Por: César Camilo Hernández Hernández/ Las regiones y los ciudadanos generan constantemente diferentes necesidades para los territorios y sus actores. El desarrollo, progreso y puesta en marcha de los planes de acción para contrarrestar esas carencias, no es solo de los mandatarios, sino involucra al empresariado, academia y la misma ciudadanía.
Un principio elemental en la planificación territorial, es la articulación de los actores de la región, elevando el grado de inclusión para la toma de decisiones estratégicas. El futuro del área metropolitana, se verá irradiado hacia la provincia, lo cual sitúa a Bucaramanga y sus municipios aledaños como el eslabón mas importante en la cadena de valor del crecimiento regional.
El reto de los burgomaestres es liderar un equipo multidisciplinario, que comparta y aporte en una construcción de territorios inteligentes, enfocados a lugares vivibles y sostenibles. De acuerdo a la coyuntura actual, los lineamientos en la planeación de la región deben replantearse, donde se centren los esfuerzos de adentro hacia afuera, como nucleó principal: el ciudadano.
Bien lo decía, Peter Drucker, padre de la administración del siglo XX, la reevaluación sistémica, se da por un proceso continuo de la planeación estratégica donde se analiza el futuro, para tomar las mejores decisiones en el presente. Es así, donde se debe actuar en la edificación de practicas que analicen el entorno interno y externo de la región, posibilitando establecer estrategias que nos preparen a un corto, mediano y largo plazo.
La región cuenta con un potencial en talento humano y características geográficas que facilitan la trasformación hacia nuevos desarrollos, tecnologías e inversiones. La mayoría de ciudades han crecido hacia arriba por la excelente labor de las empresas constructoras, siendo uno de los sectores locomotores del crecimiento regional, pero nos hemos quedado cortos en expansión de otros sectores estratégicos.
El proceso de planificación estratégica regional, se basa en la iniciativa de la creación de una estructura solida desde el área metropolitana, que plantee, estructure y ejecute la hoja de ruta, la cual debe ser replicada y adaptada en los demás territorios. La improvisación y el populismo ha atrasado el desarrollo local, desaprovechando los nuevos modelos, paradigmas y sistemas que se aplican en el mundo.
Es necesario empezar procesos de identificación de las variables que delimitaran los proyectos, las cuales garanticen el desempeño técnico, administrativo y financiero en la construcción de región. Teniendo en cuenta la información y los datos, se debe proceder a temas vitales de impacto como la movilidad, entonos verdes, servicios públicos, salud y educación.
Existen variedad de herramientas que permiten la consolidación de los insumos, una de ellas es el catastro multipropósito, donde se articulan e integran ciertas variables sociales y económicas del entorno geográfico, logrando información vital en las estrategias para los sectores del territorio, teniendo como objetivo el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos.
El Banco Interamericano de Desarrollo – BID, expone la ventaja de usar sistemas inteligentes, las nuevas tecnologías en los desarrollos urbanos y rurales mejoran el bienestar de las comunidades. Según Mckinsey, el incremento en los indicadores de calidad de vida se muestra entre un 10% y 30%. La utilización de modelos de vanguardia facilita la ejecución de procesos dinámicos, agiles, confiables y eficientes, logrando sostenibilidad de las ciudades.
Por lo tanto, la planeación estratégica regional, debe ser una realidad constante en el aspecto constructivo de lograr las metas y objetivos sostenibles; la tarea es de todos, del sector público, privado y académico, estableciendo las prioridades y el foco de desarrollo, que convierta los sectores del territorio en una ventaja competitiva para el nuevo mundo y amplié el mejoramiento de la vida de más ciudadanos.
*Ingeniero Industrial, Especialista en Gerencia de Proyectos y Magister en Administración.
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