiendan ser cautos en su formulación por el miedo de que, si no cumplen, se le viene una revocatoria de mandato perdiendo la oportunidad de llevar su municipio a un horizonte de progreso social e innovación. Santander necesita lideres con mente futurista y arriesgados a hacer lo que sus antecesores no hicieron. Que no te recuerden como el mandatario de los mandados sino como el gran líder que interpretó el momento para su region.
…
*Abogada especialista en administrativo y función publica
X: @EugeniaAguilarR
De acuerdo, esos son los líderes necesarios. La lectura clara de la realidad para avanzar en el contexto de cada municipio y no planes de ilusiones y promesas. Gracias por su importante análisis