Este domingo 17 de octubre, la Policía de Reino Unido informó haber identificado a quien considera el presunto asesino del diputado conservador David Amess, quien murió el pasado viernes apuñalado durante una de sus reuniones periódicas con los electores. El detenido es un hombre de 25 años británico de origen somalí.
El sospechoso fue arrestado bajo la ley de terrorismo del país, ya que las autoridades cavilan que el ataque pudo tener «motivación terrorista». De hecho, la Policía Metropolitana de Londres declaró la causa bajo el rótulo de «incidente de terrorismo» y tiene hasta el 22 de octubre para interrogar al acusado, tras conseguir una prórroga judicial.
Con motivo de avanzar en la investigación, la Policía registró tres domicilios en la capital de Inglaterra. Además, el sábado le hicieron la autopsia al fallecido, que fue asesinado en el lugar luego de ser apuñalado en reiteradas oportunidades por el atacante.
El detenido y presunto autor del ataque había sido enviado años atrás al programa nacional de prevención del terrorismo, un plan voluntario de personas expuestas a radicalización yihadista. Sin embargo, no pasó mucho tiempo en el programa.
Tanto la clase política británica como la comunidad musulmana han repudiado el asesinato de Amess, diputado conservador de larga trayectoria y reconocido en la circunscripción de Essex como un funcionario próximo a la comunidad.
La seguridad de los parlamentarios, asunto en discusión
El ataque que padeció David Amess revivió los fantasmas que quedaron luego del asesinato de la laborista Jo Cox en 2016, días previos al Brexit, cuando un fanático de extrema derecha la mató con disparos y apuñalamientos. Ahora, la seguridad de los diputados quedó en revisión.
En Reino Unido es habitual que los miembros electos del Parlamento se reúnan periódicamente con sus electores en sus respectivas circunscripciones, en encuentros cercanos con la comunidad, una dinámica que tras los ataques a varios de políticos en los últimos años se ha puesto en tela de juicio.
Sin embargo, respecto al mantenimiento de estas prácticas, Priti Patel, ministra del Interior, reiteró este domingo -cuando ella misma cuando se acercó a los ciudadanos de su localidad- que el homicidio de Amess no tiene que romper con el «deber democrático» de los políticos de recibir a sus electores.
«Somos parte del tejido, del ADN de la sociedad, de nuestra democracia, nuestra libertad, la oportunidad que tiene la gente de entablar una relación con nosotros», manifestó Patel, pese a los temores que expresaron algunos colegas sobre la exposición de los políticos ante posibles ataques.
No obstante, tras el suceso del pasado viernes, la ministra ordenó que se revisen las medidas de protección para los miembros de la Cámara de los Comunes. «Esto (la violencia) no debería romper jamás el vínculo entre un representante electo y su función democrática y el deber hacia la gente que lo eligió», dijo.
Patel trabaja junto a Lindsay Hoyle –presidente de los Comunes- y la Policía en revisar si hay deficiencias en las medidas de seguridad que se ofrecen a los parlamentarios, un aspecto que se reforzó luego del asesinato de Jo Cox.