Por: Reinaldo Pérez Flórez/ Los politiqueros son una especie la cual pensamos en algún momento que estaba en vía de extinción, es un género que se enraizó en la administración pública y que cambia de caparazón en cada contienda electoral, son fáciles de identificar, su común denominador, el discurso populista de doble moral, son personajes que están más preocupados por su número de seguidores que del buen desarrollo de una política pública, siempre necesitan estar vigentes atemorizando he intimidando a quienes no son afines con sus intereses, su ego les causa serios problemas de visión y de atención.
Estos personajes han ocupado diferentes cargos públicos, se adaptan a cualquier discurso en los que dicen ser parte de la solución, y al final terminan siendo parte del problema, su única ideología es la de los privilegios, las mismas a las que están acostumbrados los politiqueros, rara vez se han ganado algo por mérito propio, para algunos el único mérito que destacan constantemente es ser amigo del destituido ex alcalde de Bucaramanga Rodolfo Hernández, ese termina siendo su argumento más fuerte, no dan para más.
Nuestro ‘vitalógico’ precandidato presidencial, antes de “erradicar a los politiqueros de la alcaldía” quiso entregarle las banderas a su sucesor “lean bien mis labios”, ni siquiera él puede apartarse de su equivocación, según fuentes del movimiento Liga de Gobernantes, lo más difícil para ser el ungido el exalcalde constructor era salir a la calle a recoger firmas para la alcaldía, Juan Carlos Cárdenas, ingeniero y hombre de números, se le midió; favor que nos hizo, de no ser así, nuestra ciudad bonita estaría en manos del ex comisionado Jorge Figueroa Clausen, afortunadamente le dio pereza recoger firmas, el presente de nuestra ciudad es lamentable, con el ex secretario de desarrollo ese presente seria Dantesco.
El amo y señor del “va porque va” llena titulares diciendo que saco a los politiqueros de la alcaldía de Bucaramanga, de acabar los con sus privilegios, esto le sumo infinidad de seguidores al ex alcalde constructor, lo que nadie se imaginaba es que uno de los politiqueros más grandes de la ciudad lo tenia en su propio despacho, en una de las carteras más importantes, la de desarrollo social, de por Dios, para nadie es un secreto el atraso social que vive la ciudad, Jorge Figueroa Clausen, el mismo que pensó, que uno de sus familiares se podía (aislar voluntariamente) en un hotel de la ciudad, tema de privilegios claro está.
El privilegiado Figueroa busca adversario en todos lados, critica al partido Liberal, al partido Conservador, al mismo partido Centro Democrático y sus militantes, de Rodolfo Hernández dijo en el chat la Reforma “me vale tres tiras de monda si lo inhabilitan” todo un acomodado, tampoco la Familia del coronel Aguilar se salva, hay un hecho muy particular que relaciona a la familia del privilegiado Figueroa con la gobernación Richard Aguilar Villa, es el contrato No 2509 donde el contratante es la Gobernación de Santander y la contratista es la señora Silvia Juliana Peñuela Cornejo, compañera sentimental del privilegiado Figueroa.
El objeto del contrato no es nada del otro mundo y consistía en prestar los servicios profesionales en la Casa Santander ubicada en la ciudad de Bogotá, el trabajo no avergüenza a nadie, lo que si debe avergonzar es la doble moral de politiquero oportunista y ahora aspirante a congresista, ¿alguna vez el popular “Figo” habrá ayudado hacer al meno un proyecto de acuerdo?, si tanto critica, cuestiona, lambonea con el tema Aguilar, ¿entonces que hacia su familia recibiendo contratos?, en términos más técnicos, la señora Silvia Juliana Peñuela Cornejo ha hecho parte de la administración Aguilar, si algo le quedaba de credibilidad al privilegiado ex comisionado, esto deja en evidencia su camaleónica y oportunista posición política, la social y la moral la conocemos de sobra.
*Abogado, Especialista en Derecho Constitucional y Especialista en Derecho Administrativo.
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