Por: Andrés Negrete/ Nuestra democracia y me atrevo a decir que la democracia en general, nos ha permitido ver que, el accionar político casi siempre esta marcando por actuares irregulares que generan desconfianza, sin embargo, cada elección nos muestra que sin importar que tan en tela de juicio se pueda mostrar un candidato, éste si cumple con los otros requisitos que sí importan, siempre y cuando tenga la maquinaria aceitada existen muy altas probabilidades de hacerse reelegir o en el peor de los casos hacerlo en cuerpo ajeno pero siempre manejando los hilos del poder. Estar en tela de juicio, no es una razón suficiente que impida reelegirse ya sea en nombre propio o a través de un tercero, por lo general un familiar o uno de mucha confianza.
A esto nos enfrentamos queridos electores una tras otra elección y será así mientras no exista una honda reforma al sistema electoral que nos rige, pero, ¿se reformara el sistema cuando son los políticos los que deben reformarlo? No. Entonces, hay que elegir le menos “pior”; sin duda, las elecciones que se avecinan mostraran que la maquinaría que sostiene el poder político en nuestro país mostrara una vez más la capacidad que tiene para mantener las estructuras políticas que de antaño gobiernan nuestras regiones y pueblos.
Mejor no llorar sobre la leche derramada, no, mejor póngase las pilas y empiece hacer campaña, pero, empiece ahorrar una platica que sé que hará falta cuando salga a las calles a pedir el voto; empero, a trancas y mochas el sistema electoral sirve y hay que aprovechar al máximo las instituciones que tenemos para ir cambiando poco a poco la realidad que vivimos en nuestros territorios.
Como buen liberal que soy, invito a todos mis amigos y lectores a que votemos por las listas del Partido Liberal al congreso de la república, ahí hay gente buena que ha mostrado una buena labor y aunque usted no le guste, muchos de esos se van hacer reelegir y en cuerpo propio, así que no pelee con la clase política, por el contrario, tenga paciencia e insista usted líder en que se ejecuten las obras y no se roben tanto la plata, que por lo menos la obra finalice y se pueda inaugurar y que no quede en solos escombros. Como dijo un ex presidente, hay que reducir la corrupción a sus justas proporciones.
Otro tema, obligado estoy como columnista en hacer un comentario acerca de la captura del congresista santandereano Aguilar, desde el punto de vista jurídico sin duda el senador tiene derecho a demostrar su inocencia y a que se le respeten sus garantías constitucionales fundamentales al debido proceso, a la defensa y a presentar pruebas y refutar las que se alleguen en su contra. Por ahora, es el inicio de un largo proceso judicial que tendrá que afrontar el senador y en buena hora su renuncia al congreso para concentrarse en la defensa de sus derechos es bien recibida. Dice nuestra constitución que todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario y la justicia tendrá que demostrar la responsabilidad penal y la autoría del senador más allá de toda duda razonable que es el estándar de prueba que exige nuestro código procesal penal, respetando cada uno de los derechos que le asiste a cualquier procesado.
Dos temas importantes, el primero, existe algún interés político de la clase gobernante para implicar al senador en estos hechos, alguna rencilla que se viene elaborando desde las huestes de Bogotá, lo digo recordando aquel momento histórico donde el Ex gobernador Aguilar padre, cuando era capturado a viva voz gritaba que era una persecución política la que había en su contra porque no querían que volviera a postularse a la gobernación; segundo, aunado a lo anterior, cual será el destino político de la casa Aguilar, he visto varios memes donde dicen: “la buena noticia: Aguilar esta preso, la mala noticia: todavía le quedan 4 hijos”, ¿chistoso no?. Entonces, ¿quién tomara las banderas del senador y continuara su andar político representando los intereses de este sector santandereano?
Esta historia nos es única y solo de nuestra región, también se ha presentado en otras regiones de Colombia, cae el cacique viene el hijo lo reemplaza o la mujer o alguien de confianza, en consecuencia, concluyo: no interesa cuantas manchas tenga siempre y cuando tenga la maquinaria tiene una altísima probabilidad de hacerse elegir o reelegir.
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