- La inherente transparencia de las criptomonedas. La incompatibilidad de las criptomonedas para financiar el terrorismo a escala.
- Los principales retos en brindar estimados precisos de los fondos que están siendo destinados directamente a organizaciones terroristas.
- Las medidas de seguridad que se pueden tomar para atacar esta problemática.
- Combatiendo los malentendidos relacionados con el uso de criptomonedas por grupos terroristas.
Puntos de debate
Las criptomonedas han generado algunos puntos de debate, especialmente en relación con las preocupaciones del público sobre su posible uso en actividades ilícitas, aunque esto no sea necesariamente el caso en la realidad.
Tras los recientes ataques de Hamas en Israel, Chainalysis se ha dado a la tarea de calmar estas preocupaciones mientras a su vez mitiga el pánico causado por análisis deficientes y métricas exageradas respecto al uso de criptomonedas por parte de organizaciones terroristas que han circulado en los últimos días.
Históricamente, los principales vehículos financieros de las organizaciones terroristas son métodos tradicionales basados en dinero fiduciario (como instituciones financieras y empresas fantasma), ya que estos están más alineados a la naturaleza pública de las campañas de financiamiento del terrorismo.
Informa Chainalysis que es fundamental destacar que la tecnología blockchain es intrínsecamente transparente, lo que hace que las criptomonedas sean rastreables y por lo tanto, no son un medio eficaz para financiar el terrorismo a gran escala. No obstante, cualquier cantidad de fondos en manos de organizaciones terroristas puede tener graves consecuencias.
Por ello, existen dos elementos fundamentales para analizar el volumen y flujo de los fondos relacionados con el terrorismo: contabilizar los fondos en posesión de los terroristas y la identificación de los proveedores de servicio que facilitan la transferencia de dichos fondos.
Los proveedores de servicio son agentes que procesan volúmenes de fondos mayores a los de un individuo tradicional y menores a los de una oficina de cambio. Estimaciones recientes (relacionadas con los ataques a Israel) parecen incluir todos los flujos de fondos a ciertos proveedores de servicios, aunque algunos de estos fondos no están directamente vinculados a actividades terroristas. Por ello no todos los recursos recibidos por estos proveedores son terroristas, aunque el desmantelar a estos facilitadores es una prioridad.
Según Chainalysis uno de los principales retos en la lucha contra la actividad terrorista, es el que continuar rastreando fondos después del depósito en un servicio suele ser improductivo, ya que el propietario original no suele manejarlos directamente. Sumándole a lo anterior, los servicios combinan fondos de varios usuarios, lo que oculta información específica de clientes en la blockchain o soluciones como Reactor.
Es por esto que el uso de los proveedores de servicio, tanto en los canales de finanzas tradicionales, como en la blockchain, vuelve muy difícil proveer estimados precisos de los fondos que están siendo destinados directamente a organizaciones terroristas.
El sector privado desempeña un rol crucial en darle fin a las actividades de financiamiento del terrorismo, particularmente las oficinas de cambio (o exchanges) quienes facilitan la conversión de criptomonedas a dinero fiduciario. Algunas estrategias esenciales para evitar que terroristas y otros actores accedan a criptomonedas incluyen el monitoreo de lavado de dinero y sanciones financieras a través de las soluciones de análisis de blockchain.
Dice Chainalysis que la policía y agencias de inteligencia pueden utilizar el análisis de blockchain para investigar donadores, facilitadores y puntos de retiro, para en colaboración con el sector privado, cerrar estas actividades.
Es importante que el público se mantenga crítico ante análisis que atribuyan grandes sumas de fondos al financiamiento del terrorismo y puntos de retiro inusuales.
“En Chainalysis continuaremos ofreciendo al público información detallada sobre la recaudación de fondos de parte de grupos terroristas, manteniendo la integridad de las investigaciones en curso”, concluye el análisis.