El invierno más temido. El aumento significativo del precio del gas natural en el mundo tiene en jaque a los gobiernos europeos que buscan medidas para mitigar los efectos de una escalada de precios históricos de la electricidad.
Los mercados de futuros prevén un invierno caro, mientras las reservas de gas en Europa están en un 61%, comparado al 92% habitual en estas fechas. Josep Borrell, vicepresidente de la Comisión Europea y alto representante para la Política Exterior, advirtió que el sistema tiene que ser revisado, abriendo el debate legislativo para descarbonizar la economía europea en 2050.
“Tarde o temprano, Europa tendrá que decir algo. El sistema tiene que ser revisado porque tiene demasiadas disfunciones. La traslación del coste del gas a otras energías cuyo coste de producción no tiene nada que ver es algo que no tiene una justificación económica clara», declaró Borrell.
«La transición va a ser sangrantemente dura y nadie debería de hacerse ilusiones con que va a ser fácil», avisó. Y cuanto más se tarde en acelerar ese viaje tecnológico, más caro y volátil será el sistema, aseguró el vicepresidente del Ejecutivo de la Comisión para el Pacto Verde, Frans Timmermans. Actualmente, la Unión Europea importa el 60% del total de la energía que consume, sobre todo gas y petróleo desde Rusia.
Pero ese gas ahora tiene nuevos competidores, países asiáticos como China o Pakistán, están pagando un precio muy alto para asegurar su reserva de gas para el siguiente invierno, mientras la oferta se ha encarecido.
“Esto tiene que ver con la disponibilidad de gas. Eso se relaciona con una decisión geopolítica que está anclada en la provisión de gas desde Rusia hacia Europa a través del gasoducto NordStream 2, a su vez con la escasez del gas”, comentó a France 24 Erick Behar-Villegas, profesor de Economía de la Universidad Internacional de Ciencias Aplicadas de Berlín.
Según Behar, el problema radica en los efectos para los consumidores que pagan más en su factura energética, ya que varios productos comienzan a subir de precio como consecuencia de la inflación. “El gran problema es una incertidumbre con respecto a las condiciones climáticas en Europa durante el invierno”, agrega.
El aumento de precio del gas se produce cuando en la Unión Europea comienza a debatir las nuevas normas y herramientas para cumplir el compromiso legal de descarbonizarse en 2050 y a reducir sus emisiones en un 55% para 2030.
